POSADAS. El humorista y bailarín Pippo Molina voló desde Canadá y, tras una breve escala en Buenos Aires, aterrizó en la tierra colorada para presentar, mañana, desde las 21, un unipersonal a beneficio de la Escuela Especial de Formación Integral para Jóvenes y Adultos 1, en el Centro Cultural Vicente Cidade.Y así, expresivo y cortés, este hombre que apuesta al amor pasó por PRIMERA EDICIÓN para contarle a los misioneros un poquito sobre la aventura de su vida e invitarlos a disfrutar de un espectáculo que, garantiza, hará reír.“La historia que me trae por aquí comenzó hace mucho, allá por el año 1974, en Rosario, cuando conocí a la mamá de Juan, con quien, por la magia del Facebook, nos reencontramos. Así, comenzamos a charlar también con Juan, que me cuenta que hace teatro, nace un vínculo fuerte entre ambos y me invita a venir”, explicó el humorista.“Y las promesas son promesas y se cumplen, sobre todo cuando tienen una connotación de justicia social, de compromiso, algo en lo que lamentablemente los artistas fallamos mucho, porque cuando se metalizan se olvidan inmediatamente del compromiso social. Esta es una crítica, digamos, de carácter doméstico, que molesta, porque el pueblo dice si no tenemos confianza en nuestros artistas, en quién vamos a tener confianza; porque los políticos, en cuanto consiguieron el puesto, se olvidaron, entonces son los trabajadores del arte que todavía quedan con compromisos sociales y yo, humildemente, me considero uno de ellos, por eso estoy acá, para ayudar a ‘Juanito’”, explicó Pippo.Dejar la tierra natalHermann Grabau, tal su verdadero nombre, irradia humildad, virtud con la que narra aquellos momentos difíciles de su vida.“El salir de Chile fue una mezcla de aventura y búsqueda de tranquilidad, no puedo decir que fui perseguido a muerte por los militares, pero sí mi forma de pensar representaba un peligro que no podía dimensionar… Éramos jóvenes, teníamos 18 años y no sabíamos que esos tipos eran capaces de torturar a un ser humano y dejarlo en tal estado de destrucción que era mejor matarlo, todo lo que se cuenta es poco, fueron peores que los mismos nazis… por ese motivo me vengo a Argentina, y Argentina estaba re lindo”, pero venía de un gobierno militar a otro, entonces, “para asegurarme el pellejo me voy a Canadá, y ahí fue realmente un paso significante, porque era aventurarte a un desarraigo total de tu propia cultura, era otro idioma, llegué ahí como ‘Tarzán’”, cuenta sin perder el humor.“Fue todo un divagar, fue muy difícil acostumbrarme a la vida canadiense, intenté en un principio aprender a patinar sobre el hielo, aprender los bailes de su cultura, pero lamentablemente soy latino y del sur, que somos diferentes a los tropicales… Entonces había decidido que iba a vivir atrapado en las dos culturas, Canadá y Latinoamérica. Hasta que descubrí el tango argentino, que no es una danza, es una droga, te enloquece, empezás a escuchar tango todos los días, tus amigos tienen que ser tangueros, si estás solo y buscás una novia tiene que saber bailar tango y si no le enseñás… Y ahí estuvo la veta”, dijo.Su carreraPippo Molina recorrió América y Europa, finalmente encontró ese punto en el que se siente cómodo y detalla: “Hice TV en Puerto Rico, Colombia, con muy buen perfil, ganando buena plata, pero es una porquería, hay que estar soportando a productores inescrupulosos, además de propuestas, siendo hombre, de favores sexuales con homosexuales… Frente a esa naturaleza me rebelo y prefiero mil veces trabajar de forma independiente, en un perfil satisfactorio; mi calidad y mi talento no los prostituyo y me paro con dignidad mañana en el teatro Vicente Cidade y hago un trabajo que seguro va a gustar, antes de besarle las patas a no sé quién, estas son las cosas que a mí me gratifican, me estimulan”.Y agregó: “He pasado por todas, desde estar sentado en un sillón y que te estén maquillando para salir a un estudio sensacional, con spots electrónicos o bailar en Centroamérica, en un escenario en el que se me hunden los pies, también bailé en la calle, y bailé en la calle porque no me sometí a que me vejaran”. ArgentinaCentroamérica, Estados Unidos, España, Canadá, la televisión, el arte y sus artistas… Pippo es un hombre autorizado para opinar y Argentina le merece un lugar especial. “En Bailando por un Sueño vi lo más contradictorio que había visto en mi vida, los concursantes eran bailarines, los coreógrafos, unos chicos con unas ideas impecables, y en diferentes géneros, incluso hacían arte erótico y de muy buen nivel, pero el jurado no tenía ni idea de arte”, consideró.Argentina es un país de sorpresas, como chileno lo digo en comedia, la independencia de Chile la logró San Martín, que libró la última batalla en Maipú, O’Higgins llegó después, con el brazo vendado, para mí que estaba en algún prostíbulo y llegó un tipo a caballo, a galope eran unas tres horas, y le dijo parece que un argentino la hizo, derrotó a los realistas, vamos a celebrar, y atravesó con un ejército para allá, entonces la independencia de Chile se la debemos a Argentina.Argentino es el único país de Latinoamérica que exporta cultura, el folklore y el tango en todo el mundo lo han puesto en un muy buen nivel. En EEUU nunca se ha dado en la historia que un espectáculo permanezca en cartelera seis meses como Argentina Tango Show, lo bajan tres o cuatro meses pero suben For Ever Tango y también es un éxito.En fútbol, son un equipo de respeto, en Chile, cuando Colo Colo salió campeón de la sudamericana, por única vez, había siete argentinos jugando en el plantel… Bielsa puso a la selección en el mundial…Y como si fuese poco el Papa es argentino, entonces ustedes son intérpretes en la historia de la sociedad moderna. Pero es importante frenar a los payasos como Tinelli, Ricardo Fort, que le hace muy mal a Argentina, la Argentina que el mundo conoce es una Argentina de Borges, de Maximiliano Guerra, de Julio Bocca, esa es Argentina”, cerró.Y de todo esto promete hablar, con el más exquisito humor, mañana, para recaudar fondos “para ayudar a ‘Juanito’ y sus compañeros”.





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