WANDA. Isabel Aquino es sanadora guaraní. Nació en el salto Dos Hermanas de las Cataratas del Iguazú, a fines de los años 70. Aprendió de su madre partera a sanar con las manos y con medicinas extraídas de los árboles de la zona. Comparte sus saberes en un documental llamado “Pupila de mujer, mirada de la tierra”, basado en una idea de la mapuche Moira Millán, quien recorre distintas comunidades originarias para conocer y rescatar su cultura, desde la palabra de las mujeres. Fue estrenado en 2012 en Buenos Aires y puede verse en el canal MSTTVArgentina de www.youtube.com. Nacer en las aguas grandes“Yo tuve el privilegio de nacer en las Cataratas, más precisamente en el Salto Dos Hermanas”, señala Isabel con mucha emoción. Su madre era partera, tuvo 18 hijos y varios nacieron en las aguas del río Iguazú.Actualmente Isabel vive en la comunidad Isyry, en Wanda, ya que hace varios años fueron desplazados de las tierras que hoy ocupa el Parque Nacional Iguazú.Es conocedora de las energías del agua, los árboles y la tierra. Tiene fragmentos de piedras semipreciosas de la zona, colocadas en la entrada de su casita de madera. “Son para dar la bienvenida a quien llega, y también tienen toda una cuestión energética que ayuda a estar en equilibrio”, explicó Isabel a Moira.Durante la visita de la mapuche, le mostró el alambique que usa para destilar las esencias curativas de la plantas y árboles como el pindó (ver recuadro). También señaló la guayubira, árbol nativo que ocupa la zona de Brasil, el litoral argentino y Uruguay. “La guayubira me sirve como orientadora”, dijo abrazando su tronco. “Pero hoy está en extinción por el monocultivo, hay empresas que tienen gran parte de las tierras (de Misiones), y son las mejores tierras”, denunció.Memoria del desarraigo“Devuélvannos las tierras que nos quitaron, que nos empobrecen y nos hacen sufrir”, cantan en ronda los niños de la comunidad. “Mis padres y otras familias hicieron los primeros senderos en las Cataratas, senderos que después se llamaron pasarelas. Era otro paisaje, una vida maravillosa, podíamos disfrutar de todo eso tan puro, nos bañábamos en el agua”, recordó Isabel. Años después fueron desplazados de su ambiente natural, que es el espacio que hoy ocupa el Parque Nacional Iguazú. “Lo único que recuerdo es que un día mi mamá dijo que teníamos que dejar ese lugar, no podíamos estar más ahí”, señaló la mujer, quien vivió el desarraigo desde pequeña. Recién cuando su ánimo se lo permitió, Isabel volvió a reencontrarse con las tierras de Cataratas, que hoy tiene otras lógicas y restricciones, como por ejemplo la prohibición de bañarse en las aguas. “De a poco fui descubriendo esto (el Parque Nacional), porque era muy doloroso el despojo que vivieron mis padres”, dijo y subrayó que “el problema de desplazamiento que tenemos en toda la provincia de Misiones es muy doloroso, sabemos que nuestro pueblo está viviendo en tierras donde no hay árboles, ni tierra ni río”.La salud de la tierra“La salud es todo, no es una sola cosa. Y si no preservamos la salud de la tierra, es imposible hablar de salud. Mi madre es mi gran ejemplo, cuidando todo y en ese todo estaba prestar esa sabiduría a otras mujeres”, dijo antes de que un llanto le cortara la voz.Ser con la naturaleza. Esa es la filosofía de los originarios. “En este momento estoy viviendo mi parte agua, la contemplación, dejarme llevar un poco más, escuchar mi propio sonido. El agua es algo que acomoda ciertas energías en uno mismo y está conectada con la energía del amor”, explicó Isabel.“Hay que devolverles las tierras”“A los indígenas no hay que comprarles tierras, hay que devolverles tierra”, asevera el padre Bartomeu Meliá, lingüista y antropólogo, quien se define como paraguayo nacido en Mallorca (España). Hace más de 50 años, llegó a Paraguay con una misión jesuita y defendió al pueblo guaraní y su lengua. En 2010 recibió el premio Bartolomé de las Casas.En relación al conflicto de las tierras y el desplazamiento de los pueblos originarios, cabe recordar que en Argentina, desde 2009, se trabaja en el relevamiento de tierras originarias, proceso que se ha ido dilatando sobremanera: hasta el momento se completaron los informes de sólo diez de las 113 comunidades de Misiones. La ley busca conocer los territorios desde una perspectiva socioantropológica, para que el Estado pueda, más adelante y con una nueva ley, comprar las tierras y entregarlas a las comunidades. Extraer la esenciaCapítulo aparte merece el alambique, herramienta artesanal ubicada en los alrededores de la casa de madera de Isabel. “Este alambique es herencia de los saberes de nuestros ancestros. Sirve para sacar el jugo, la esencia de la planta que luego se usa como medicina: usamos tarumá, palo borracho, el pindó, que es la palmera sagrada y que también es comestible, se hacen licores, dulces y otros”, explica Isabel. “La naturaleza es generosa siempre pero es bueno tener esa mirada hacia ella y ver en qué momento ella hace su aporte”, señaló la mujer, para destacar la importancia de ese contacto con el ambiente, conociendo qué partes de la planta deben usarse y en qué época.





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