PARAJE MONYOLITO, San Antonio. A la altura del kilómetro 41 de la ruta nacional 101 se encuentra el acceso al Paraje Monyolito. Allí viven unas 40 familias dedicadas principalmente al cultivo de tabaco, plantaciones anuales (maíz, mandioca, verduras) y a la cría de animales para el propio sustento. De esas familias, cinco habían quedado, por años, inexplicablemente excluidas del suministro eléctrico cuando se instaló la red en el paraje.AntecedentesEn diciembre pasado, PRIMERA EDICIÓN había publicado un informe donde daba cuenta de la exclusión de estas personas damnificadas por quedar afuera de la red de suministro eléctrico a pesar de haber invertido, por orden del jefe de distrito local de Emsa, José Cuello, 35 mil pesos en materiales y mano de obra. Al parecer, la orden de instalación ya estaba dada desde Posadas, pues a los pocos días Cuello se hizo presente en la picada recriminando a los vecinos que a causa del informe publicado había recibido un fuerte llamado de atención desde la cúpula de la empresa eléctrica junto con la orden de finalizar de una vez por todas la conexión en el paraje.Recordamos aquí las expresiones de los vecinos en ese informe.Claudomir Wissinger: “Desde 2005 que figuramos como usuarios, desde entonces figura mi nombre anotado y es mentira, si tuviesen vergüenza en la cara vendrían a conectarnos la luz, nosotros no sólo pusimos la plata, también hicimos los pozos, y toda la mano de obra que hizo falta, lo único que tienen que hacer es poner los tres transformadores, medio día de trabajo, y no lo hacen”.Roberto Vasegio, otro de los vecinos damnificados por la inacción de los responsables de Emsa, había relatado entonces a este diario: “Cuando estaban haciendo la red eléctrica del paraje, el ingeniero a cargo, de quien no recuerdo el nombre, nos confirmó que figurábamos en el plano pero que se les había agotado el presupuesto para continuar los trabajos y que íbamos a quedar afuera”.La espera había superado el límite de toda paciencia y el malestar de los vecinos se transparentaba en sus declaraciones, inclusive afirmaban que iban a tomar algún tipo de acción grupal ante la empresa si no llegaba pronto la solución.Año nuevo, vida nuevaTras poco más de un mes del artículo, el diario volvió al paraje Monyolito convocado por los vecinos, quienes celebraban la llegada de la luz, hecho que, como todos expresaron, les cambió la vida.“Estamos muy agradecidos a todos los que de alguna manera colaboraron con nosotros, a PRIMERA EDICIÓN, a FM San Martín, y a las autoridades de Emsa que ajustaron las tuercas que había que ajustar” expresó Claudomir Wissinger. “Ahora todos tenemos luz eléctrica y nuestra vida cambió un 100%. Esto demuestra que hay que luchar por los propios derechos, que no hay que darse por vencido, que hay que juntarse y reclamar, que si uno se queda quieto no pasa nada, tenemos derechos y nuestro deber es exigirlos”, puntualizó. Con la luz, llega la tecnologíaCleomar da Silva y Noemí, su esposa, viven junto a sus dos hijas, una de ellas con problemas de riñón. En diálogo con este matutino expresaron: “Mejoró totalmente nuestra vida, ahora podemos conservar la carne en el freezer, guardar la comida, la leche, los remedios de mi hija, no hay como explicar cómo cambió nuestra vida, ahora parece que no oscurece nunca” dijo jocosamente Cleomar, “hasta puedo disfrutar del fútbol en casa ahora”.“Estoy muy contenta”, afirmó Noemí con una sonrisa en la cara, porque “ahora las chicas pueden estudiar sin dañarse la vista, les puedo leer un cuento antes de que se vayan a la cama; los cambios son muchos, desde la comida, que puedo hacer también a la noche porque veo bien, hasta la ropa que antes me insumía mucho tiempo lavarla, casi todo el domingo me dedicaba a eso y ahora con la llegada de la luz, una de las primeras cosas que compramos fue un lavarropas, con lo cual el día que antes dedicaba a esas tareas, ahora podemos disfrutarlo en familia o visitando a amigos”.




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