COLONIA CAÁ GUAZÚ (Itacaruaré). El 23 de diciembre pasado, cuando el médico Hugo Osuna y la auxiliar de enfermería Gabriela Fernanda Flores culminaban sus habituales visitas a la Colonia Caá Guazú, recibieron una urgencia en el CAPS ubicado a 30 kilómetros de Itacaruaré: una madre llegó pidiendo auxilio porque su hija de un año y tres meses había estado sumergida más de 10 minutos en un tanque de agua. Al ver la situación, el médico y la enfermera salieron en el vehículo de la familia de la niña rumbo al hospital Samic de Alem, a 30 kilómetros con un tramo de camino de tierra de difícil circulación. Durante el viaje, ambos asistieron a la niña con maniobras de resucitación, respiración boca a boca y control de vía aérea y signos vitales. Con ello consiguieron que la pequeña mejorara su respiración y sus latidos cardíacos. Cuando llegaron al centro asistencial, la pequeña Naiara Aylen “presentaba cianosis -color azul- de manos, pies, peribucal, hipotónica, sin reacción a estímulos, con dificultad respiratoria con tiraje”, relató el doctor. Al ingresar a la guardia del Samic, la asistieron con oxígeno y decidieron derivarla al Hospital Pediátrico de Posadas, acompañada por un médico residente del establecimiento local.Entre tanto, Ozuna y Flores retornaron al CAPS de Caá Guazú, donde los pacientes los esperaban para ser atendidos. Todos estaban conmocionados por lo ocurrido y sorprendidos por el accionar de los profesionales. Durante el traslado a la capital provincial, la niña presentó episodios convulsivos y fue asistida por el residente. Al llegan al Hospital de Pediatría, Nayara quedó internada hasta el 25 de diciembre, día en que recibió el alta médica y fue trasladada a su domicilio.Un milagroEl doctor Osuna, quien visita la colonia cuatro veces por semana, estará a cargo de los controles de Nayara, que -según señaló el profesional- ahora se encuentra en “buen estado general de salud, sin secuelas visibles al caminar, comer, dormir, hablar. Lo único que le encontraron fue una manchita en el cerebro, que deberá controlarse”. “Estamos contentos de que la pequeña esté bien y agradecemos a Dios que nos acompañó en todo momento durante la asistencia de esa emergencia. Más alegría nos da verla bien a la niña, jugando y feliz junto a su familia”, expresaron el médico y la enfermera, quienes visitaron a Nayara en su casa, días después de Navidad.





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