POSADAS. Se abstuvo de declarar en las últimas horas el concubino de la joven madre Marina Da Silva (19), quien fue asesinada en las afueras de esta capital y en vísperas de Navidad. El único detenido por el hecho, de 21 años, continuará tras las rejas hasta que el juez penal Ricardo Balor, quien sigue la investigación de la causa, defina su situación procesal. El cadáver de Marina Da Silva fue hallado el martes 31 de diciembre al mediodía. Estaba en avanzado estado de descomposición en una excavación de unos 12 metros de profundidad cerca del camino a “Campo Bauer”, en el Paraje Nemesio Parma, relativamente cerca del destacamento de Prefectura. El cuerpo se encontraba semidesnudo de la cintura para abajo y atado de pies y manos con un cable. Horas después, se supo que se trataba de Marina. El informe forense estableció entonces que el deceso se produjo por “traumatismo y fractura de cráneo”, ya que el cuerpo mostraba dos golpes importantes en la zona de la cabeza. Sospechan que las heridas fueron realizadas con un elemento contundente similar a un hierro, aunque no existen mayores precisiones al respecto. La necropsia estableció que Da Silva no fue abusada sexualmente en los momentos previos a la muerte. Además, se cree que fue asesinada en otro lugar y arrojada luego al pozo. Las pericias sobre las muestras de sangre halladas en un predio cercano al lugar donde encontraron a la joven podrían arrojar luz sobre el hecho.





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