CIUDAD DEL VATICANO, Santa Sede (Agencias). El Papa Francisco reclamó ayer por la paz desde su discurso en la Plaza San Pedro en la ciudad del Vaticano y afirmó que “la guerra tiene el lenguaje de la muerte”, en el marco de la jornada de oración y ayuno convocada para realizar un llamado por la paz en Siria y evitar un ataque de potencias extranjeras.“Seguimos alzando la mano contra quien es nuestro hermano. Nos dejamos guiar por los ídolos y nuestros intereses. Mientras perfeccionamos nuestras armas, nuestra conciencia se adormeció e hicimos sofisticados razonamientos para justificarnos como si fuera algo nornal, y seguimos sembrando dolor y muerte”, dijo durante su sermón.El Santo Padre sostuvo que la “violencia y la guerra sólo conllevan muerte y tienen el lenguaje de la muerte”, mientras continuaba la ceremonia religiosa.Antes de miles de fieles convocados en la Plaza San Pedro, el Papa argentino dijo: “Hemos perfeccionado nuestras armas pero nuestra conciencia se ha adormecido, hemos hecho más sutiles las razones para justificarnos, y como si fuese una cosa normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte”. La vigilia de oración para pedir la paz en Siria comenzó por la tarde en la plaza de San Pedro del Vaticano, enmarcada en la jornada de ayuno promovida por el pontífice para hacer un examen de conciencia mundial sobre el compromiso para evitar la guerra. Además de los miles de italianos llegados de diversos puntos del país, a la plaza también acudió una delegación islámica de la comunidad del Mundo Arabe en Italia, con su presidente Foad Aodi al frente, quien dijo a los periodistas que para ellos el Papa Francisco “es un ídolo, serviría un guía así para el mundo islámico”. Diputados, senadores, políticos, miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y representantes de diversas instituciones italianas participaron en la iniciativa.El pontífice convocó este acto el pasado día 1 durante el tradicional rezo del Angelus, en el que hizo un llamamiento a que “no haya más guerras” y expresó su preocupación por el “dramático desarrollo que se presenta en Siria”. Claves para entender la crisisMedio OrienteSiria está ubicada en el corazón de Medio Oriente y tiene un rol fundamental en la estabilidad regional. En el pasado tuvo serios problemas con Jordania y el Líbano. También con Egipto, aunque en menor medida. Hoy mantiene un conflicto con Israel, no sólo por la cuestión palestina, sino que por la anexión de los Altos del Golán por parte de Israel tras la guerra de 1967. El laicismo fomentado por Bashar Al Asad permitió que el país tenga estabilidad social y, por lo mismo, existe un gran temor respecto a lo que podría suceder en Siria y Medio Oriente en caso que caiga Al Asad, que, con sus pros y contras, permite tener un cierto equilibrio en la región.Influencia en la zona circundante Tiene mucha influencia en el Mediterráneo y, particularmente, en el proceso de integración mediterránea. También, tiene mucho que decir respecto a la cuestión kurda y, por último, está envuelto, directa o indirectamente, en la política de Armenia, Turquía e Irak.¿Cuándo empezó la crisis?La revuelta contra el régimen de Al Asad estalló definitivamente en marzo de 2011. Hasta ese momento, la “Primavera Árabe” era más evidente en Egipto, Túnez y Libia. Durante los primeros meses de ese año, las calles sirias habían sido escenario de las primeras movilizaciones prodemocráticas, pero fue en marzo cuando las protestas se multiplicaron por el país desde Deraa, cuna de la revolución. En esa provincia, varios adolescentes fueron detenidos y torturados por unos grafitis contra el Gobierno. Las marchas para su liberación acabaron con varios manifestantes muertos. La chispa había prendido y la rebelión comenzó a extenderse.¿Cuál es la composición étnica del país? ¿Quién está con quién?El 90% de los 22 millones de sirios son árabes, con minorías kurdas, armenias y turcas. Según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos en 2006, el 87% de la población es musulmana. El 74% pertenece a la rama sunií, mientras que la chií, la alauí y la ismailí, suman el 13% del total. Los cristianos son el 10% y los drusos (una secta de origen islámico), un 3%. En una herencia del Gobierno colonial francés, las minorías religiosas tienen una importancia sobredimensionada en el Gobierno sirio, especialmente los alauíes. Esta rama, a la que pertenece la familia Asad -que lleva gobernando el país desde 1971- tiene el control de las unidades de élite de las fuerzas armadas. Gran parte de los rebeldes son suníes, lo que les facilitó el apoyo de Al Qaeda, cuyos militantes pertenecen a esa corriente del Islam.¿Quiénes son los rebeldes?La oposición creció, está mejor organizada y mejor armada desde que inició el levantamiento. Muchos de los combatientes son exsoldados que desertaron de las fuerzas armadas, pero también hay civiles que tomaro las armas. El Ejército Libre de Siria, el principal grupo de oposición, surgió en julio de 2011. En general, los rebeldes demostraron que pueden atacar eficazmente al régimen, pero no han podido conservar el control de las grandes ciudades dada la presión de un Ejército sirio mejor preparado y con una decisiva capacidad de acción aérea.¿Quién controla los territorios?El Gobierno controla toda la franja costera y la mayor parte de la capital, Damasco. Al norte del país hay pequeños núcleos controlados por milicias kurdas. En el resto del país, la situación es más fragmentada. Cada zona depende de la composición étnica o religiosa de la región.Situación de los refugiadosEl Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) afirma que casi seis millones de sirios debieron huir de sus hogares por la guerra. Cerca de 1,9 millones de estos refugiados, más de un millón de ellos niños, escaparon del país. La mayor parte de los que huyeron están en Líbano, Irak, Turquía y Jordania. Cerca de 6.000 personas dejan cada día el país, un flujo inédito desde el Genocidio Ruandés de 1994 (exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hegemónico hutu de Ruanda).¿Con qué armas cuenta el régimen?Es difícil saber qué fuerzas tiene el régimen para responder a una intervención militar extranjera. La mayor&
iacute;a del equipo militar sirio es de origen ruso y gran parte fue fabricado durante la época soviética. En muchos casos, el deterioro y la falta de repuestos dislocaron su eficacia. También hay que tener en cuenta que en los casi dos años y medio de conflicto civil se produjeron deserciones y pérdida de equipamiento en las filas del régimen, así como ataques rebeldes a los arsenales del Ejército sirio.Aún así, en los últimos años Rusia vendió equipamiento militar avanzado al régimen de Damasco. En mayo, Al Asad declaró a la televisión libanesa controlada por Hezbolá, que sus fuerzas armadas ya disponían de un lote de misiles antiaéreos S-300 de fabricación rusa. El Kremlin negó esta información, pero defendió su postura de vender armas a Damasco, alegando que son transacciones conformes con la legalidad internacional.Armas químicasEn agosto de 2012, se calculaba que Siria disponía del cuarto arsenal químico más grande del mundo. El régimen de Damasco es uno de los cinco países que no forman parte de la Convención Internacional contra el uso de armas químicas, firmada en 1993. Los expertos afirmaron entonces que, con seguridad, el régimen de Asad disponía de al menos dos gases tóxicos en su arsenal: el gas mostaza, que produce quemaduras en los tejidos con los que entra en contacto -inclusive los internos-, y el neurotóxico gas sarín. ¿Cuál es la presencia de los países partidarios de la intervención en la región?La Marina estadounidense decidió anular el regreso a la base de Norfolk, en el estado de Virginia, del USS Mahan, que terminaba su servicio en el Mediterráneo. Con esta decisión, Estados Unidos mantiene en la zona del Mediterráneo Oriental cuatro barcos armados con misiles de crucero. Aún más cerca de la frontera siria está la base estadounidense de Incirlik, en Turquía. El Gobierno turco es el principal defensor de una intervención internacional en Siria.Los aliados de SiriaAl momento de analizar los “socios” o “amigos” de Siria, no queda duda que ahí destacan China, Rusia e Irán. Estos tres países no sólo mantienen importantes nexos económicos y energéticos con Siria, sino que también se enmarcan dentro de una política que, con distintos matices, busca frenar el poderío occidental. Junto a estas naciones, Hezbolá (que para muchos es un grupo terrorista o, como mínimo, una guerrilla, pero que para otros es un movimiento de lucha contra Israel) tiene importantes nexos de apoyo con el gobierno sirio.Los rivales de SiriaLa lista es encabezada por Estados Unidos, que tiene al régimen sirio dentro de su denominado “Eje del mal”. Israel también es un gran contrincante de Siria, debido al conflicto palestino (Siria siempre ha apoyado la causa palestina) y a la ocupación israelí de los Altos del Golán. La Unión Europea (UE) tiene una postura más tibia respecto a Siria, pero, finalmente, la UE es contraria a las políticas sirias. El problema para Estados Unidos, Israel y la UE es que el gobierno de Al Assad impide la llegada al poder de islamistas radicales, así que para ellos tampoco es una buena noticia que se produzca un gran caos en Siria. De ahí que la presión internacional (de las potencias occidentales) vaya en dirección de una intervención, para así resguardar sus intereses y evitar la irrupción de grupos políticos contrarios a occidente e Israel.El doble estándarUna de las principales consecuencias que ha dejado el conflicto sirio es la ambigüedad de muchos estados y organismos de la comunidad internacional. Por ejemplo, la Unión Europea y Estados Unidos mantienen silencio respecto a las evidentes violaciones a los Derechos Humanos y a la represión que ocurre en Bahrein, un Gobierno aliado de Arabia Saudita, Estados Unidos y la Unión Europea en su lucha contra las fuerzas chiítas de la zona.





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