POSADAS. Una historia de amor que las encontró unidas en una misma pasión: la música. Susana Villalba y Anahí Giménez, dos mujeres que recorren el mundo artístico cosechando amigos y éxito. Pero por sobre todo brindando un ejemplo de constancia y perseverancia. Ambas contraerán matrimonio el 7 de septiembre, con una ceremonia por Civil que se realizará en el muelle de la costanera. Con las emociones a flor de piel, estas dos queridas artistas, hoy sin tapujos, comparten su amor y, acompañadas de la pequeña Jazmín, unirán sus vidas para siempre, dando sentido a esa familia por la cual vienen luchando desde hace ocho años. Ejemplos de perseverancia y con el deseo de permanecer juntas, comparten parte de esa felicidad con PRIMERA EDICIÓN.“Hace ocho años conocí a una persona maravillosa y desde ese día me miró distinto a los demás. Era una mirada de aceptación, de consuelo, de amor, seguridad, pero sobre todo valor, siempre me ‘tiró’ para adelante, me alentó a seguir con la música, me inspiró, me hizo sentirme la mujer más bella entre todas (aunque es obvio que no es así, ante sus ojos yo soy la mejor), me defendió y retó, camina a mi lado siempre, no detrás, ni delante, a la par. Siempre creyó en mí, ni yo lo hacía y lo hizo inclusive, cuando menos lo merecía”, supo exteriorizar Anahí.Si bien Susana es la persona que más soñaba con poder gritar ese amor a los cuatro vientos, es cierto que Anahí siempre fue más suelta para hablar. Por ese motivo, ambas se tomaron su tiempo y desde hace unos días no temen en compartir ese gran amor. Como toda pareja pasaron por muchos momentos: lindos, feos, alegres y no tanto, crisis, pero con el sentido auténtico de tirar siempre para el mismo lado.Reflexionando sobre sus condiciones sexuales, Anahí supo explicar que “la vida del ‘homosexual’ es muy difícil y duramente castigada, pero no sólo por la sociedad y el entorno. Nosotros mismos nos lastimamos muchos, crece una culpa tan grande dentro que te consume fríamente y preferís la muerte”.A su vez, agregó que “está presión social, familiar y propia es la que te mata. Hace que una y otra vez prefieras la muerte o infelicidad antes de ‘ir al infierno’, ‘Dios te odie’, tú familia te abandone. Aposté a la felicidad, a como me siento y hace sentir”.Escuchar hablar a esta joven artista es entender que el amor todo lo puede, “aposté a la felicidad, al amor, a que yo soy dueña de mi vida y tendré lo que quiera. De mi depende ser feliz o no. Aposté a ser amada de la manera que jamás lo había sentido”.Vicisitudes fueron muchas las que debieron afrontar y lo que marcó mucho en sus vidas fueron aquellos momentos económicos difíciles: “Una vez estábamos muy para atrás, teníamos tan sólo 90 centavos y nada para comer. Entonces decidimos comprar huevos y pan, para dárselos a Jazmín. Ese día, en la despensa del barrio, se juntaron unos señores muy humildes, estaban tomados, tenían una guitarra con cuatro cuerdas. Cuando nos vieron dijeron ‘ah estas sí que saben! Canten algo para nosotros’. Yo todavía no cantaba tanto y la mire a Su como diciendo no perdemos nada (más allá de que moría por cantar y recibir la devolución del ‘público’), entonces Su accedió y cantamos polkas paraguayas, sertanejos. Bien arriba. Susy nunca fue partidaria de cantar en la calle, del cantar por cantar porque sino después nadie nos querría contratar porque cantábamos en la vereda”.Hablar una de otra es ver reflejada en sus ojos la emoción que ellas materializan en palabras. “Cierro los ojos una y otra vez y juro por Dios que me ha creado a imagen y semejanza, que ni cuando lo soñaba creía que sería así de hermoso. ¡Es más que perfecto! ¡Tengo una familia y nos amamos! Nos aceptamos con virtudes y defectos, amamos el ser entero”.Al hablar de la confesión que le hizo a su hija, entiende que los niños siempre simplifican los conceptos más que los adultos: “Cuando le quise confesarle quién soy ella me cortó de una, en seco y dijo ‘¡ay mamá! Yo ya sé que la tía y vos son pareja, no pasa nada, ¿por qué te cuesta tanto?’ Entonces yo le dije que le agradecía y lloraba. Hasta que le digo no te preocupes porque jamás te voy a avergonzar. Y respondió: ‘Eso quiere decir que jamás vas a demostrar tú amor delante de nadie porque tenés miedo del que dirán?’ ¡Me dejó estupefacta! Pero ahí se inició este camino maravilloso”.Hablando de Susana, agregó que “Su no puede hablar. No cae, me dice que está viviendo el sueño de su vida. Nos miramos y lloramos “sin motivo”, todavía nos cuesta caer, entender que esto es real y que quienes nos rodean nos apoyan y celebran con nosotros”.Creyendo firmemente que el amor se trata de todo lo vivido en estos ocho años, es que darán formalmente el “sí acepto”, aunque en sus corazones desde hace mucho tiempo lo tienen más que afirmado, podría decirse que comprometido y como lo sostienen ambas, “el amor no es una cuestión de género, el amor es amor. Y punto”.





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