POSADAS. Después de presentar varias notas y sin encontrar ninguna respuesta positiva en distintos estamentos de la Comuna, vecinos del tradicional barrio Rocamora, hicieron pública su inquietud que pretende devolver a la parada de colectivos de las líneas 23 y 28 al lugar que ocupó durante muchos años, en la intersección de Santa Catalina y López y Planes -con destino al oeste- y que actualmente se encuentra en la esquina de Rocamora, donde el intenso tránsito pone en peligro a los estudiantes de la zona que deben trasponer la cinta asfáltica para abordar el ómnibus. A primera vista pareciera ser un reclamo más de algún vecino que solamente busca su comodidad, porque le corrieron la parada y su casa le quedó más lejana. Pero al visitar el barrio y recorrer las paradas, los fundamentos empiezan a saltar a la vista. Sucede que en la zona se encuentran el Colegio del Carmen y la escuela Pedro Goyena, cuyos alumnos antes abordaban las líneas en cuestión en un lugar más cercano, en diagonal al club Huracán, con la protección de los semáforos. Sin embargo ahora deben trasladarse una cuadra más -que no sería tanto el problema- sino que al llegar a la esquina con Rocamora, deben trasponer la López y Planes casi librados a su suerte, porque el tránsito en los horarios picos es altísimo y los reductores de velocidad instalados frente a la estación de servicios, ubicada unos metros más abajo, no alcanzan para dar un respiro y frenar el paso de los vehículos como para permitir el paso de los escolares y de la gente mayor, que son los que principalmente padecen con esta realidad.“A eso hay que agregarle las colas de los vehículos para cargar nafta por Rocamora hacia Tacuarí, que dificultan el paso de los otros autos y la salida de otros que bajan desde el sur, también por Rocamora. Pasa que a veces el asfalto trae progreso pero si no se toman las medidas complementarias termina complicando la existencia. Acá, por ejemplo está comprobado que hace falta un semáforo o mover la parada de lugar, llevarla adonde estaba antes o al menos más enfrente al club. Hay intereses de todos lados y también de vecinos que no quieren la parada frente a su casa y tienen peso para inferir en la decisión de quienes deben ordenar el tema”, indicó Rafael Benítez, vecino de Rocamora.Otra vecina, Olga Ramírez, manifestó que “simplemente invitamos a los funcionarios a que vengan en los horarios de salida de los chicos de la escuela, a las 11 y a la tarde, después de las 17 y se darán cuenta que lo que les decimos no es un invento. Allí verán que el tránsito creció muchísimo y si seguimos así, en cualquier momento tendremos que lamentar alguna víctima, que no queremos”. Veredas, oscuridadOtro de los históricos vecinos de Rocamora, don José Alurralde, también aportó su visión del tema de la parada de colectivos. “Yo en forma individual hice varias notas que no me respondieron, creo que hay intereses para haber movido la parada, quizás en favor de los empresarios de colectivos, porque respuestas no me dieron”, indicó Alurralde.También Alurralde acudió al defensor del Pueblo con el mismo planteamiento, “me dijo que tampoco le escucharon, no hicieron lugar al planteamiento que hacemos. Ahora voy a recurrir al Inadi porque así nos sentimos discriminados”.Luego agregó otros detalles más que aqueja a los vecinos de la zona “las veredas no respetan las normativas vigentes, hay abismos de hasta 70 centímetros en algunas y la Municipalidad no hace nada. La oscuridad también es otro problema porque hay farolas que no funcionan y otras que están completamente tapadas por las ramas, porque nadie hace el despeje. Y eso que estamos a pasitos del centro no me imagino qué debe pasar en los barrios más alejados”.





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