OBERÁ. Desde el sábado por la mañana, un grupo de familias de tareferos ocupan terrenos privados ubicados en la zona del barrio San Miguel de esta ciudad.María Núñez, referente de la asociación Tareferos en Lucha, confirmó que “son unas 240 familias, no todas son de San Miguel, hay algunas de 100 Hectáreas y de otros barrios. Decidimos tomar estas tierras que hace años están abandonadas porque ya no tenemos donde vivir, nuestros hijos crecen, arman sus familias y no se pueden despegar de nosotros porque se quedan sin nada, en la calle”.No todas las asociaciones coinciden con esta medida, Fabián Brito, de Tareferos Históricos, dijo que “a mí me invitaron para sumarme, pero ni mi grupo ni yo estamos de acuerdo con esto, me parece que no lleva a nada y los tareferos quedamos marcados frente a la sociedad. Actualmente en mi asociación hay cerca de 600 personas que la integran y nadie quiere que nos tomen bronca, porque el tarefero es un trabajador más que tiene sus necesidades, pero hay que buscar la forma de resolver”.El predio tomado tiene importantes dimensiones. “Los terrenos se midieron y todos van a tener el mismo espacio de tierra, nadie se va a llevar más que otros, hay muchos chicos y estamos sin luz, sin agua y sin baños. Algunos están armando carpas y otros empezaron a levantar sus casitas porque decidieron quedarse acá, permanecer en este lugar. Vamos a necesitar ayuda de las autoridades para conseguir chapas de cartón y madera para terminar las casas”, afirmó Núñez.La usurpación de tierras en Misiones se volvió ya una costumbre. El año pasado, una plaza pública del barrio Villa Stemberg fue tomada por familias que afirmaban no poder seguir pagando un alquiler. El líder de esta movilización es un empleado municipal. Allí se instalaron en pleno invierno familias completas, sin luz, sin agua y sin baños, exponiendo a los niños a esta situación. En la ciudad de las CataratasTambién en Puerto Iguazú, la usurpación de tierras fue una constante, no sólo en las Dos Mil Hectáreas, sino también en terrenos privados como 13 hectáreas del barrio Almirante Brown, propiedad de un abogado que mantenía ese sector como espacio verde. Allí, centenares de familias ingresaron a la fuerza y con violencia, se instalaron y exigen casas. Lo llamativo es que, según indicaron las autoridades, muchos de ellos tienen viviendas. 29 familias acordaron con el Municipio y la Justicia retirarse al camping municipal mientras se realizan las tratativas para conseguirles viviendas. Los demás, días antes de Navidad volvieron a resistir armados el desalojo ordenado por la Justicia, violando así varias órdenes judiciales. Aquí también, el líder de los usurpadores es un trabajador municipal. Familias completas dispersaron sus carpas y lo que encontraron para acomodarse en el predio privado. En dos oportunidades la Justicia, con el apoyo de la Policía provincial, intentaron, por medio del diálogo, hacer que abandonaran el lugar, pero los intrusos se resistieron, todos, entre ellos niños y mujeres, armados con cuchillos, machetes y palos con clavos.





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