BUENOS AIRES (NA). Tambores de protesta resuenan despacio todavía pero igual se escuchan ante la situación de frigoríficos, maquinaria agrícola, pequeños y medianos productores, por las declaraciones de emergencia agropecuaria que todavía no llegan en algunas partes y levantan los ánimos del sector.Ocurre que las presiones son reiteradas y asumen diversas formas como los rumores de que podrían subir las retenciones de la soja, una versión siempre presente como contrapartida para bajar los derechos de exportación del trigo y de esta manera incentivar la siembra del cereal que transita por la peor situación en 110 años.La devaluación pegó un coletazo al que algunos analistas intentan encontrarle el lado positivo como es el caso del agroindustrial Gustavo Grobocopatel quien advirtió que “no se puede entender que haya productores que tengan soja y no la vendan”, aún cuando señaló que la economía argentina no puede depender de esa comercialización.Juan Dillon de Nitrasoil recomendó vender porque algunos informes marcan que la soja a nivel internacional podría bajar su precio que hoy orilla los 490 dólares la tonelada, en 40 dólares, en los próximos meses.El mercado de granos de todos modos se reactivó en las últimas jornadas y la soja no fue la excepción ante el empalme de las dos campañas, porque en semanas comenzará a recolectarse la cosecha 2013-2014 que el USDA (United States Department of Agriculture) bajó sus previsiones esta semana en 500 mil toneladas.Así el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos prevé ahora 54 millones de toneladas de producción de soja, 500 mil por debajo del informe de enero, y en maíz redujo un millón de toneladas y se estableció en 24 millones de toneladas las previsiones.Pero el dato relevante fue el trigo, ya que el informe retocó las cifras del año pasado, con lo que el stock de partida para la campaña quedó en sólo 290 mil toneladas y el USDA considera que habrá sólo tres millones de toneladas de exportaciones del cereal y harina para Argentina.Por su parte, la Bolsa de Cereales porteña declaró finalizada la siembra de maíz en todo el país y estimó por primera vez la producción del cereal que fijó en 23,5 millones de toneladas.En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario dio una pincelada de optimismo al publicar un informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) en el que se señaló que a pesar de las excesivas lluvias, la soja levantaría el techo y existen altas expectativas de rindes también para los maíces tardíos en la zona núcleo.Pero la falta de financiamiento es una realidad y la de asistencia a los pequeños y medianos productores que atraviesan una grave situación como los propietarios de más de 90 mil hectáreas quemadas y 179 mil parcelas afectadas por incendios y sequía en la provincia de Buenos Aires.Ante esta situación, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) solicitará asistencia al Gobierno bonaerense y la eximición del impuesto inmobiliario rural confirmó su presidente, Horacio Salaverri.La semana se vio conmovida cuando en un momento alguien afirmó que el Mercado concentrador de Liniers estaba intervenido oficialmente para que no suba el precio de la hacienda.Finalmente se supo que lo que ocurrían eran “conversaciones” con operadores, consignatarios, frigoríficos y supermercados para regular el mercado de la hacienda y el precio de la carne, lo cual causó indignación porque se había vuelto a las prácticas del legendario ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ya que las intervenciones correspondían a su sucesor Augusto Costa.De inmediato se sucedieron los comunicados de entidades con fuertes rechazos a estas prácticas ya que el sector de la carne perdió 12 millones de cabezas y 120 mil empleos en los últimos años debido a estas prácticas invasivas.Además trascendió la intención de reflotar la vieja Junta Nacional de Granos y fue la gota que rebalsó el vaso.Finalmente la Federación Agraria Argentina (FAA) advirtió que van “camino a una gran protesta agraria nacional”, luego de reunirse sus dirigentes en Rosario.Directores de todas las zonas productivas del país señalaron que “estamos viviendo situaciones muy similares a las que ya sufrimos durante la década del 90, con altos niveles de endeudamiento, con falta de canales de financiamiento y con una creciente pérdida de competitividad de nuestros productos”.Además fracasaron las conversaciones entre la Mesa de Enlace provincial de Entre Ríos con el gobernador Sergio Uribarri, que se reunieron luego de seis años de falta de diálogo, por lo tanto cualquier intento de subir las retenciones de la soja, sería la chispa que desataría una catarata de duros reclamos ruralistas.El analista Dillon tuvo una frase estudiada que es lo suficientemente clara para comprender cuál es la situación: Para “los ojos del Gobierno, el campo está sembrando dólares y cosecha dólares”. Dillon insistió: “El campo tiene que entender que vuelve a ser un sector estratégico para el Gobierno”.El productor mientras tanto se enfrenta a problemas domésticos como es la aparición de malezas resistentes al herbicida glifosato, que cada vez son más y favorece la proliferación de estudios técnicos que las identifican.La Facultad de Agronomía de la UBA identificó diez especies resistentes a herbicidas y además se refundó la Asociación Argentina de la Ciencia de las Malezas porque éstas motivan una suba en los costos productivos al combatirlas y pueden disminuir las cifras de producción.





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