OBERÁ (Especial). La familia De Lisboa tuvo el infortunio de haber vivido el dolor muy de cerca dos veces en menos de un año, aunque la del último domingo fue la peor: dos de sus integrantes perdieron la vida.Se trata de Ema Veiga (72) y su nieta Antonella De Lisboa, de apenas cinco meses. Ambas eran parientes de dos sobrevivientes de la denominada “Tragedia Tarefera” ocurrida el 17 de junio de 2013 en Aristóbulo del Valle, cuando un camión con cosecheros de yerba se quedó sin frenos y volcó sobre la ruta provincial 220 y dejó ocho muertos.“Esto es culpa de los de arriba, porque si alguien hacía algo, se evitaba. Hace más de cinco meses que el puente estaba así y nadie hizo nada. Esto se pudo haber prevenido, esperaron mucho tiempo”, le dijo a PRIMERA EDICIÓN -antes de quebrarse- Roberto De Lisboa (22), nieto de Ema y primo de Silvia (18), la madre de Antonella.Para ellos, la desidia del Estado -que milagrosamente no resultó fatal para la familia la primera vez- en esta ocasión fue determinante en la pérdida de dos vidas. Por eso, Roberto sólo recupera el habla para contar algo más sobre Alexis, el otro De Lisboa internado: “Tiene golpes en la cabeza y pregunta por la abuela. Dice que ‘la abuela se cayó’. Está en estado de shock”. No hay consuelo para ellos. Tampoco respuestas.A su lado, Valdir De Lisboa (43) retoma la conversación para agregar que “hasta ahora, ninguna autoridad se acercó a hablar con nosotros, ni de Villa Bonita ni de la Provincia”. Ema era su madre y ayer, mientras la lloraba, reiteró que “el puente estaba muy roto desde hace tiempo”. Una verdad que todos conocían en la zona pero que nadie se ocupaba de modificar.Por las muertes y porque se trata de una reiteración del dolor, la de los De Lisboa es de las peores historias detrás de la tragedia en Acaraguá. Sin embargo, hay otras que también duelen. Una de ellas es la de los hermanos Fabián (24) y Gabriela Márquez (18), oriundos de Santa Rita.Marisol tiene 18 años y es la novia de Fabián, un joven que después de mucho esfuerzo logró ingresar a la Escuela de Policía de Misiones. Ayer debía presentarse para comenzar el curso y por eso viajaba desde su pago hasta Posadas en el colectivo que cayó junto con el puente.“Me contó que venía dormido y se asustó mucho. Hoy (por ayer) tenía que presentarse en la academia. Tiene un golpe en la frente”, relató la joven, conmocionada por la suerte que le tocó vivir a su pareja.En el mismo banco de la sala de espera también estaba sentada Liliana, hermana de los Márquez, quien repitió el escalofriante relato que le contaron sus hermanos en el horario de visita: “Me contó que fue un momento de terror, que cuando el colectivo caía pensaron que se iban a morir todos, porque no sabían si iban a parar al agua o adonde”, narró con la angustia a flor de piel, y agregó que en su opinión “las autoridades no se interesan por la vida de la gente; todos sabían que el puente estaba mal y ahora ocurrió una tragedia”.





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