En el ajedrez, el sacrificio de una pieza importante suele ser el prólogo de una serie de jugadas premeditadas para llevar rápidamente a un final favorable a la partida; de otra forma, la pérdida no se recupera fácilmente en el juego, y lleva tarde o temprano a una derrota.En su regreso a la actividad, la presidenta, Cristina Kirchner, optó por sacrificar a una de las piezas centrales de su gestión; y del gobierno de Néstor Kirchner, el polémico titular de la Secretaría de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El desgaste de la figura del temperamental funcionario, y su extensa permanencia en la primera línea de fuego de un gobierno con probada tendencia a la confrontación, sin embargo; lo convirtieron en la pieza ideal para el arriesgado sacrificio que ideó la mandataria, acompañado -como en el juego ciencia- por una serie de movidas ofensivas. Las designaciones de Axel Kicillof, en lugar de Hernán Lorenzino; Jorge Capitanich, en el puesto que ocupaba Juan Manuel Abal Medina; y Carlos Casamiquela en el Ministerio de Agricultura, en reemplazo de Norberto Yahuar, anunciadas el mismo día del regreso de Cristina a la actividad política; tras la operación que la mantuvo alejada del ejercicio directo del poder por casi tres meses, reflejaron una cuidada estrategia de parte de la presidenta. El impacto del retoque en el gabinete, sin embargo, no hubiera sido el mismo si en vísperas de la asunción de los nuevos ministros no se hubiera producido la renuncia del funcionario que, por su temperamento y estilo confrontativo -pero también por la autonomía de vuelo que gozaba en el interior del gabinete y por la importancia de las áreas a su cargo- se había convertido en el blanco preferido de los sectores empresarios y de los políticos de oposición.Demonizado por la oposición como el artífice de los errores más flagrantes del gobierno en materia económica e idealizado al interior del kirchnerismo por su compromiso militante, Moreno se había convertido el símbolo viviente de la polarización extrema que se apoderó de la escena política argentina, con particular intensidad, un año después de la llegada de Cristina al poder en 2007. En este contexto, la salida repentina del poderoso funcionario otorgó profundidad al recambio ministerial, que a todas luces, por las acciones desarrolladas de inmediato, representa un quiebre en el modo característico de gestión del kirchnerismo. La permanencia de Moreno le hubiese quitado poder y credibilidad a la estrategia de fortalecer políticamente las figuras del jefe de Gabinete y del ministro de Economía, vaciadas de contenido en al década K por el liderazgo excluyente de la figura presidencial. La historia dirá si primó el amor o el espanto, pero los cambios realizados dan a entender que ante la presión combinada del problema de salud y el traspié electoral; la presidenta optó por reafirmar el modelo, pero delegando una cuota de poder en la dupla Capitanich-Kicillof que sirve -al menos en el corto plazo- como una oxigenación de su gobierno. En el discurso pronunciado en la Casa Rosada el día de la asunción de los nuevos ministros-no casualmente en el Día de la Soberanía nacional- y rodeada de agrupaciones militantes, Cristina Kirchner reafirmó el modelo, pero a la vez, convocó a una confluencia y “un compromiso democrático de toda la dirigencia política”. El recambio ministerial opacó circunstancialmente a la dura interna del PJ nacional, en la que el kirchnerismo buscaría fijar las bases de su supervivencia política en 2015; teniendo como presidenciable al mismo Capitanich, realzado en su nueva faceta de ministro, y a Daniel Scioli, entre otros. La disputa por el liderazgo del PJ bonaerense, actualmente en curso, presionará el inicio de una interna que, a priori, será uno de los ejes determinantes de la evolución del clima político del año próximo.Tensiones renovadasEn Misiones, tras las tensiones que generó la protesta tabacalera, que dejó plantadas sospechas sobre una supuesta maniobra millonaria con recursos del Fondo de Granizo del FET, el gobernador Closs viajó a la asunción de los nuevos ministros y fue a golpear las puertas del Ministerio de Agricultura; contando con la impresión de que el nuevo ministro es más amigo de las economías regionales que su antecesor. Closs fue el primer gobernador en entrevistarse con el nuevo jefe de gabinete, con quien habló de un problema que conocen ambos: la deuda de las provincias, a las que la Nación les debe prorrogar la refinanciación el año entrante; algo que, en el período que se viene, se estima que tendrá fuertes condicionamientos político-electorales.Las expectativas respecto a los cambios que se producirían después del 10 de diciembre, en tanto, repercute en la provincia con especial énfasis en el Frente Renovador, donde se multiplican las tensiones. Closs, se dice, habría ratificado en privado a dos cuestionados funcionarios, la jefa del IPS, Sandra Montiel, y el ministro del Agro, Néstor Ortega, gesto que se debería a la necesidad de “achicar el pánico” en un momento de fuerte nerviosismo renovador. Las renovadas tensiones habrían sido, se especula, el motivo de que se volvieran a unir las agrupaciones MUR y el MOREVI que encabezan Julio Duarte y el intendente Orlando Franco, al parecer por orden de Rovira, “para fortalecer al peronismo renovador en Posadas, preocupados por los últimos resultados electorales y pensando en retener la intendencia para este sector en 2015”, explicó una fuente renovadora. La realidad interna, sin embargo, mantiene latente un potencial enfrentamiento “radical peronista” en la renovación, con derivaciones inciertas. En este marco, sorprendió que Rovira haya elegido un medio digital de Eldorado para enviarle un mensaje de sugestiva dureza a Alex Ziegler y a Norberto Aguirre, al señalar que “sería un absurdo” que Ziegler se postulara en 2015 como candidato a gobernador de la renovación. Rovira subrayó que si el eldoradense aprovechara la excelente elección realizada recientemente para postularse “se alejaría de los principios de la renovación y de la tarea encomendada por la gente de legislar durante cuatro años”. El presidente de la Legislatura rechazó las “proyecciones individualistas” dentro de la renovación, y consideró que hablar de candidaturas a dos años de los comicios es “un desvío” del ideal renovador. Esta tajante desautorización no impide que, según crecientes comentarios, Rovira ya haya adelantado los santos óleos a su candidato in péctore, Hugo
Passalacqua, como tampoco que otros dirigentes, como Oscar Thomas, dejen traslucir, mediáticamente, sus ambiciones hacia 2015 .





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