POSADAS. Pudo haber terminado en un infierno, pero no sucedió por causa divina. Un delincuente, temible a juzgar por su accionar, perpetró tres robos a mano armada en menos de treinta minutos sin “despeinarse”, con una impunidad que causa vergüenza ajena. Y aquello de que no terminó en desgracia por milagro es verdad. En su raid delictivo intentó violar a una joven y no lo hizo porque el padre llegó a la casa y se vio obligado a escapar. Luego asaltó a dos mujeres a punta de arma de fuego, en la vía pública. En el segundo caso la víctima fue una soldado voluntaria, a la que gatilló en la cabeza al creer que sacaba la pistola, pero la bala no salió. La mujer había metido la mano en el bolsillo no para extraer el arma, sino para entregarle el celular.Todo transcurrió el jueves, en horas de la mañana, pero el caso trascendió entre dientes recién en la jornada de ayer, 24 horas después.Una fuente de la misma Policía indicó que ni el juez de Instrucción Marcelo Cardozo, a cargo del Instrucción 7, fue anoticiado del lamentable episodio.Al parecer, el raid delictivo arrancó en una casa situada en inmediaciones de la avenida Alem y calle Morcillo.Allí se encontraba descansando la joven cuando el maleante saltó el muro posterior e ingresó a la construcción después de violentar una ventana. Sin darle tiempo a reacción, la tomó del cuello y amenazó con matarla si no entregaba el dinero que había en la casa.Sin embargo, sobre la marcha comenzó a sacarse las zapatillas y el pantalón para abusar de ella, cuando escuchó que alguien regresabaal domicilio. Era el padre de la muchacha que, afortunadamente, volvía. Cuando este hombre escuchó el pedido de auxilio de la hija, el criminal había escapado. Según pudo averiguar este Diario, lo logró porque se movilizaba en una motocicleta.No conforme con ello y lo peor de todo para él, con las manos vacías, sorprendió a una mujer en la vía pública para robarle la cartera. A unos 70 metros de ese lugar, al parecer cerca de las instalaciones del Ejército, en Alem y San Martín probablemente, abordó a una soldado voluntaria. La intimidó con un arma de fuego para que entregara lo que tenía de valor.Sin embargo, la mujer hizo un movimiento que casi le cuesta la vida: introdujo la mano en un bolsillo, no para sacar un arma como creyó el pistolero, sino para entregarle el celular, a lo que el atacante reaccionó gatillándole el revólver en la sien. Por milagro el proyectil no salió y el maleante aprovechó el shock de la víctima para darse a la fuga. Anoche, al cierre de esta edición, habría sido detenido un sujeto apodado “Pipón”, sospechado de ser el autor de los hechos. El silencio absurdoPese a la gravedad del hecho, en el que una joven casi termina abusada sexualmente y una voluntaria del Ejército ejecutada de un balazo en la cabeza, la Policía guardó silencio absoluto y no informó de la situación.Sucedió el jueves, en horas de la mañana, en jurisdicción de la comisaría Seccional Segunda, aunque trascendió recién ayer.Una fuente descontenta con manejos internos en la Policía, que obviamente pidió reserva de identidad, afirmó que ni la Justicia fue notificada del lamentable episodio.La misma especie indicó que el magistrado -en este caso el juez Marcelo Cardozo, a cargo del Instrucción 7 de Posadas-, recién ayer a la mañana se habría enterado de todo. Recién ayer por la noche, al cierre de esta edición, se informó sobre la detención del presunto autor de los hechos, algo que marca a las claras una vergonzosa “manipulación” del caso por parte de la Jefatura de la Policía de Misiones, donde tres personas corrieron peligro de muerte.





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