POSADAS. River Plate es el club de sus amores. Y por eso Tobías (14) tiene toda la indumentaria deportiva de ese club: camisetas, campera, pantalón, medias. Todo. Lo mismo pasa con sus útiles escolares y las paredes de su habitación. Todo es alegórico al “Millo”. Vive en el barrio A 3-2 de esta ciudad. Más de mil kilómetros lo separan de Buenos Aires, la ciudad donde está la cancha de River. Pero nadie puede impedir a un niño soñar. Y de tanto soñar, los sueños se cumplen. Cuando tenía ocho años, Tobi, como lo llaman cariñosamente, comenzó con los primeros síntomas de la distrofia muscular de Duchenne, afección que hoy le impide caminar, por eso debe usar silla de ruedas. Cada año debe ir al Hospital Garrahan a realizarse diferentes chequeos. Y fue en su última visita a la Capital Federal, el 17 de marzo pasado, que pudo ingresar al estadio junto a su mamá y sacarse una foto en el arco donde horas atrás había atajado el arquero Barobero. Para ello contaron con el acompañamiento de Ulises Sosa de la filial de River Plate en Posadas, quien tras leer la nota en PRIMERA EDICIÓN (publicada el 13 de febrero pasado) se comunicó con Laura para ofrecerse a hacer los contactos con personal del club y del museo y así poder concretar esta soñada visita. Una sorpresa inolvidable“Llegamos a Buenos Aires el lunes (17 de marzo) y fuimos al hotel. A la tarde le dije a Tobi: ‘vestite que vamos a la cancha de River’. Primero no me creía. Y cuando llegamos, tampoco podía creer”, indicó a PRIMERA EDICIÓN Laura Fernández, mamá de Tobías.Laura había mantenido en secreto la sorpresa, para no crear falsas expectativas a su hijo. Pero todo se dio a las mil maravillas. “Nos recibieron los encargados del Museo y nos abrieron las puertas. Todos muy amables con nosotros. Después entramos al estadio que es gigante y Tobi se quiso sacar una foto en el arco. Estaba muy contento”, señaló la mamá. Desde el club se comprometieron a invitarlos especialmente a presenciar un partido la próxima vez que vayan a Buenos Aires. Algo necesarioEl hecho de que Tobi no pueda caminar no es una traba en su vida. Cursa 2º año en la Comercio 8. La escuela le queda a pocas cuadras pero varias son de tierra y en subida. Es por ello que Laura solicitó a Incluir Salud (ex Profe), una silla de ruedas con motor eléctrico. Por el momento le fue negada. Señala que al menos “sería bueno poder contar con una nueva silla, porque la que usa ahora -tiene al menos cinco años de uso- se está rompiendo toda la lona y sus pies casi ya tocan en suelo, porque además Tobi creció”.“La materia que más me gusta en la escuela es plástica”, señaló Tobi, quien en su casa tiene una mesa, papeles y una cartuchera repleta de lápices de colores para dibujar.Otro de sus hobbies es el canotaje, que lo realiza con el grupo de “Posadas Inclusiva”. En las salidas en la piragua, comparte con otros jóvenes de distintos barrios de Posadas que participan en las actividades del programa.Fábrica de ilusiones“Tobías cumplió uno de sus sueños: conocer la chancha de River”, señaló su madre. “Porque su otro sueño es imposible: conocer a (Leonel) Messi”, agregó. Puede que sea un poco más difícil de concretar, seguramente, pero las posibilidades existen. Y si la suerte y Dios lo acompañan, el anhelo de la silla de ruedas nueva puede que también se concrete.





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