WANDA. Otra vez la tragedia del fuego golpeó en el norte misionero. Aparentemente a causa de un cortocircuito, el hogar que con tanto esfuerzo había logrado edificar la familia Ferreira desapareció en menos de 20 minutos, quedando reducido a cenizas, aunque por suerte sus integrantes no sufrieron quemaduras ni lesiones.La familia Ferreira (Marta, Rogelio y sus tres hijos de doce, siete y cinco años) lleva catorce años viviendo en la colonia Nueva Argentina, un paraje relativamente novel, de pequeños productores, situado sobre la ruta provincial 19, que une Comandante Andresito y Colonia Wanda y atraviesa el parque Urugua-í.Como casi todas las familias del lugar, los Ferreira se dedican a la plantación de tabaco, maíz, mandioca, verduras y crían algunos animales para el propio sustento. Hace tres años, luego de once de vivir en una precaria casilla de madera, comenzaron la construcción de su casa, lo que les demandó dos años de sacrificio, trabajo y algunas privaciones. Terminarla fue una fiesta y se celebró como tal, con asado, vecinos, música y mucha alegría. Habían logrado uno de sus sueños: una casa digna para los ya cinco integrantes de la familia, con una habitación para los chicos y el matrimonio en la propia. “Casi la totalidad de lo obtenido por el tabaco ese año lo destinamos para los muebles y electrodomésticos que teníamos”, recuerda Rogelio, “nos llevó tanto esfuerzo y ahora se fue todo, todo”, se lamenta.Marta sabe de esfuerzos de toda la vida, de cómo arrancaron junto a su esposo, los dos solitos en la picada en esa pequeña casilla hecha por ellos mismos, a hacer rozado, a plantar, a soñar con la familia que hoy conforman. “Uno nunca espera que le pase esto y, para ser sincera, quedamos únicamente con lo puesto, no sé cómo explicarlo, todavía estoy aturdida, fueron casi tres años para terminar la casa y de un momento a otro nos quedamos sin nada”, dijo entre sollozos. “Nosotros estábamos estirando el alambre del piquete hasta que cayó el sol, luego entramos a la casa y cuando mi hijo entró a buscar la ropa para bañarse empezó a gritar ‘fuego, fuego’. Fuimos corriendo hasta la pieza, pero ya era tarde, estaba cayendo el cielorraso prendido fuego en los colchones, no se podía hacer nada, mi esposo se quemó el brazo tratando de salvar los documentos. Perdimos todo, no se salvó ni una cuchara, si alguien nos puede ayudar, de corazón agradezco”.Vecinos solidariosAlertados por el humo, los vecinos rápidamente acudieron a ayudar a la familia y salvar algo, pero ya era tarde: el fuego había consumido todo. “Todavía no había reaccionado cuando ya varios vecinos estaban acá”, explica Rogelio, “no podíamos hacer nada, fueron diez minutos -que para mí duraron un año- donde sólo podíamos ver cómo el fuego consumía todo. Una desgracia así no se la deseo a nadie”.“A los vecinos sólo puedo agradecerles, constantemente se acercan, traen mercaderías, comida, ropa, nos trajeron un colchón, todos colaboran, avisaron a la Municipalidad, piden ayuda en nuestro nombre y colaboran en todo. Si no fuera por su presencia, yo me habría dejado caer, esto fue muy fuerte para mí”, admitió.Una familia muy querida“La familia Ferreira perdió todo, y cualquier donación será sin duda bienvenida, ellos son una familia muy trabajadora, todos somos testigos del esfuerzo que les llevó llegar a construir su casa”, explicó Lidio Costa, vecino de los Ferreira.Víctor Maciel, otro de los vecinos solidarios, agregó: “Rogelio y Marta son muy queridos y ser vecino es casi como ser de la familia. Lamento mucho lo que sucedió, inmediatamente avisé al intendente, quien se comprometió a hacerle la casa, lo cual es una gran ayuda, y confío en que a través de la solidaridad de la gente se podrán conseguir todas la demás cosas. Apelo a la solidaridad de la gente para colaborar con ellos y quiero transmitir que cualquier cosa, desde una olla hasta una cama, o una silla o una cocina, o platos o útiles para los chicos, todo les servirá, pues todo necesitan”.Los que deseen colaborar con esta familia que perdió todo pueden comunicarse a los teléfonos celulares de Víctor Maciel (3757) 15434388 o Martín Sereno (3755) 15584802.





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