POSADAS. La dulzura de su voz y un rostro que se ilumina con cada verso que entona, dejando al descubierto un alma que se regocija en la música, una sensación que rápidamente se transmite al escenario, a los músicos que lo acompañan y al público fueron determinantes para que el jurado declare a Franco Zacarías revelación del 23º Festival del Chamamé, un premio que en esta edición lo subirá al escenario Mario del Tránsito Cocomarola el próximo sábado, junto a grandes músicos.Franco descubrió su nexo con el canto con sólo ocho o nueve años, cuando en una clase de guitarra, “así como así y por esas cosas que hacen los niños” interpretó el tema que su profesor ejecutaba con el instrumento, para sorprenderlo gratamente. “El maestro nos llamó y nos dijo que tenía condiciones, entonces buscamos todos los medios para que se capacite y siga haciéndolo”, cuenta su papá, Claudio, lleno de orgullo.Y agrega que tuvo la posiblidad de compartir escenarios con grandes artistas locales, como Joselo Schuap y Claudio Bustos, entre otros, además de presentar un crecimiento vertiginoso en muy poco tiempo, pues en poco más de dos años y con sólo 16, fue parte de fiestas importantes, incluso en Buenos Aires, junto a Joselo, en la Casa de la Cultura “Fondo Nacional de las Artes”.Además, Franco obtuvo importantes premios, como el que otorgó el certamen “Por los Jóvenes Todo”, en el que representó al colegio al que asiste, Ipesmi, organizado por la Municipalidad de la ciudad de Posadas, en 2011 y, un año después fue galardonado por el concurso “Abrecaminos”, producido por la Subsecretaría de Cultura de la provincia y la productora “De la Mente Records”, que le abrió las puertas para grabar un CD, que aún no fue presentado en sociedad.A su vez, Claudio resaltó que “nosotros como padres siempre tratamos de apoyarlo, acompañarlo, incentivarlo, guiarlo, pero la última palabra la tiene siempre él, además, gracias a Dios, es un chico que no necesita que le digan lo que tiene o debe hacer, entonces nos limitamos a apuntalarlo. Tiene profesores en Buenos Aires, acá también, la idea es que se vaya perfeccionando, principalmente porque como padres somos el primer fan pero también los primeros críticos”.Mientras que Franco explica que, a diferencia de sus compañeros adolescentes, tiene otras responsabilidades que “exige el canto, pero las voy llevando bien, porque la música es lo que más me gusta y encuentro en eso un incentivo para seguir, para crecer. De todas formas no salgo mucho, prefiero estar en casa, soy familiero”; una característica que su papá subraya, para confesar que “por suerte no está quemando etapas, hace la vida de un chico de su edad con todo lo que ello implica.Un repertorio especial“La consigna del festival es que el repertorio propuesto que debe incluir un tema inédito y/o de rescate (plan rescate), algo que está bueno, es comenzar con un tema inédito, al que se sumarán clásicos, como ‘Paloma Blanca’, por nombrar alguno”, comentó Franco a PRIMERA EDICIÓN.El chamamé es muy rico, lamentablemente, de los miles de temas registrados, menos de un centenar se difunde por radiofonía o medios audiovisuales, dejando latente la posibilidad de la desaparición de un valioso patrimonio musical: chamamés, rasguidos dobles, valseados, charandas, tanguitos montieleros, etc. A su vez, como efecto secundario negativo, los repertorios se reiteran, incluso con exceso en recitales festivales y en la propia programación musical de la Fiesta, por eso en esta edición el Instituto de Cultura propone visibilizar y rescatar un enorme patrimonio artístico que es desconocido para los nuevos públicos y las nuevas generaciones de artistas por haber quedado fuera de los circuitos de difusión masiva, de allí es que nace la orden de presentar un tema inédito o “rescatado”. Pero Franco nunca sube solo a los escenarios, generalmente lo acompañan Marcelo Mottola (baterista y percusión), Sergio Tarnowski (acordeón y teclado), Leri Duarte (bajo), Fernando Gruber (primera guitarra criolla y eléctrica) y Maximiliano Espíndola (segunda guitarra y coro), “un excelente grupo”, mencionó Claudio, que para el encuentro con los chamameceros de Corrientes capital sufrirá algunos cambios, por cuestiones particulares.Siempre en busca de capacitaciónAdemás del secundario, Franco cursa octavo año en la Escuela Superior de Música, donde avanza en una Tecnicatura en Guitarra, recibe clases de coaching vocal con la profesora Katie Viqueira y de canto y vocalización con el profesor Juan Juncales, en Buenos Aires.Mientras que, lleno de sueños, menciona que “me gustaría dedicarme enteramente a la música, profesionalmente, pero a la par estudiar, tener una carrera, es fundamental, mi familia me apoya en todo, en cada proyecto y una carrera paralela es fundamental”.Sin duda la tierra colorada guarda promesas, muchas tienen la suerte de llegar a ser descubiertas, como Franco, un adolescente aplicado y con todas las pilas puestas en estudiar, un esfuerzo que vale ser reconocido por los misioneros y que, sin duda, el público de la 24º Edición del Festival Nacional del Chamamé ovacionará.





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