MÉXICO. Especialistas mundiales en materia de salud participaron este jueves y viernes de la tercera edición de la Serie Científica Latinoamericana, con sede en la Ciudad de México, un espacio de discusión donde se analizaron los modelos, técnicas y programas que han sido exitosos para modificar conductas, estilos de vida y hábitos de las personas en Latinoamérica. En este ámbito, se socializó la evidencia científica existente sobre la generación de hábitos alimentarios y de actividad física, y su relación con la salud y el bienestar las personas. La primera edición tuvo lugar en Colombia, en 2011, y se abordó los edulcorantes no calóricos en Bogotá, la segunda en 2012 sobre balance energético en Guarujá (Brasil) y la tercera trató los cambios de conducta. Esta temática fue elegida esta año teniendo en cuenta que el sobrepeso, la obesidad y otras condiciones de malnutrición aquejan a casi todos los países de América Latina, “es relevante discutir en profundidad sobre la evidencia científica, factores asociados e implicaciones incluyendo algunos modelos, técnicas y programas usados exitosamente para modificar el estilo de vida y los hábitos de la gente en Latinoamérica”, destacaron sus organizadores. Geografía, cultura y hábitos Tras dos días de intercambio y análisis, los expertos que participaron de la Serie Científica Latinoamericana 2013 concluyeron que es posible generar cambios de conducta para frenar la obesidad. Aún cuando las tendencias culturales y geográficas influyen en la forma en la que la gente compra, prepara y consume los alimentos, es posible incidir positivamente en hábitos alimenticios y de actividad física. Según coincidieron expertos en nutrición, epidemiología y políticas públicas, los cambios de conductas pueden lograrse a través de tácticas de convencimiento, el autoconocimiento y la motivación que lleva a la acción, más que basándose en iniciativas prohibitivas o restrictivas para limitar el consumo de ciertos alimentos o bebidas. Por ello, los expositores destacaron la importancia de profundizar las investigaciones regionales que demuestran la estrecha relación existente entre la geografía, la cultura y los hábitos.Adam Drewnowski, director del Centro de Nutrición y Salud Pública de la Universidad de Washington, señaló que el lugar donde uno vive es determinante para evaluar la calidad del consumo alimentario. “Voy a introducir una idea revolucionaria: para determinar el peso y la salud de una persona la cantidad de calorías es quizá menos importante que el lugar en donde vive. La conducta alimentaria es difícil de cambiar, porque va de la mano con la cultura. En ocasiones, los factores socioeconómicos son incluso más determinantes que la genética para este tema”, afirmó Drewnowski. La mayoría de las personas pasa el día sentadoLas investigaciones divulgadas en al Serie Científica Latinoamericana alertaron sobre daños a la salud por pasar mucho tiempo sentado.Está comprobado que la práctica cotidiana de actividad física tiene beneficios importantes para la salud: ayuda a prevenir y combatir el sobrepeso, disminuye el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, algunos tipos de cáncer y las afecciones cardiovasculares y mejora el estado de ánimo, entre muchos otros. Los expertos recomiendan realizar, como mínimo, treinta minutos diarios de ejercicio moderado, cinco días de la semana. Sin embargo, recientes estudios indican que esta práctica regular de actividad física no es suficiente para prevenir ciertos padecimientos que se generan por otra circunstancia: permanecer sentado durante largos períodos de tiempo.La especialista argentina en nutrición, Mónica Katz, que participó del Simposio de Cambio de Conductas de la Serie Científica Latinoamérica comentó que “durante la exposición sobre la Fisiología de la inactividad física, Marc Hamilton alertó sobre los daños para la salud que tiene el estar sentado varias horas. En lugar de realizar actividad física de moderada o alta intensidad que muy pocos practican, menos del 5% de la población, la idea es disminuir el tiempo sentado o pararse frecuentemente durante el tiempo sentados. Los beneficios de esta estrategia mejoran no solo el peso sino la actividad de la lipoproteina lipasa que mejora el perfil lipídico, disminuyendo el riesgo vascular”. ¿Quince horas sentados?Hamilton, del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Missouri, analizó uno de los hábitos más generalizados en las sociedades occidentales: estar sentado. De acuerdo a su hipótesis, permanecer sentado durante largos periodos de tiempo es causante de desequilibrios metabólicos y biológicos que igualmente podrían desembocar en accidentes cardiovasculares. Incluso, hacer ejercicio periódicamente, no pone a salvo a una persona de enfermarse si pasa demasiado tiempo sentada todos los días. “Supongamos que una persona duerme ocho horas en promedio y se ejercita 30 minutos diariamente. ¿En qué ocupa las 15.5 horas restantes de cada día? La mayoría pasa ese tiempo sentada, lo cual tiene implicaciones importantes en términos biológicos”, explica el Hamilton.





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