POSADAS. “Estoy de paso, vine a buscar mis cosas y hacer un poco de plata para poder conseguir para el pasaje a Buenos Aires, porque vamos a tener que quedarnos a vivir allá para hacerle los controles cada mes y medio a mi hijo”, indicó Omar Duarte (39), “el taxista honesto”, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. El hombre se había hecho conocido en diciembre pasado en Misiones y el país a causa de un gesto que poco abunda: devolvió 10 mil pesos que una mujer se había olvidado en el taxi que él conducía. Pocos días después de ese gran gesto de honestidad, su hijo Franco (8) tuvo el primer ataque de epilepsia, lo que implicó una derivación al Hospital Garrahan. Finalmente en ese nosocomio, a fines de enero le diagnosticaron una epilepsia progresiva que requiere medicación y un seguimiento constante, que en Posadas no podrán darle dado que en el Hospital Pediátrico, los turnos son cada seis meses y la familia no tiene recursos para financiarlos en una clínica privada.“Habíamos venido hace un año a Posadas con la esperanza de poder radicarnos acá, porque en Buenos Aires ya no se puede vivir, pero ahora todo cambió y con este diagnóstico vemos que tendremos que quedarnos allá”, agregó Duarte, quien junto a Nancy, su esposa ya han asumido el cambio de planes y enfocan sus energías y toda su fe en “empezar todo de cero” y hacer lo necesario para que su hijo mejore.El pequeño Franco, su hermano de nueve y su mamá están en Buenos Aires, donde ella consiguió trabajo hace algunas semanas en el bufet de una fábrica de zapatillas. “Sinceramente me voy a Buenos Aires sin certezas, tengo que buscar un trabajo, un lugar donde vivir porque no tenemos casa allá”, dijo Duarte, quien nació en Posadas pero a los 16 años se fue a Buenos Aires, donde conoció a Nancy. “Lo agarraron a tiempo”Sobre el diagnóstico, los médicos que atienden a Franco señalan que “lo agarraron a tiempo y que hay buenas perspectivas” contó Omar. De esta manera se puede hacer un seguimiento que evite llegar a un punto en que el niño deba ser medicado con cinco o más drogas como ocurre en muchos casos. “Los médicos ya nos avisaron que él tiene un retraso madurativo, eso es lo que más nos preocupa. Teóricamente se va a notar más cuando él vaya creciendo, por eso ahora antes de empezar las clases tenemos que ir a reunirnos con las maestras, tener el seguimiento de la psicopedagoga, porque según dicen, vamos a notar cambios en el comportamiento de Franco que tenemos que atender entre todos”, dijo Duarte.Asimismo indicó que “mi hijo no puede hacer ningún tipo de actividad física por prevención, para evitar que se golpee la cabeza, tampoco puede tener fiebre, porque eso es causante de ataques de epilepsia”.Un ejemplo nacionalOmar Duarte fue conocido los primeros días de diciembre por su buena acción de devolver un dinero ajeno. El hecho llegó a conocerse en todo el país como un “ejemplo”. Un par de días antes de Navidad, su hijo Franco convulsionó (los primeros episodios datan de cuando tenía un año pero todo parecía bajo control). Tras ser conocida esta noticia, muchas personas se solidarizaron con ellos. Incluso desde el Ministerio de Salud Pública se encargaron de respaldarlos en la derivación al Hospital Garrahan y en darle prioridad a la realización de estudios posteriores que le realizaron en enero en el Pediátrico. Una esperanza siempre viva“Tenemos fe en que mi hijo va a estar bien. Y no perdemos las esperanzas de poder venir, en cuanto sea posible, a radicarnos a Posadas para que ellos puedan tener una vida mejor en una ciudad más tranquila”, dijo Duarte. Ambos saben que no será sencillo pero es de esperar que la buena estrella los acompañe. Porque en la vida todo vuelve y este buen hombre ha obrado de manera tal que solamente sea buena fortuna la que aparezca en su camino.





Discussion about this post