SAN VICENTE. Los Bomberos Voluntarios de San Vicente cumplieron el sábado treinta años al servicio de la comunidad. Lo celebraron con un acto que se realizó en el Complejo Polideportivo Municipal seguido de una cena show. En una pancarta que estaba sobre una autobomba decía “1984- 2014, 30 años a su servicio”.El 11 de enero de 1984, un grupo de vecinos se reunió en el Salón Parroquial (hoy Copérnico) de San Vicente y formó la primera Comisión Directiva de la Asociación de Bomberos Voluntarios de esta ciudad. El entonces recientemente asumido como concejal de la UCR, Luis Kleñuk, fue elegido por los demás ciudadanos como el presidente de la flamante comisión.Ese mismo día se formó el Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios. Fue designado como jefe del escuadrón el profesor Jorge Martínez, que tenía experiencia porque había sido bombero voluntario en otra ocasión. De ese grupo de ciudadanos que integró la primera formación, sólo tres están activos. Se trata del jefe del cuerpo activo de bomberos, Carlos Smiak, el segundo en el mando, Eduardo Bresiski, y el bombero Ramón Solís.El verano de 1984 fue muy caliente y se producían muchos incendios. No fue distinta a otras temporadas estivales anteriores: se quemaban casas, baldíos y montes. Eso movilizó a los vecinos de la ciudad. En ese entonces Argentina estaba estrenando la democracia: hacía sólo meses que habían asumido las autoridades elegidas por el pueblo después de vivir la Dictadura y para San Vicente era una situación especial, porque había asumido por primera vez un intendente democrático.La inquietud de los vecinos hizo que las autoridades de defensa civil promovieran la creación de bomberos voluntarios en las distintas ciudades y ese día se reunió casi un centenar de vecinos para formar una institución que hoy, tres décadas después, es orgullo de los sanvicentinos.Ramón Solís es uno de los tres bomberos voluntarios que está activo e ingresó aquel 11 de enero hace treinta años. Solís dijo a PRIMERA EDICIÓN con la voz quebrada lo que siente al ser un servidor público. “Para mí es un orgullo pertenecer a esta institución y es un honor servir a la población. Desde que se formó el cuerpo activo decidí ingresar y estoy hasta hoy como bombero. No se puede explicar lo que uno siente en el interior por poder hacer algo por un semejante”.Solís recordó el comienzo de los bomberos voluntarios de San Vicente. “Nuestro jefe ‘Yoni’ Martínez y otro integrante del cuerpo habían tenido experiencia de ser bombero voluntario en otros lugares donde vivían y nos ayudaron a formarnos. Nosotros no sabíamos nada de lo que teníamos que hacer, teníamos muchas ganas y voluntad”.Una de las características que destacó a los bomberos de la Capital de la Madera es que siempre buscaron la capacitación de los integrantes y hoy lo siguen haciendo. Según Solís, “recién comenzamos a entender nuestro trabajo una vez que comenzamos a hacer cursos de capacitación. Pero no teníamos elementos ni herramientas para trabajar. Cuando había un incendio salíamos corriendo a buscar el camión cisterna de la Municipalidad para ir a apagar el fuego. Llegábamos tarde y eso nos ponía mal porque no podíamos hacer lo que teníamos que hacer, que era ayudar a nuestros compueblanos a salvar sus cosas de un siniestro”.Ramón Solís tuvo un accidente que lo dejó discapacitado de una pierna, pero de todos modos no dejó su pasión y sigue adelante con su labor de bombero voluntario.Las tres décadas que pasaron para los Bomberos Voluntarios de esta ciudad no fueron desperdiciadas. Hoy esta institución es un ejemplo de manejo por parte de la Comisión Directiva, que está a cargo del contador Jorge Gustavo Hassan, y del Cuerpo Activo, que está a cargo del jefe Carlos Smiak. El cuerpo tiene guardia permanente las 24 horas, asiste a los llamados de emergencias por incendios, accidentes de tránsito, accidentes domésticos, rescate de animales y hasta cumple la labor de asistir a los ciudadanos que tienen problemas de salud en su domicilio, ya que no hay servicio local de emergencias médicas.





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