PUERTO IGUAZÚ. El fenómeno de la ocupación ilegal de tierras se volvió moneda corriente. Pero llegó a su punto máximo con la muerte de un joven, el pasado fin de semana, aunque no fue la primera. La problemática social es solamente el escudo de la especulación política y la tibieza de la Justicia.Las Dos Mil Hectáreas en esta localidad (la más importante en materia turística de la provincia y donde el gobernador Maurice Closs y su familia cuentan con importantes emprendimientos empresarios) fueron y siguen siendo la fuente de votos de donde se nutren los políticos locales para conseguir victorias en las elecciones municipales y en apoyo de candidatos provinciales y nacionales. Además de ser un núcleo duro de actividades poco claras y sospechosas. Su uso especulativo se inició con fuerza allá por el año 2003. En un mismo escenario se conjugan intereses políticos y empresarios, la millonaria venta de tierras, el negocio del turismo, donde incluso tiene intereses el intendente local Marcelo Sánchez (cuñado de Closs); y la pobreza y desesperación de los ciudadanos que dan la vida por un pedazo de tierra donde vivir, los cuales -muchas veces- son utilizados con falsas promesas por los dirigentes de turno, que después los abandonan a su suerte, generando eternos conflictos (muchos de ellos violentos) en una zona caliente, de frontera, donde se convive con la delincuencia y el “vale todo”.Último casoEl sábado 11 de enero, un nuevo caso de intrusión, tal vez el más violento de los últimos años, derivó en un choque de dos bandos de vecinos por un pedazo de tierra, en el cual Leandro Medeiros, de 19 años, falleció por un disparo en la cabeza.Se supo que en la madrugada del sábado un grupo conformado por unas dieciocho familias usurparon una chacra de tres hectáreas, que es habitada hace bastante tiempo. Llegaron a un acuerdo con el habitante original, que también es intruso, y en común acuerdo les cedió una porción del terreno para que dichas familias permanezcan en el lugar. Pero más tarde, un grupo de cerca de cincuenta personas llegaron e ingresaron al predio con machetes, habrían incendiado las plantaciones y mediante la utilización de cohetes, corrieron del lugar a las familias que allí se encontraban instalándose. Allí se encontraba Medeiros. A la madrugada se hizo presente quien se presentó como el propietario del lugar acompañado de unos veinte hombres algunos de ellos con el rostro cubierto. Entonces, según la principal versión, tuvo lugar un enfrentamiento y la desgracia.Esta no fue la primera muerte. En el 2004, Rolando Guardiola, uno de los primeros dirigentes de la renovación a nivel local, a quien se identificaba como el líder de la ocupación de las Dos Mil Hectáreas, un año antes, también perdió la vida en esas tierras.Especulación de votosLuego de la intrusión masiva de las Dos Mil, al poco tiempo de que el Ejército Argentino las donara al municipio, siendo Timoteo Llera el intendente de Iguazú, la ocupación de tierras fiscales se volvió habitual. La crisis económica del 2001 originó la ocupación, pero la avaricia política lo intensificó. Guardiola se perfilaba como candidato a intendente. Habría orientado a mucha gente que ya había intrusado, hasta fundó un aula satélite que actualmente es una escuela y lleva su nombre.La modalidad siempre fue ocupar el predio en grupos de varias personas, quienes siempre cuentan con información al respecto de la situación catastral del lugar. Por lo cual se cree que hubo apoyo y connivencia desde la clase política.Un ejemplo de ello es la ocupación hace dos meses del predio privado en Almirante Brown, donde el vocero de los intrusos hasta corrigió la ubicación de lotes en la orden de desalojo leída por los policías. Sabían perfectamente que es privado, pero exigieron ver el título de propiedad para retirarse, pero el documento no les fue facilitado.La reelección del ex intendente Claudio Filippa costó múltiples donaciones de tierras para templos y la formación del barrio Las Leñas, por mencionar uno. Además de la donación al club del fútbol de veteranos, donde aún se construye el polideportivo. Allí Filippa es habitué, ya que forma parte de un equipo y hasta paga los asados para las familias de socios que sobrepasan el centenar de personas.Pero la mesa de diálogo del 2004, que regularizó la tenencia de unas mil familias a quienes se les vendieron lotes sociales, no logró arreglar con la Asociación de Trabajadores Rurales de Iguazú (ACTRI), que se instaló para siempre en la zona de chacras.El ACTRI fue el punto de conflicto en la Era Filippa pero, actualmente, tomaron un perfil bajo en la gestión de Marcelo Sánchez, este intendente que reconoció públicamente tener una “chacrita” de tres hectáreas en la polémica zona.Si Filippa organizó el fútbol de veteranos como gran atracción en las Dos Mil, el cuñado del gobernador no se quedó atrás y arrancó con carreras cuadreras y hasta cría caballos para la competencia, junto al concejal Humberto Rossini.El plebiscitoPero el año pasado algo se fue de las manos y salió el llamado a la reforma de la Carta Orgánica, impulsada por un renovador opositor a la gestión municipal, Roberto Arévalo. Sánchez no lo pudo evitar y emitió un mensaje ambiguo de regularizar la tenencia de la tierra que no terminó de convencer, ya que muchos proyectos de grandes emprendimientos están a la espera de terrenos. Es por ello que, finalmente, los electores decidieron no cambiar los artículos de la Carta Orgánica referentes a las tierras. Y todo quedó igual.En la ocupación de Almirante Brown, el presidente del barrio Primavera, Rubén González, tuvo un papel fundamental. Militó por la reforma de la Carta Orgánica y hasta ocupó la banca ciudadana. Se lo vinculaba con el radical, Salvador Morel.Como González lo reconoció, originó la organización de la intrusión en Brown, pero luego de que Magno Britez tomara mayor protagonismo como líder y vocero ante los medios de comunicación y la policía, hubo diferencias entre los dos.En eso, el intendente mantuvo una reunión privada con González y le ofreció treinta reubicaciones para que saliera del lugar.Dicen que el dirigente lo acepta y traslada a treinta familias al camping donde aún están, a la espera de que Sánchez les dé una respuesta. De esa manera, Britez, quien es parte del gremio ATE y encabezado el reclamo salarial de los municipales, qued&am
p;oacute; expuesto y fue el único detenido por la ocupación ante un fallido intento de desalojo por parte de la Justicia.Cabe recordar que el mismo autor de la ordenanza de enmienda de la Carta Magna, Roberto Arévalo, presentó a mediados del año pasado, una nueva propuesta para regularizar la tenencia de la tierra en las Dos Mil Hectáreas. El objetivo de Arévalo es “dar la posibilidad de donación, por única vez, a todos estos barrios, para que puedan tener posesión efectiva de la tierra y a partir de allí puedan contar con los servicios básicos de agua, luz, empedrado y cordón cuneta”. La Carta Orgánica no admite la venta directa y es por ello que bajo la figura de donación, el concejal pretende regularizar de alguna manera la ocupación de los habitantes de la zona más problemática de la ciudad.La tibieza de la JusticiaLa única intervención de la Justicia fue en el 2007 cuando el ex fiscal Alejandro Monzón actuó en prevención de la intrusión apenas habían ocupado un predio en Las Leñas. Pero la resistencia, los detenidos y la presión de algunos sectores y medios dejaron mal visto ese accionar.En la zona de Almirante Brown, la Justicia está analizando la medida a tomar después del fallido intento de desalojo ya que en el lugar comenzaron las construcciones.Por otra parte, el jefe de la Policía de Misiones, había anunciado en diciembre, un plan para prevenir el intrusismo. “En la última intrusión tenemos gente que vino de otros lugares, entonces tenemos que tomar medidas para que esto no siga sucediendo de que vengan de otros lados, es por eso que estamos diagramando con la gente de la Unidad Regional y el comisario mayor Dulko para instalar controles y si se detecta gente con fines de intrusar se los devuelva a su lugar de origen porque va a llegar el momento que Iguazú va a tener 200 mil habitantes y no es así la cosa, yo creo que la gente tiene que ganarse su lugar para habitar”, había asegurado Jorge Munaretto.Nadie se hace cargoMientras varios políticos debieron admitir tener “un terrenito”, vaya a saber con qué legalidad en materia de propiedad, nadie apunta a una solución seria y definitiva al problema que se generó con el correr de los años y las gestiones políticas en las Dos Mil Hectáreas de Puerto Iguazú.El problema social que se mezcla con lo jurídico, no se abordó de modo interinstitucional, a pesar de los conflictos que hubo y que terminaron con vidas humanas. Camino a qué van las Dos Mil sin un abordaje definitivo? ¿Un barrio más o territorio de nadie?





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