POSADAS. La Justicia elevó a juicio la causa donde un cabo de la Policía de Misiones está acusado de torturar a un hombre en plena calle y debido a que la víctima protagonizó un “roce” con su vehículo contra la moto particular del uniformado. La irracional secuencia de furia comenzó el sábado 22 de diciembre de 2012, a las 7.45. De acuerdo a los datos ya publicados en su momento, en aquella jornada el efectivo (vistiendo su uniforme) luego del incidente vial y tras una breve discusión primero esposó al conductor del rodado involucrado en el “roce”, un hombre que en esos momentos tenía 68 años. Luego lo hizo arrodillar y seguidamente le aplicó gas pimienta en los ojos. Con la víctima reducida, en estado de indefensión y adolorido por el químico que lo cegaba, el funcionario policial extrajo un instrumento en forma de bastón que sirve para picanear. Cuando todo parecía haber terminado, el efectivo le aplicó descargas eléctricas en distintas partes del cuerpo al infortunado motociclista. Quizás creyéndose impune, el suboficial se marchó. Se alejó en su vehículo tal vez satisfecho por hacer “justicia con mano propia” o pensando que los testigos no romperían el silencio y sería su palabra contra la del hombre torturado. Pero no contó con un detalle importante: todo esto sucedió frente a una de las sucursales de una conocida cadena de supermercados local, más precisamente sobre la transitada avenida Uruguay y a plena luz del día. En dicho comercio, existen cámaras de seguridad, que registraron y filmaron todo el violento episodio. Además de la denuncia que radicó la víctima, la Justicia le solicitó a la gerencia del mencionado negocio una copia del video en cuestión. Con esos elementos, finalmente se pudo citar al uniformado a prestar declaración indagatoria. Lo hizo ante el Juzgado de Instrucción 2, a cargo del magistrado César Yaya, donde se abstuvo de declarar. No obstante, quedó detenido hasta que se resolvió su situación procesal, que finalmente fue calificada como “privación ilegítima de la libertad y vejaciones”. Al tratarse de un delito excarcelable, el imputado aguarda el juicio oral y público en libertad. Cabe agregar que tras la denuncia del caso, en diciembre de 2012, fueron necesarios más de cinco meses de cuidadosa y paciente investigación para finalmente recabar evidencia que permita detener al suboficial. Trámite que se concretó a principios de junio del año siguiente. Además de las citadas videograbaciones, existen testimonios que complicaron la situación del efectivo. Con respecto al acusado, se supo que en ese entonces prestaba servicios en la comisaría Decimoquinta.





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