BERNARDO DE IRIGOYEN. Pasaron dos semanas desde que trascendiera la estafa con la manipulación de la base de datos de la Municipalidad local y ni desde el Ejecutivo comunal ni del Concejo Deliberante dieron a conocer información oficial.El edil renovador Elías Nejankin solicitó en forma verbal al presidente del cuerpo, Claudio Meyer, información sobre el hecho. La respuesta fue similar a la que brindó a este medio Edgardo Nemesio Aquino, el alcalde de Irigoyen, quien indicó que se sabrá la magnitud del episodio cuando el Tribunal de Cuentas analice la documentación de la comuna. Hasta donde se sabe, hay dos empleados municipales en la mira. Se sospecha que ambos “vendían” certificados de libre deudas a comerciantes. Para emitir esos documentos, manipulaban la base de datos de la Municipalidad. También se habla de otras desprolijidades.Según fuentes consultadas por este diario, uno de los empleados supuestamente implicado habría sido “invitado” por parte de la asesora legal del municipio a solicitar vacaciones por quince días. El otro de los empleados sospechados se habría negado a firmar la licencia y por el momento le habrían cambiado de tareas, pasando de Inspector de tránsito a inspector de comercio.Todavía se desconoce oficialmente el monto de lo estafado y otros detalles de la modalidad implementada. Pero trascendió que existiría un desmanejo generalizado ya que no hay departamentos definidos de tesorería, contaduría, sino que el intendente es la cabeza del organigrama y de ahí para abajo se organizan con dos o tres funcionarios que cumplen varias funciones a la vez.Tampoco se sabe desde cuándo se venía realizando esta operatoria ilícita, donde se habrían emitido comprobantes de pago y firmas falsificadas.El hermetismo del Ejecutivo así como la sospecha que aun no se han llevado a cabo denuncias judiciales empiezan a poner un manto de sospecha sobre si verdaderamente se quiere llegar al fondo de la cuestión.Cuesta creer cómo fue posible que simples empleados hayan tenido tantas atribuciones y que estos manejos no hayan sido detectados con antelación. Al menos, estaría habiendo impericia de funcionarios de mayor rango, incluso del propio alcalde.Por otra parte, el intendente había anunciado que el martes se haría presente el Tribunal de Cuentas Provincial, pero hasta el día de hoy no apareció ningún funcionario de organismo. De todas maneras los antecedentes de ese cuestionado órgano provincial no son buenos. En el propio municipio todavía no explican cómo es posible que el ex intendente Oscar Gandulla que todavía debe cuatro rendiciones de cuentas de su gobierno, no haya sido sancionado más que con multas irrisorias de 1.000 a 2.000 pesos, al igual que otros alcaldes de la provincia, y que haya “premiado” por el gobernador ocupando un importante cargo como vocal en el Directorio del Iprodha.Por otra parte más allá del aporte por parte del mencionado Tribunal de Cuentas que se viene retrasando, el paso de los días podría hacer que se pierdan pruebas que determinen si había más funcionarios involucrados.Uno de los funcionarios defendiendo la actual gestión manifestó: “Se está dando curso y posibilitando toda la investigación, cosa que evidentemente no pasaba en la administración anterior”. La pregunta que queda es ¿hasta donde estará dispuesto el intendente Aquino a investigar el fraude?





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