POSADAS. El anunciado Centro de Alto Rendimiento podría definirse como una historia que no fue antes de ser. Anunciado a mediados de 2006, en medio de la campaña, la obra se presentó como un sistema de infraestructura único por su complejidad, sofisticación y tecnología.Cuando los publicistas comenzaron a entender que las necesidades deportivas de Misiones apuntan al deporte de iniciación y al de desarrollo, el discurso viró y rápidamente se aclaró desde el gobierno “que sería un centro de Alto Rendimiento, pero para que en él correteen los chicos de las escuelas”. Pero el abrupto rediseño del objetivo central del complejo no fue lo único que cambió en el camino. La primera construcción que debió ser el centro de investigaciones aplicadas al deporte, para la formación de los recursos humanos y metodologías de trabajo, quedó postergado y se apuntó a un estadio para unas 500 personas sentadas, que se halla próximo a inaugurarse y sin duda es la mayor inversión, aunque nadie sabe cuánto se gastó hasta ahora de los 25 millones presupuestados inicialmente para toda la primera etapa, que se muestra inconclusa.El enorme estadio, ideado con artificios mecánicos en el techo, el natatorio olímpico con plataformas y foso de saltos, la pista sintética de atletismo, el centro de investigaciones y otras maravillas anunciadas, aún no tienen fecha cierta ni de iniciación ni de entrega.En las oficinas del Consejo del Deporte ya se menciona un nombre para dirigir el nuevo complejo: se trata del tenista misionero retirado José “Chucho” Acasuso, quien no se refirió al tema ni confirmó la posibilidad, pero es probable que en las próximas semanas le hagan llegar la propuesta.La década ganadaCuriosamente, la renovación siquiera intentó instalar algún programa o proyecto deportivo propio desde su arribo. Antes y ahora los recursos estatales se destinan al apoyo de eventos o instituciones, que obviamente siempre cumplieron el objetivo excluyente de que “sean del palo”. En Misiones, muy lejos se está de la propuesta de Ricardo Colombi de invertir decenas de millones anualmente en el deporte, pero con una asignación transparente y abriendo el diálogo con todos los protagonistas del sector.No obstante, todos coinciden que el gobierno renovador fue generoso con sus militantes políticos relacionados al deporte, repartiendo cargos, reconvirtiendo a otros en proveedores del Estado o asignándoles a los demás direcciones de instituciones educativas hechas a medida. Pero la tensión entre los jefes políticos del oficialismo parece no estar ajena al Centro de Alto Rendimiento, ya que reiteradamente se dijo que Maurice Closs retrasó la obra, que por todos es conocida como muy estimada por Carlos Rovira, en el contexto de todo lo hecho en la zona del Centro del Conocimiento.Pese a las “relaciones carnales” con el gobierno Nacional K, a diferencia de otras áreas, en el deporte no se logró atraer el apoyo de la Secretaría de Deportes de la Nación. Algunos justifican esta distancia en los bochornosos episodios del año 2004, cuando desde Buenos Aires debieron intervenir el desarrollo de los Juegos Evita que se desarrollaban en Posadas.Los permanentes subsidios a clubes, las becas para atletas y la financiación de programas son una rareza extrema por estas latitudes. Comentaba un avezado dirigente deportivo “No se puede dormir la siesta continuamente, hay que salir y buscar lo que nos corresponde a los misioneros: de los 1300 becados del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, que se financia con el impuesto a los celulares, Misiones tiene uno o dos anualmente. Cada Provincia pelea por lo suyo y no deberíamos bajar de 25 o 30 según lo que justamente nos corresponde. Pero eso es solo una parte ínfima de lo que se tiene que dialogar y reclamar a la Nación”.Tiempo de inauguracionesLas necesidades electorales, que en la ciudad de Posadas se ven multiplicadas, apuran la inauguración del mini estadio del Centro de Alto Rendimiento antes de las elecciones del 27 de octubre. Seguramente será una oportunidad óptima para renovar las promesas de finalización de toda la obra y del ya publicitado estadio de fútbol lindero al arroyo Mártires, que prevé 25 mil localidades para los aficionados. Grandes emprendimientos que el paso del tiempo termina volviéndolas más modestas y menos pretenciosas, aunque siempre envueltas un velo de misterio en cuanto a su costo final, oportunidad y conveniencia.





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