POSADAS. La falsificación de una firma en un oficio judicial, confirmada por las pericias caligráficas, determinó la suerte de los dos policías acusados de adulterar un vehículo luego de un procedimiento en la comisaría seccional Decimoquinta de Posadas.Para la Justicia quedó acreditado que el responsable fue un oficial de apellido Altamirano, de quien se sospecha habría adulterado un utilitario con fines oscuros. Ese efectivo habría falsificado la firma del comisario de la seccional, según la pericia, que determinó el sobreseimiento del ex jefe y el procesamiento del oficial.Así lo confirmaron ayer las fuentes a PRIMERA EDICIÓN, quienes aseguraron que la resolución fue tomada en las últimas horas por el magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas.Cardozo procesó al oficial Altamirano por el delito de “adulteración de chasis y motor de automotores” y, al mismo tiempo, sobreseyó por falta de merito al comisario imputado en un principio.Así las cosas, la investigación continúa y en caso de que el efectivo procesado vaya a juicio y sea hallado culpable, recibirá una condena en suspenso, según informó una fuente.La investigación comenzó el pasado 1 de abril, cuando efectivos de la comisaría seccional Decimoquinta, con asiento en San Isidro secuestraron una Peugeot Partner con pedido de secuestro en Buenos Aires por un hecho de robo.Como marca el procedimiento, desde la comisaría solicitaron la presencia de Criminalística para la realización de las pericias correspondientes. Ese primer análisis no arrojó nada extraño.Sin embargo, al día siguiente los forenses policiales volvieron a recibir una orden de pericias sobre la Partner, nuevamente emanada desde la Decimoquinta. Entonces saltó todo: en pocas horas, de la camioneta que permanecía “bajo custodia” en la comisaría alguien le había arrancado el número de chasis y, además, había adulterado el número de serie del motor.Para la Justicia, la maniobra que buscó el ahora procesado habría sido la de “hacer desaparecer” la Partner del sistema para venderla o comerciar sus autopartes. Por eso, el jueves 4 de abril una comisión comandada por el juez Cardozo y autoridades de la fuerza llegó hasta San Isidro, secuestró la Partner y procedió a la detención del jefe de la comisaría y de un oficial.En ese operativo la Justicia también incautó un Chevrolet Corsa bicuerpo en el que se movía ese oficial. Al día siguiente se supo que ese automóvil tenía pedido de secuestro por un robo perpetrado en Buenos Aires durante 2010. Curiosamente, el uniformado circulaba con el automóvil como “depósito judicial”, pero con un oficio librado en 2008, es decir, dos años antes de que el Corsa sea robado.Semanas después, las pericias caligráficas establecieron que la firma del comisario autorizando aquella segunda revisación de Criminalística fue falsificada.Para la Justicia quedó acreditado entonces que el comisario no sabía de la maniobra, que habría sido orquestada por el oficial, como el propio funcionario a cargo de la dependencia declaró en su momento ante el juez.





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