BUENOS AIRES (NA). Llega el momento de planificar las vacaciones y estar embarazada no es un impedimento para viajar con la familia, siempre y cuando no exista algún riesgo en ese estado.Según explicó Agustín Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico, organizar un viaje “requiere de algunos cuidados” y que en cualquier etapa del mismo “la decisión de viajar y la distancia del viaje deben ser tomadas conjuntamente entre la embarazada y su médico”.El especialista indicó al respecto que “si las vacaciones se planifican lejos y la mujer debe desplazarse, es conveniente realizar el viaje durante el segundo trimestre y tomar algunas precauciones”.“La época más segura es entre la semana 18 a la 24, ya que la mujer se siente mejor, generalmente ya sin vómitos ni náuseas, y tiene menos riesgo de sufrir un aborto espontáneo o un parto prematuro. Probablemente se recomiende no viajar durante las últimas semanas del embarazo salvo en casos de emergencias”, detalló el especialista.El médico destacó que antes de comenzar un viaje “es fundamental tener en cuenta la disponibilidad y la calidad de la atención médica además de la ubicación de los hospitales o sanatorios de la zona, sobre todo si el embarazo está avanzado”. Además, remarcó que deberán evitarse destinos que requieran de vacunas, ya que algunas de ellas están contraindicadas durante la gestación.Estirar las piernas“Si va a realizar el viaje en auto, siempre es conveniente detenerse cada dos horas y estirar las piernas o dar un paseo para reactivar la circulación y evitar la trombosis. Si la familia planea trasladarse en avión, es fundamental obtener el permiso médico, ya que algunas aerolíneas lo requieren; no permanecer sentada largo tiempo sino caminar cada dos horas para favorecer la circulación de la sangre, beber agua en abundancia y colocar el cinturón de seguridad por la parte baja de la pelvis”, enumeró.Pasqualini puso de relieve que “no se debe perder de vista que el viaje debe ser un período de relajación y descanso y al planearlo es necesario considerar que una agenda apretada y un ritmo acelerado de traslados y visitas no es lo recomendable”.El calorEn cuanto al calor, el especialista advirtió que durante el embarazo “las variaciones hormonales provocan una mayor cantidad de transpiración y pueden llevar a la deshidratación”, por lo que “es muy importante la ingesta de agua y evitar la exposición al calor durante períodos prologados de tiempo”.Al respecto, aseveró que “el aumento de sudoración puede también provocar erupciones en la piel que pueden diseminarse por el cuerpo e incluso provocar malestar”.“Además, la piel requiere una mayor protección del sol, ya que puede generar manchas u oscurecimiento por los cambios de pigmentación o intensificar la erupción. Es recomendable utilizar sombreros, protector solar y evitar exponerse al sol en horas del mediodía”, agregó. Nutrición“Tanto para la salud de la madre como para el buen desarrollo del bebé es indispensable mantener un correcto aporte de todos los nutrientes y, esto también incluye poseer un estado de hidratación apropiado, evitar las bebidas cafeinadas y seguir una dieta balanceada que incorpore en mayor medida frutas y verduras jugosas”, dijo el especialista, quien indicó que “buenas alternativas al agua son los jugos cítricos, leche y las bebidas deportivas, en particular para aquellas mujeres que transpiran bastante”.





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