POSADAS. El calor le dio una tregua a los posadeños, luego de una semana que coronó el viernes con el termómetro clavado en los 35,5 grados centígrados y la sensación térmica rozando los 42. Ayer por la mañana, a primera hora, las nubes cubrían completamente el cielo. Hacia el sur se observaba más oscuro el horizonte, con una breve brisa, que hacían presagiar precipitaciones, las que no tardaron en llegar y fueron una verdadera bendición, porque trajeron alivio a tanto calor.Sirvió para aplacar la polvareda de las calles de tierra, regar las castigadas plantas, el césped y para que los “frío-rápidos” saquen las camperas que estaban guardadas. Sí, no fue una exageración del cronista, sino de quienes sintieron que el descenso térmico fue importante y salieron a pasear bien abrigados en pleno mediodía.La lluvia caída ayer no fue mucha, solamente 9 milímetros, pero suficiente para que el termómetro registre un notorio descenso, cercano a los 20 grados, que si se los compara con la temperatura del viernes y los anteriores, fue un verdadero paraíso.“Pasa que hacía demasiado calor y entonces apenas refrescó tuvimos que abrigarnos, como para no enfermarnos por el cambio de clima”, dijeron sonrientes Analía y Claudia, dos mujeres que paseaban ayer al mediodía por el centro capitalino.Un grupo de turistas deambulaba también con una sombrilla de playa que utilizaban para cubrirse de la lluvia. “Vamos a las playas de Brasil, somos de Salta y paramos a almorzar. Los chicos no aguantaban las ganas de sacar la sombrilla y acá la están empleando. Vinimos con mucho calor en el viaje y esto nos ayuda a seguir con más ánimo”, indicó Roberto Andino, junto a sus tres chicos y su esposa.





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