BUENOS AIRES (NA). El ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto, y el secretario del área, Matías Drivet, denunciaron que recibieron amenazas telefónicas anónimas, mientras que otros funcionarios de la cartera aseguraron que fueron blanco de intimidaciones durante un viaje en la autopista Rosario-Santa Fe, que atribuyeron a las acciones contra las redes de narcotráfico.Ambos funcionarios recibieron llamadas a sus teléfonos fijos el miércoles por la noche con mensajes intimidatorios, los que fuentes del Gobierno provincial calificaron de “muy graves” por el tenor de las intimidaciones y las precisiones que hacían sobre las actividades de los funcionarios y su entorno.Este hecho se suma a otras dos amenazas que recibieron en forma escrita días antes el propio Drivet y Lamberto, hecho por el cual el ministro tenía previsto reunirse en las próximas horas con el fiscal regional de Rosario, Nicolás Baclini.De hecho, Lamberto y Drivet ya habían pasado por una situación similar en septiembre del año pasado, a poco de iniciarse la investigación del crimen del líder narco Claudio “Pájaro” Cantero, identificado como jefe de la banda “Los Monos”.Intimidación en la ruta Los funcionarios del Ministerio de Seguridad de la provincia presentaron una denuncia en la Justicia por un sospechoso hecho de intimidación que vivieron el último miércoles a la madrugada, mientras viajaban en un auto oficial por la autopista Santa Fe-Rosario para unirse a la comitiva oficial que se dirigiría horas más tarde a la Ciudad de Buenos Aires.El vehículo estaba asignado al secretario de Seguridad, Matías Drivet, quien por razones personales había optado por no viajar a Capital Federal, pero sí lo ocupaban dos directores del área que participarían en una reunión con autoridades de la Casa Rosada junto a la intendenta de Rosario, Mónica Fein.Según informó la prensa local, al llegar a la altura de Arocena, poco después de las 3 de la madrugada, un automóvil Volkswagen Bora oscuro y con vidrios polarizados comenzó a seguirlos desde corta distancia y, en un momento dado, se puso a la par del auto del gobierno y comenzó a realizar maniobras de encierro, lo que se extendió por unos diez minutos.El nuevo episodio de amenazas generó el inmediato repudio de todo el arco político, mientras que el socialismo subrayó que el hecho demuestra que “se están tocando intereses mafiosos” en la acción que llevan a cabo el Gobierno y la Justicia provinciales para combatir el narcotráfico.Así lo indicó el senador provincial, Miguel Lifschitz, ex intendente de Rosario, quien agregó que “todo esto nació en los 90, cuando todos miraban para otro lado, disfrutaban de los dólares baratos y paseaban por Europa”.





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