POSADAS. Motivado por las “pistas” que a la edad de trece años le dio Felipa Recalde, una originaria guaraní del pueblo Caá Caraí, uno de los últimos pueblos que permaneció fiel a Andresito, antes de su derrota, arresto y desaparición, el historiador de nuestro medio Salvador Cabral Arrechea se convirtió a los 20 años en el autor del primer libro en toda la Argentina que investigó la vida y obra del prócer guaraní y su padre adoptivo, Gervasio Artigas. Don Cabral se apresta en la actualidad a la publicación de lo que según sus palabras, significará “mi más grande aporte para el estudio Andrés Artigas, con lo cual podré decir misión cumplida”.En la tranquilidad de su estudio, convertido en biblioteca con el paso de los años, el actual senador de la Nación, explicó los pormenores de la reivindicación histórica del militar guaraní ascendido a general post mortem el 2 de abril último. ¿Cómo empieza usted a preocuparse por reflejar la historia de Artigas y Guacurarí en un libro? Mi abuela murió en el año 61, yo tenía 18 años. La mujer que había criado a mi abuela era una india de su misma edad, Felipa Recalde, quien fallece a los 104 años. Era del pueblo Caá Caraí. Cuando mi abuela me hablaba mal de Andresito ella me llamaba aparte y me decía “eso no es cierto” y me contaba la historia que por tradición oral se repetía entre la gente de su pueblo. En Corrientes, el sector burgués que fue afectado por él, lo odiaba, porque abolió la esclavitud, repartió tierras, estancias, hechos imperdonables para la clase dominante de Corrientes.Esta mujer me dio una pista. Cuando me adentré en la historia de Corrientes me encontré con mucho material escrito en contra de Guacurarí, entonces comencé a investigar quién era este personaje que surgió del seno de la revolución americana, que tenía una concepción amplia de la Patria grande, que jamás quiso una cosa chiquita y que peleó en territorio de la patria vieja con más corazón que recursos en una epopeya heróica, jamás vista antes. Los cuatro años de las cruentas guerras de Artigas, Andresito y su gente contra los portugueses fueron una gran epopeya (1816 -1820) sin ayuda de nadie del exterior, si otra motivación que el amor a la tierra y al coraje personal, a pura lanza, sin armas ni nada. Entre tantas cosas que se ignoran de la historia oficial, aparece la cuestión de por qué Andresito peleaba contra los portugueses. ¿Lo puede sintetizar?Por la sencilla razón de que las Misiones eran una sociedad especial con historia propia y con conciencia histórica de pertenencia. Los jesuitas habían respetado las formas organizativas de los antiguos guaraníes. Los cabildos estaban compuestos por los caciques y cada tribu reconocía en el cabildante a un representante suyo. Lograron un sincronismo entre las instituciones españolas y la indígena importantísima. Los jesuitas reconocieron la colectividad de la tierra y la dividieron entre el Ava Mba’é (la cosa del hombre) el Tupá Mba’é (las cosas destinadas al culto a Dios) y lo mas importante de todo Tava Mba’é (la cosa del pueblo). Digo que era lo más importante porque las estancias de los jesuitas llegaban hasta el mar, y también los yerbales, que estaban manejados por el cabildo colectivamente. Aquí está el secreto por el cual, cuando cae el artiguismo el mundo de las Misiones no encuentra donde insertarse porque la sociedad que se venía consolidando no era la sociedad comunitaria, sino la sociedad capitalista inglesa. A dónde iban a ir esos hombres con su concepto de la economía de reciprocidad, donde no había espacio para la idea de ganancia ni ahorro. Esa sociedad no tenía nada que ver con los portugueses que los querían tomar como esclavos, desde 1600 cuando se forman las primeras Misiones y los portugueses empiezan con sus asaltos para llevarlos como esclavos. De ahí la intransigencia que tenía Andresito con los portugueses y Gervasio Artigas tenía la tranquilidad de que con los portugueses no iban a negociar.Una revolución, como la de Mayo crece y se vuelve inmanejable se mueve en todos los sectores, y por eso los descendientes de los pueblos originarios creían que había llegado la hora de su liberación. Más aún los aborígenes de las Misiones, que tenían una organización propia y una conciencia propia, que era la defensa del humilde, del explotado. ¿Qué hay que saber de los antecedentes de esta reivindicación histórica del general Guacurarí?Hubo una primera etapa que duró casi 20 años, que empezó a fines de 1930 y que la encabezó Aníbal Cambas, sin quien no hubiera habido aquí un monumento a Guacurarí en Garupá. Pero, ni él ni el grupo de personas que lo acompañó escribió sobre Andresito, salvo algunas publicaciones menores de una o dos hojas. Sin embargo hay que resaltarlos ya que entre todos hicieron un gran movimiento y convencieron a Luis Perloti, que fue un gran escultor que tuvo la Argentina, para que realice la obra. Tanto ignoraba la gente quién era Andrés Guacurarí que empezó a llamar la “estatua del Indio”, como si fuera un homenaje al pueblo guaraní, pero este homenaje fue erigido en honor a un prócer de Argentina y en ese entonces nadie sabía quién era.Hoy en día me alegra ver que ha cobrado adeptos su figura y haya una peña estudiantil, agrupaciones y movimientos, que me parece perfecto, pero la obra investigadora científica con compromiso con las ciencias sociales y con el personaje que elige, no es mucha. En lo personal hice una investigación profunda consultando los archivos de Corrientes, todo en tiempos de la dictadura, época en la que se podía viajar poco. También visité el archivo de Asunción y con muchas conversaciones con Don Aníbal Cambas y estudiando la biografía antigua de los pseudo cronistas, que llegan alrededor de 1830 y 1840, cuando Andrés ya había desaparecido y recogen el testimonio oral. Así nos enteramos quien era la madre, porque su partida de nacimiento nunca se encontró. Está en discusión en qué momento se presenta a Artigas, todavía hay muchas hipótesis, que es algo que vale la pena investigar más.Así como dijo que sin Aníbal Cambas no se habría empezado a hablar del tema, tampoco se hubiera sabido entonces, quien era sin el aporte de don Cabral Arrechea…Yo aporté dos cosas
: el libro de su vida y la bandera. Cuando era ministro secretario de Cultura mi primera propuesta fue que Misiones tuviera la bandera de Andresito y así sale el decreto de mi puño y letra y se consagró la bandera de Misiones.En ese momento se instala la figura de Andresito y su bandera. Esto ya viene acompañado de la gente que escribe artículos y hay un movimiento más fuerte sobre su figura. Años más tarde, en la legislatura se hacen dos cosas importantísimas en la historia de Misiones: se rubrica la ley en la que se lo declara prócer provincial y manda la construcción del segundo monumento más grande que se haya visto en la historia de Misiones dirigida en honor a Andresito.Hay enigmas históricos sin resolver, uno de ellas cómo ocurrió verdaderamente la muerte de Andrés. Usted asegura tener documentación que aportará nuevas hipótesis sobre el pensamiento del guaraní. ¿Qué nos puede adelantar?Hay una carta, que fue publicada en el año 1930 , en la que él pide comida y ropa y señala que quien le dio sus estudios (Gervasio Artigas, está preso en el Paraguay). Fue publicada en la revista militar del Uruguay. Después hay otra carta, que todavía no está publicada y que lo voy a hacer yo. En ella Andresito reniega de las derivaciones de la revolución de Mayo. Está probado que todos nuestros revolucionarios eran monárquicos, lo que querían eran una democracia al estilo inglés, donde hay rey reina pero que no gobierna. Francia había caído, terminaron todos en la guillotina y no era un ejemplo como para mostrar. Esa era la idea que tenían todos nuestros revolucionarios y en ese contexto el intendente de Montevideo y Andresito sacan un comunicado sugiriendo aplicar este modelo de país. Me pareció sorprendente, pero cuando veo que en la misma fecha el general San Martín se reúne con el Virrey La Serna y le propone traer un rey al Perú para que sea un rey constitucional con el objetivo de que todos seamos independientes bajo ese rey, y luego cuando veo que en Venezuela se reúnen Bolívar con Murillo, en el mismo mes que Andresito firma esa carta, me doy cuenta que todos peleaban por la misma causa. Eso lo explico en la obra máxima de mi carrera se llama Andrés Artigas, de puño y letra. Actualmente estoy terminando y todavía no está editada. Sólo el primer tomo ya está corregido y listo para ir a la imprenta mientras que en otras carpetas están los documentos y archivos desde Río de Janeiro hasta Buenos Aires. Después de esto la juventud va a poder tener material bibliográfico donde estudiar a Andresito de forma completa y yo podré decir misión cumplida.





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