POSADAS. En su versión web, el diario porteño Clarín dio a conocer ayer el mal momento que habría pasado el gobernador Maurice Closs en su paso por Mar del Plata, donde alternó descanso con política en los últimos días.El mandatario misionero viene escrachado desde Puerto Iguazú por doble jornada, cuando los municipales de ATE de esa localidad, decidieron quemar gomas y poner pasacalles en su contra y en protesta porque el intendente y cuñado de Closs, Marcelo Sánchez, no aumenta los salarios.El periodista Nicolás Wiñazki (que vino a Misiones en reiteradas oportunidades por investigaciones para el programa “Periodismo para Todos” de Jorge Lanata) relató en el matutino que “el lunes pasado, Closs, al mando de una de las provincias más pobres del país, almorzó junto a su familia en el restaurante marplatense ‘El Palacio del Bife’. La irritación del resto de los comensales que estaba en el lugar se generó cuando algunos de ellos notaron que el Gobernador le pidió al mozo, casi a los gritos, al menos tres botellas de champagne Barón B”.Hasta detalló que “una de las mujeres que lo acompañaba, dijeron testigos, llevaba un reloj marca Rólex, de oro”.Volviendo al hecho, Wiñazki explicó que “la tensión estalló. Un hombre que miraba a los Closs de reojo pagó su cuenta, caminó hacia la mesa del misionero, y lo increpó mirándolo a la cara: ‘¡Chorros! ¡Chorros! ¡Hijos de…!’, gritó”. La reacción del Gobernador contada por el periodista porteño, fue que Closs “se enojó por el ataque, y se levantó rápidamente de su silla, como si tuviera ganas de responderle con el mismo tono a su escrachador. De inmediato cambió de actitud, al notar que buena parte del resto de los clientes del restaurante lo miraban mal. Y entonces Closs se volvió a sentar. Y siguió comiendo, muy perturbado”.





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