TEHERÁN, Irán (Agencias y diarios digitales). Con la rama de olivo tendida hacia Occidente, pero sin abandonar del todo la retórica tradicional desafiante, el presidente de Irán, Hasan Rohani, marcó el 35º aniversario de la Revolución Islámica. Su intervención, rodeado de una multitud congregada en la emblemática plaza Azadi, fue el discurso más importante que Rohani daba en Irán desde su toma de posesión, el pasado agosto.El presidente reclamó negociaciones “justas y constructivas” con las grandes potencias y descartó el abandono del programa nuclear iraní, aunque recalcó su carácter civil. “El camino hacia el progreso de la ciencia y notablemente de la tecnología nuclear civil continuará siempre”, dijo. Con respecto a las negociaciones sobre el dossier nuclear, afirmó que “Irán está determinado a emprender negociaciones justas y constructivas en el marco de las leyes internacionales”, pero precisó que su país espera “que haya la misma voluntad en el otro lado”.A finales de noviembre, la República Islámica pactó un primer acuerdo con el llamado grupo 5+1 (China, EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania) para congelar ciertas actividades de su proyecto atómico, como contrapartida a un ligero levantamiento de las sanciones que estaban estrangulando su economía. Las conversaciones se deben retomar el próximo 18 de febrero, en vistas a llegar a un acuerdo global y definitivo. Pero ese comienzo, después de más de diez años de desencuentros, ha instaurado un cierto optimismo en los círculos diplomáticos.Rohani calificó ayer este diálogo como “un test histórico para Europa y EEUU”, que recibirán “una respuesta positiva y apropiada” si respetan los derechos de Irán. A la vez, no tuvo reparos en decir que las sanciones que había decretado Occidente contra Irán eran “brutales, ilegales y erróneas”.No faltaron los gritos de “¡Muerte a América!”, que no han dejado de sonar en esta conmemoración cada año desde que se instauró la República Islámica, en 1979, tras la caída del sha Mohamad Reza Pahlevi. En las principales ciudades iraníes, la multitud clamaba contra el enemigo histórico de los ayatolás y en Azadi se llegó a quemar una bandera estadounidense de sesenta metros, según relató France-Presse, pese a la nueva era instaurada por Rohani desde que ganó las elecciones el pasado junio.





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