APÓSTOLES. Un comerciante de 43 años fue baleado en el muslo de la pierna izquierda a manera de intimidación para que entregara el dinero de la recaudación que tenía en su negocio. El mensaje fue claro: “El próximo tiro va a la cabeza”, indicó uno de los investigadores consultados por PRIMERA EDICIÓN. El atraco, inusual por la violencia de los asaltantes, se produjo el jueves, alrededor de las 22, en un minimercado ubicado en la avenida Chapaz de Apóstoles.Los maleantes se mostraron decididos a todo. Uno de ellos no vaciló en abrir fuego cuando percibió que el propietario del negocio podía especular con la situación.No le importó siquiera que la esposa estuviera en el lugar, agregó el portavoz. Eran alrededor de las 22 cuando los sospechosos irrumpieron en el lugar. Estaban armados y cubrían sus rostros con pasamontañas.Desde el departamento Prensa de Jefatura se informó ayer que ambos se movilizaban en moto y que por la violencia con que actuaron, puedan provenir de otros puntos de la provincia y hasta del país.Con el balazo efectuado al comerciante, los ladrones terminaron de controlar la situación y se apoderaron de un botín estimado en 3.000 pesos, según datos aportados por Prensa de Jefatura.El comerciante, llamado Antonio, fue trasladado hasta el hospital local, donde recibió las primeras curaciones.No trascendió el último parte médico, pero en un principio estaría fuera de peligro.En el caso trabaja la comisaría seccional Primera y la Brigada de Investigaciones, dependientes de la Unidad Regional VII.Se labran actuaciones con intervención del Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles, concluyó el informe oficial dado a conocer por la fuerza de seguridad provincial. Ebrio y sin conducta: al calabozoEbrio y sin control, un hombre de 28 años fue detenido en el barrio Chesny de este municipio, denunciado por los vecinos por causar desmanes en su casa y en la de ellos.Cuando una patrulla del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional VII arribó al lugar, alrededor de las 18.30 del jueves, el irascible intentó escapar pero fue alcanzado a las pocas cuadras.Embriagado y todo, vendió caro su arresto: agredió a los uniformados y causó daños en el móvil policial.Finalmente fue trasladado y alojado en la comisaría de Apóstoles, a disposición del Juzgado de Instrucción 4 de esa ciudad.Al parecer, los vecinos se hartaron de las molestias que este hombre causaba en la zona y decidieron denunciarlo a la Policía.Se labra sumario en una causa contravencional.





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