AZARA. Un hombre denunció públicamente que personal policial perteneciente a la comisaría de esta localidad intentó quedarse con repuestos de una camioneta en la cual se accidentó y falleció su hijo en enero pasado. Desde la fuerza no se expidieron al respecto, pese a la gravedad de las acusaciones. De acuerdo a los dichos del damnificado, Oscar Dlutowski, y que fueron publicados en su edición de ayer por el medio radionewsmisiones.com.ar, el pasado jueves 23 de enero su hijo Hernán, de veinte años, murió cuando era atendido en el hospital de Apóstoles y luego de que la camioneta en que viajaba junto a otras cuatro personas despistó y volcó a unos 1.500 metros del acceso a Azara.Hernán conducía la camioneta Chevrolet S-10 que se accidentó sobre la ruta provincial 2. A su lado y atrás viajaban Gustavo Argolo; Walter Dornel (23) y los adolescentes de 17 años, Lucas y Darío, todos terminaron hospitalizados y con lesiones de distinta consideración.Pasadas 48 horas del entierro de su hijo, Oscar Dlutowski relató cómo fue que recibió la visita de efectivos policiales en su domicilio, quienes le pidieron desarmar la camioneta involucrada en el accidente fatal, y sacar el arranque y el alternador, para colocarlos en la camioneta perteneciente a la Policía de Misiones, que se encontraba con problemas mecánicos.Sorprendido, impotente y con mucha bronca por lo sucedido, Dlutowski contó a la citada fuente el duro momento que le tocó vivir cuando personal de la comisaría de la localidad de Azara lo visitó. Testimonio“Luego del fallecimiento de mi hijo me dirigí a la comisaría, justo estaba el oficial (Enzo) Viana que estuvo a cargo ese día del accidente y le dije primero que anduve por el Juzgado y le pregunté ¿cuándo van a mandar el expediente para el juzgado? Y ahí me responde ¿y usted, para qué necesita el expediente? Le dije que lo necesito, por eso me fui al Juzgado y me dijeron que pase por acá y que le pregunte a ustedes en la comisaría. Entonces el policía me dice: ‘mire, el expediente yo voy a mandar cuando yo quiero ¿Y qué es lo que usted fue a hacer al Juzgado?’. Sorprendido por sus dichos, le contesté: y a usted que es lo que le interesa que es lo que yo fui a hacer al Juzgado, tengo derecho a saber que es lo que pasó. Luego me retiré. Pero el más grave problema, lo que más bronca me dio, es que dos días después del accidente, que sepultamos a Hernán, el mismo oficial Viana se presentó en mi domicilio con el móvil de la Policía y me dice que ellos iban a sacar el arranque y el alternador de la camioneta de mi hijo porque necesitaban para el móvil, porque estaban con la patrulla con desperfectos mecánicos”, contó Oscar. Seguidamente el denunciante precisó que el efectivo le dijo con pasmosa frialdad “¿cómo anda don? Y como voy a andar le respondí. Entonces sin ningún tipo de reserva el oficial me manifestó ‘le aviso que nosotros queríamos sacar el alternador y el arranque, porque necesitamos para el móvil, porque el nuestro no está andando’. Ante semejantes dichos le respondí: no señor, usted no me toca una cosa de la camioneta, no tiene por qué tocar”, expresó Oscar Dlutowski en declaraciones radiales. Antecedentes que salpican a los uniformadosA finales de 2012 y ante una publicación de PRIMERA EDICIÓN por una denuncia del presunto robo y venta de repuestos de vehículos incautados en la comisaría Novena de Posadas, tuvo que intervenir la misma Jefatura. En ese entonces una comisión de la Dirección de Asuntos Internos se presentó en la citada seccional y efectuó un inventario de los automóviles y rodados que se cree fueron desguazados. Se trataba de un Renault 12, un VW Pointer, una VW Saveiro tipo utilitaria, una Fiat Fiorino y una Renault Trafic. Esa nómina de autopartes fue remitida a los distintos Juzgados de Instrucción que tienen las causas de los distintos hechos donde se vieron involucrados los mencionados vehículos, la mayoría de ellos en accidentes de tránsito con saldo fatal. Los vehículos que habrían sido saqueados se encontraban depositados en una calle lateral y en parte del predio de la dependencia. Otro caso emblemático y también denunciado en exclusiva por este diario a finales del año pasado fue el de Aníbal Medera, un vecino de Campo Grande que estuvo preso siendo inocente, fue humillado y una vez que recuperó su libertad decidió contar su historia. El hombre fue detenido bajo sospecha de robar el auto que compró legalmente, y cuando se estableció su inocencia fue a buscarlo a la comisaría, donde lo habían llevado tras incautarlo. Pero grande fue su sorpresa cuando, ante presencia de escribano público, se estableció que le faltaba el motor, como así también numerosos accesorios. Lamentablemente los casos que salpican a la fuerza de seguridad se siguen reiterando, por lo que cabe preguntarse si todos los damnificados radican la denuncia correspondiente. Un informante señaló a este medio que cuando se encuentran ante un delito de estas características “por lo general se trata de un trabajo ‘hormiga’, realizado minuciosamente casi siempre en horario nocturno. Lo cierto es que según trascendió las partes, tras ser hurtadas del rodado, son ‘retiradas’ aparentemente por personas de civil. En casi todos los casos hay avales de los altos jefes de las comisarías”.





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