POSADAS. Para que los alumnos puedan hacer actividad física en las escuelas misioneras, la mayoría de éstas exigen la presentación de la historia clínica del alumno o el certificado de buena salud, ambos obviamente expedidos por el médico pediatra. Por eso, todos los años en esta fecha, las salas de espera de los consultorios médicos están repletos de padres y niños ansiosos por cumplir con este requisito escolar. Este cuello de botella se repite en el sector público y privado de la salud. Al respecto, el ministro de Salud Pública, Oscar Herrera Ahuad, cuestionó la razón de ser de esta exigencia de las escuelas “entiendo que se le pida una historia clínica al niño que recién comienza en el sistema educativo, pero ¿cuánto puede cambiar esa historia clínica un año después?”. En este sentido, señaló que “no creo que se justifique, al menos no desde el punto de vista de la salud, la prohibición de hacer educación física a estos alumnos hasta que presenten la historia clínica o certificado de buena salud firmado por el médico pediatra, cuando ya habían certificado su buena salud un año atrás. No estamos pidiendo que las escuelas dejen de solicitar las historias clínicas de sus alumnos pero debemos replantearnos estas cuestiones porque, obviamente, el sistema sanitario no puede atender esta demanda que se genera todos los años”.





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