ROMA, Italia (Agencias y diarios digitales). El líder del Partido Democrático italiano, Matteo Renzi, prometió ayer reformar Italia “con toda su energía y entusiasmo”, tras recibir del presidente Giorgio Napolitano el encargo de formar un nuevo Gobierno, con lo que se convertirá en el primer ministro más joven de la Unión Europea.“Voy a ponerle toda la energía y el entusiasmo que tengo” para llevar a cabo una serie de reformas, declaró tras reunirse con Napolitano y mencionó entre otros ámbitos la Constitución, el sistema laboral y administrativo y el fisco.Renzi, de 39 años, fue convocado por Napolitano al palacio del Quirinal para pedirle que forme el gabinete que sucederá al de Enrico Letta, forzado por su propio partido a renunciar tras sólo diez meses en el poder.El joven líder de centroizquierda tiene dificultades para cerrar su equipo de ministros a causa de las reticencias de sus aliados de derecha y de sus amigos de izquierda.En una breve declaración a la prensa, Renzi advirtió que se va “tomar el tiempo necesario” para consultar a sus aliados y recalcó que su prioridad será fijar “el contenido y el programa” de su gobierno, que aspira a que dure hasta 2018.En su primera declaración pública tras recibir oficialmente el encargo, Renzi, fiel a su estilo impetuoso, llegó a divulgar el calendario de las reformas que entiende implementar, empezando en febrero por la Constitución y terminando en mayo con el fisco.Renzi pasó todo el fin de semana elaborando su lista de colaboradores y salió únicamente para asistir a un partido de fútbol de la Fiorentina.Antes incluso de su nombramiento como primer ministro, el dirigente de centroizquierda está encontrando problemas para formar su equipo y definir el programa.“Se está dando cuenta de que no es una tarea fácil”, advirtió el diario La Stampa. “Tiene una necesidad urgente de contar con personalidades prestigiosas, en lo posible nuevas, pero con suficiente experiencia para no convertirse en un esclavo de los expertos”, recalcó en un editorial Il Corriere della Sera.El “hombre apresurado”, como lo llama la prensa italiana, que aspira en pocos días a formar “un gobierno de la revolución” para sacar a Italia de la crisis social y económica, debe elaborar un complicado programa de gobierno que tenga en cuenta las exigencias de sus aliados del Nuevo Centroderecha (NCD), claves para lograr el apoyo del parlamento, sin generar divisiones en su propio partido.“Somos indispensables para el nacimiento del gobierno. Si decimos no, el Gobierno de Renzi dura un día”, adelantó el fundador del NCD, Angelino Alfano, ex delfín de Silvio Berlusconi, viceprimer ministro del gobierno saliente y aliado clave para el nuevo gobierno, gracias a 30 senadores, indispensables para obtener la mayoría en el Parlamento.Alfano advirtió además que no está dispuesto a apoyar un gobierno que “oscile hacia la izquierda”, lo que genera malestar en algunos sectores del PD, que además critican la manera como organizó el “asalto al poder”.Renzi sufrió este fin de semana una serie de reveses en las consultas efectuadas, entre ellas la negativa de su amigo Alessandro Baricco, autor de la célebre novela “Seda” (1996), a encabezar el Ministerio de Cultura.Para el político que alcanzó una victoria rotunda en diciembre en las primarias del PD con su promesas reformistas y su estilo expeditivo, la formación de un gobierno ejemplar con rostros y programa nuevo se está convirtiendo en un reto.El alcalde de Florencia, que no ha sido diputado ni senador, “no tiene experiencia alguna como parlamentario ni de gobierno”, subraya el diario La Repubblica, por lo que es posible que necesite varios días más para negociar acuerdos con sus aliados.En cuanto haya formado su gobierno, Renzi deberá comparecer en el parlamento para recibir un voto de confianza.Otro reto que afronta el alcalde de Florencia es designar a un ministro de Economía creíble, capaz de transformar el modelo económico italiano.Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), analizados por el diario español El País, en el período 2000-2010 Italia fue el segundo país del mundo, después de Haití, que menos creció, experimentando una década perdida.Pese a que la tercera economía de la zona euro logró salir de la recesión con un modesto 0,1% de crecimiento en el último trimestre del 2013, el desempleo subió hasta 13%.“El país necesita respuestas inmediatas, está impaciente”, recalcó el ministro de Economía saliente, Fabrizio Saccomanni. Quién esConsiderado el “chico de moda” en la política italiana, es joven, ambicioso, con muchas ganas y parece llamado a revolucionar la escena política del país, aunque por ahora parece ser más conocido por lo que no es que por lo que es: ni siquiera es miembro del Parlamento, y su experiencia en el campo político es más bien limitada.No obstante, a pesar de tener sólo 39 años, su influjo es importante: es el líder del partido más poderoso en la actual escena política del país (el Partido Democrático) y el dirigente más popular de Italia.De convertirse en el próximo primer ministro, sería además el político más joven en llegar a ese cargo en la historia de Italia.En este país lo llaman il rottamatore, “el peleón”, un sobrenombre que responde a las llamadas del florentino a dar vuelta el sistema político italiano, que goza de una casi nula credibilidad y ha sido golpeado por escándalos de corrupción década tras década.Renzi, quien tras recibir el encargo de Napolitano aseguró que se tomará un tiempo para decidir si acepta o no el cargo de primer ministro, es visto como la cara nueva que promete el cambio. Lo que no está muy claro todavía es si conseguirá mantener su promesa.El editor de asuntos europeos de la BBC, Gavin Hewitt, lo define como un político “de estilo estadounidense, con sonrisa fácil, que transmite energía y ambición”.“Algunos lo llaman el Tony Blair italiano: un político de centro-izquierda que no repara demasiado en la ideología”, resume.Y lo que parece atraer de Renzi es ese aire de outsider, de diferente, de jugador con sus propias reglas. Pero también es implacable, como lo ha demostrado esta semana sacándose de en medio a Enrico Letta, quien dimitió después de que los miembros de su partido decidiesen retirarle su apoyo en favor del florentino.Según Hewitt, Renzi promete romper con la vieja guardia de la política italiana, au
nque lo que no está muy claro es cómo podrá hacerlo.Uno de los puntos fuertes del florentino deriva precisamente de esa falta de experiencia que algunos ven como un problema: Renzi no tiene una maleta política demasiado pesada. Ex boy scouty firme devoto de su equipo de fútbol local, la Fiorentina, va en bicicleta y viste de forma casual, algo que contrasta con la actual imagen del político italiano. Para muchos en Italia simboliza algo importante: el cambio.Por ahora su encanto emana casi exclusivamente de su personalidad y esto parece ser suficiente. “Italia”, dijo Renzi, “vive momentos de dificultades. Tenemos que ofrecer la oportunidad de emerger de este lugar en el que nos encontramos con un programa radical para relanzar el país”.Su meteórica carrera hacia el poder simboliza un cambio generacional que muchos ven con buenos ojos, y el florentino goza además del mayor nivel de aprobación de todos los políticos italianos. En sus propias palabras, es “enormemente ambicioso”.El joven político espera que el apoyo popular le abra espacios para poder llevar a cabo profundas reformas: la apertura económica de Italia, facilitar la contratación y el despido de trabajadores, y alentar el crecimiento. Pero Renzi también se enfrenta a dificultades. “Nunca ha sido sometido a prueba. Su debilidad estriba en que sus maniobras le han dado el poder sin haber sido elegido por la gente. Renzi sería el tercer primer ministro italiano elegido por el presidente y no por los votos de los italianos”, añade Hewitt.Y esto se debe probablemente al nivel de frustración con los políticos al que han llegado actualmente los italianos, que prefieren elegir a un desconocido si este llega con promesas de cambio y de rescate de la maltrecha economía del país.





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