WASHINGTON, Estados Unidos (Agencias y diarios digitales). La Casa Blanca aconsejó a sus aerolíneas comerciales que informen a las autoridades chinas de sus planes de vuelo cuando atraviesen la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés de Air Defense Identification Zone) que Pekín estableció sobre el Mar de China hace poco más de una semana -medida que elevó las tensiones en la región-.Estados Unidos dijo que esperaba que sus aerolíneas operen cumpliendo los “avisos a los aviadores” emitidos por países extranjeros, aunque agregó que la decisión no indicaba la “aceptación del Gobierno estadounidense de los requerimientos de China”.La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, indicó que “la libertad de sobrevuelo y otros usos legales internacionalmente del mar y el espacio aéreo son esenciales para la prosperidad, la estabilidad y la seguridad en el Pacífico”.Tras subrayar que Estados Unidos mantiene su preocupación sobre la declaración china de una zona de defensa aérea en el Mar de China, “el Gobierno de Estados Unidos espera que las líneas aéreas estadounidenses que operen internacionalmente” lo hagan de manera consecuente “con los avisos aéreos emitidos” por otros países.No obstante, subraya que esta recomendación no indica que Washington reconozca la zona declarada por China.En Japón, las dos principales aerolíneas “ANA Holdings” y “Japan Airlines” acordaron con Tokio que volarán por la zona sin realizar notificaciones a China.Mientras tanto, Corea del Sur afirmó que notificó oficialmente a China sus planes para incluir en su propia ADIZ el islote de Ieo, una roca submarina que se disputan ambos países y que está también en el área de defensa china, según el diario surcoreano “Chosun Ilbo”.Y Taiwán asegura que presentará una queja a Pekín por no haber sido informada antes de la declaración de la ADIZ el pasado sábado 23 de noviembre.Pekín quiere que los aviones extranjeros que atraviesen el espacio -incluidos los aviones de pasajeros- se identifiquen frente a las autoridades chinas. La zona incluye los cielos sobre las islas que están en el centro de una disputa territorial entre Japón y China, y representa un desafío por parte del gigante asiático contra Estados Unidos, que domina la región desde hace décadas.Un funcionario del Gobierno de Estados Unidos dijo que la medida de China parecía ser un intento unilateral de cambiar el status quo en el Mar de China, lo que podría “incrementar el riesgo de errores de cálculo, confrontación y accidentes”. “Instamos a los chinos a ejercer cautela y moderación, y estamos consultando con Japón y con otras partes afectadas en toda la región”, dijo el funcionario.Funcionarios estadounidenses dijeron que el vicepresidente Joe Biden visitará China, Japón y Corea del Sur esta semana y que tratará de aliviar la tensión sobre el tema.SeguimientoDurante la semana pasada, aviones militares estadounidenses, japoneses y surcoreanos sobrevolaron la zona de defensa china sin informar a Pekín, por lo que China respondió con el despliegue de aviones en el espacio aéreo.Las maniobras de cazas chinos en la Zona de Identificación de Defensa Aérea elevó ayer las tensiones en el área.Los cazas de tipo Su-30 y Qian-11 fueron enviados a la ADIZ el viernes para seguir e identificar a los aviones que sobrevolaran el área, según indicó el portavoz de la Fuerza Aérea china, Shen Jianke.Según él, los cazas chinos identificaron dos aviones estadounidenses y diez japoneses. Los aparatos estadounidenses practicaron dos patrullajes sobre la zona, mientras que los japoneses llevaron a cabo siete.Los aparatos chinos “supervisaron los vuelos completos, identificaron los aviones y establecieron los tipos” de aparatos que sobrevolaron la ADIZ, indicó Shen.El envío de aviones militares al área de conflicto fue una escalada a la declaración de la zona de defensa aérea hace ocho días, lo que expresa claramente la determinación de Pekín. La nueva Guerra Fría del PacíficoEl conflicto potencialmente explosivo entre China y Japón por el control de las islas Senkaku (Diaoyu para los chinos), ricas en recursos energéticos, refleja tensiones de seguridad, ideológicas e históricas más amplias entre los dos gigantes asiáticos que podrían producir una verdadera crisis.Yoshiji Nogami, del Instituto de Asuntos Internacionales de Japón, afirma que los gobiernos y empresas europeos no apreciaban ni entendían los niveles de inestabilidad extremadamente altos en el este de Asia, en parte por el “optimismo” que surge del deseo de sacar provecho de los amplios mercados de China. Los funcionarios nipones se quejan de que como sus predecesores, el nuevo presidente chino, Xi Jinping, está dispuesto a incitar el sentimiento antijaponés residual para distraer la atención de los severos problemas sociales y económicos del país. En noviembre, después de la aprobación de su programa de “reforma” en el pleno del comité central del Partido Comunista de China (PCCh), Xi surgía como el líder chino más poderoso desde Deng Xiaoping (quien falleció en 1997), recuerdan funcionarios japoneses, añadiendo que su enfoque a los temas de seguridad externa (e interna) y de defensa era intransigente y en ocasiones controvertido.Para Japón, el panorama inestable en el este de Asia está compuesto por la inseguridad que genera la conducta impredecible de Corea del Norte. Las relaciones con Seúl tampoco pasan por un buen momento debido a las recriminaciones por la segunda guerra mundial.Ante ese panorama, dice Miyamoto, la alianza Estados Unidos-Japón es más importante que nunca. Para Washington, la prevalencia de Japón en la zona circundante es de extrema necesidad. Tokio representa a los interes norteamericanos en la región y hace las veces de contrapeso al avasallante crecimiento chino.Es pronto para hablar de un enfrentamiento directo, pero lo que está en juego es la posición geoestratégica estadounidense en la región, posición que se resiente a partir del objetivo chino de lograr mayor protagonismo. Es, nada más y nada menos, que una reedición de la Guerra Fría en el Pacífico.





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