POSADAS. Minutos antes de que se abriera el juicio, Claudio Ezequiel Almada (47) decidió romper el silencio y confesó el crimen de Ángel Cabrera (18), el joven al que mató de un puntazo en el pecho años atrás. En juicio abreviado, el imputado fue condenado a diez años de prisión por la Justicia.El acuerdo se celebró ayer por la mañana y tuvo como escenario la fiscalía del Tribunal Penal 1 de Posadas. En ese lugar, la representante del Ministerio Público Fiscal, Liliana Picazo, y la defensora de Almada, Nélida Amiel, cerraron el monto de la condena. Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, sólo falta la homologación del TP 1, algo que es prácticamente un hecho.En tanto, también se conoció que por el hecho hubo otro condenado. Se trata de Daniel Cáceres Jara (21), quien en juicio abreviado recibió una pena de un año de prisión efectiva como partícipe primario. Habida cuenta de que se encuentra detenido y ya cumplió esa pena, en las próximas horas iba a recuperar la libertad.El debate oral y público por el crimen de Cabrera debía comenzar ayer a las 8 en la sala de audiencias del tribunal posadeño, sobre calle La Rioja 470. Todo estaba listo en ese recinto, pero minutos antes la defensa y la fiscalía llegaron al acuerdo antes mencionado.Luego de la firma del correspondiente acta, Almada regresó al complejo penitenciario en el que cumplirá el resto de la condena. Cáceres Jara, en tanto, aguarda por la finalización de los respectivos documentos para volver a la calle.El hecho por el que ambos iban a sentarse ayer en el banquillo de los acusados ocurrió alrededor de las 22.30 del sábado 9 de abril de 2011 en la plaza de Colonia Oasis, una localidad de poco más de 900 habitantes emplazada a orillas del río Paraná, a unos 10 kilómetros de Jardín América.Según la reconstrucción que pudieron esbozar los investigadores, en ese lugar los dos imputados se encontraban bebiendo bebidas alcohólicas junto a otras dos personas, cuando por cuestiones del momento se inició una discusión con la víctima. Entonces, Almada extrajo de entre sus prendas de vestir un cuchillo tipo puñal y se lo clavó en el corazón a Cabrera, quien alcanzó a caminar algunos metros y cayó desvanecido en el medio de la plaza. Murió segundos después.Si bien en un principio se habló de un pleito en medio de esa ronda de tragos, ciertos indicios cimentaron otra versión, que habría sido la que determinó la instrucción. Al parecer, el pleito se inició debido a que Cabrera salió en defensa de un amigo que pasaba por el lugar en compañía de su pareja. Aparentemente los hombres insultaron al novio y entonces la víctima “saltó” en su defensa.De una u otra manera, lo cierto es que el joven recibió un profundo corte de cuatro centímetros de diámetro en la zona izquierda del tórax. La autopsia confirmó que la hoja del puñal le afectó el músculo cardíaco y le provocó la muerte en apenas instantes.Con el homicidio consumado, Almada, Cáceres Jara y los otros dos hombres que se encontraban en la plaza bebiendo escaparon rápidamente. Durante las primeras horas, la Policía temió que los sospechosos cruzaran el permeable Paraná, aunque esa preocupación se apaciguó con el transcurrir de las horas, cuando al día siguiente efectivos de la comisaría de Jardín América, del Comando Radioeléctrico y de Investigaciones de la Unidad Regional IX detuvieron a Cáceres Jara, acusado de agredir con golpes de puño a la víctima.La búsqueda terminó de cerrarse cuando el principal sospechoso por el crimen se entregó en dicha dependencia, el lunes 11 de abril, rodeado por los uniformados. Desde aquel día ambos permanecieron tras las rejas. Ayer, el futuro de ambos quedó resuelto, aunque con diferencias: Cáceres Jara prácticamente ya está libre, mientras que Almada deberá purgar aún casi nueve años tras las rejas, nada más y nada menos.





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