POSADAS. Un automovilista vivió una verdadera pesadilla al ser interceptado por dos menores de edad que, bajo amenazas con cuchillos, le sustrajeron el teléfono celular. Segundos antes lo habían obligado a detenerse al arrojarle piedras al vehículo en el que circulaba en inmediaciones al Acceso Sur de Posadas.El nuevo caso vandálico registrado en la capital provincial, esta vez con un claro objetivo delictivo, fue confirmado por las fuentes a PRIMERA EDICIÓN. El episodio resulta similar al sucedido en febrero pasado, cuando una mujer perdió el ojo derecho al ser alcanzada por una piedra en el Acceso Sur.Según pudo saber este diario, el último episodio tuvo lugar ayer alrededor de las 6.20 sobre la avenida Tierra del Fuego, a metros de la rotonda que conecta dicha arteria con la avenida Costanera y el Acceso Sur.Por ese lugar circulaba un automóvil Peugeot 206 al mando de un hombre de 50 años, quien viajaba hacia el oeste, es decir, alejándose de la Costanera.De manera imprevista, a pocos metros de Tierra del Fuego y López Torres, el Peugeot fue alcanzado por una verdadera lluvia de piedras. El automovilista, sin imaginar que se trataba de una emboscada, detuvo entonces la marcha sorprendido por lo que sucedía.Sin dudas, eso fue lo peor que pudo hacer. Y lo que esperaban los malvivientes. En segundos, se encontró rodeado por dos menores de edad que portaban armas blancas y que no tardaron en exigirle objetos de valor.Los adolescentes tenían la mirada puesta en el teléfono celular de la víctima, quien entonces entregó el costoso aparato y así logró que la oscura dúpla lo dejara en paz. Los menores escaparon en dirección al barrio Parque Adám y se perdieron en las calles de la zona.El conductor, aún shockecado, reaccionó y decidió radicar una denuncia en la comisaría seccional Tercera. Efectivos de esa dependencia y del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional I montaron un operativo en la zona, pero hasta anoche no habían podido dar con los autores del hecho.AntecedenteEl antecedente inmediato más grave similar a este caso sucedió alrededor de las 2 del pasado viernes 14 de febrero, sobre el Acceso Sur, a pocos metros del límite entre Miguel Lanús y Garupá.Por ese lugar circulaba Patricia Correa (41) en un vehículo guiado por su hijo hacia el sur, cuando el rodado fue alcanzado por una piedra que agujereó la ventanilla delantera derecha y desafortunadamente impactó en el ojo derecho de la mujer.Pese a los esfuerzos de los médicos del Hospital Madariaga y de Andrés, su esposo, que luchó contra viento y marea para internarla en una clínica privada de Buenos Aires, nada se pudo hacer: Patricia perdió el órgano visual y la delincuencia volvió a ganar la batalla. En Garupá, hirieron a un colectiveroUn colectivero de 44 años sufrió lesiones que afortunadamente no revisten gravedad luego de ser alcanzado por una pedrada en momentos en que realizaba su trabajo, en Garupá.Sucedió alrededor de las 19 del último jueves cuando el empleado guiaba el interno 53 de una empresa local del transporte urbano de pasajeros por avenida Las Américas casi Irigoyen, en Garupá.Sin previo aviso, una lluvia de piedras comenzó a golpear la unidad, hasta que uno de los elementos contundentes dio en la cabeza del chofer, quien sufrió un corte.No obstante, a sabiendas de lo que buscaban los forajidos, no detuvo su marcha y condujo directamente hasta la comisaría seccional Quinta, donde radicó una correspondiente denuncia.Desde allí, por precaución, fue trasladado al Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga, donde los médicos confirmaron que la lesión no es de gravedad.





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