BUENOS AIRES (NA). La delegación de Boca regresó ayer a Buenos Aires “lamentada” con el bochornoso final del empate frente a Godoy Cruz, que provocará al menos dos jugadores informados por el árbitro Pedro Argañaraz.“Fue lamentable lo que sucedió en el final. Pero tampoco tenemos que echarle más leña”, aseguró Franco Cángele, protagonista de una de las jugadas polémicas en el final y que provocó el primer tumulto contra el juez del partido, que casi cobra penal por una falta inexistente y luego rectificó su fallo fuera del área.Lo cierto es que el informe de Argañaraz, que apenas dirigió su cuarto partido en Primera División, apunta directamente contra Pablo Ledesma, aparente iniciador de la gresca del final, y Matías Caruzzo.Hoy están citados a declarar en el Tribunal de Disciplina de la AFA y el jueves saldría la sanción, que sería de dos partidos como mínimo en caso de tratarse de una gresca.Con el empate 2-2 en el estadio Islas Malvinas -segunda igualdad consecutiva-, Boca desaprovechó una oportunidad única de acercarse al líder Newell’s y su escolta Arsenal, que perdieron este fin de semana.“Fue un partido ida y vuelta, no pudimos mantener el resultado y se terminó complicando, pero matemáticamente seguimos ahí”, aseguró un esperanzado Cángele, al llegar al Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery.Por su parte, Juan Manuel Martínez remarcó que no merecían “perder” y cargó contra el árbitro Argañaraz por no haber sancionado un penal que le hicieron promediando el segundo tiempo, que “fue más claro que el que cobró en el final del partido. Dentro de lo positivo no merecíamos perder, y ahora hay que ganar el viernes”, opinó.





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