POSADAS. El calvario de Karina Gladys Vera se acrecienta con los días. El Iprodha le prometió la construcción de la vivienda social, le sugirió tumbar primero la casa y después el baño, pero nunca empezó la obra. Con dos integrantes de la familia muy enfermos, la pesadilla se intensificó en el último mes a causa del frío, las lluvias y la humedad.“Estoy muy deprimida, desesperada. Mi hija tiene una enfermedad renal y no puede estar expuesta a las malas condiciones del clima; así que con esto que nos pasa realmente su estado empeoró en todo. Mi marido, que es enfermo del corazón, va a tener que someterse a una cirugía”, contó angustiada.Hace alrededor de un mes PRIMERA EDICIÓN reflejó en una nota la difícil situación en la que se encontraba la familia, asentada en el barrio San Jorge, al sur de la capital provincial, dado que a la espera de que el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional inicie las obras de la vivienda nueva, se mudó a un rancho en el que supuestamente iba a permanecer poco tiempo, pero los días, semanas y meses pasaron sin novedades.Anteriormente, aunque incómoda, habitaba una modesta casa de material, construida con mucho esfuerzo, pero para empezar la nueva construcción, le habían sugerido que se desmantele. Después de cinco meses de espera y padecimientos, sin siquiera una novedad de la obra, de lo único que fue testigo Karina fue de cómo toda la gente de su alrededor comenzó a mudarse y disfrutar de la vivienda, mientras ella seguía a la espera.“Después de la nota que nos hicieron ustedes (por este diario) el Iprodha nos prometió la casa, nos mandó a tumbar el baño y nunca empezó. Ahora mi hija está empeorando, por estar sometida a peores condiciones, por el frío y la lluvia. Si estábamos desamparados, ahora nos sentimos peor que nunca. ¿Cómo nosotros que somos una familia numerosa, con integrantes enfermos, tenemos que vivir así?”, se preguntó indignada. “Hace casi cinco meses nos mandaron a desmantelar nuestra casita y nos mudamos a un ranchito para que empiecen las obras. Nos había quedado el baño. Hace un mes nos volvieron a prometer la casa y nos dijeron que tumbemos el baño que había quedado en pie. Desde entonces no volvieron, mientras tanto a nuestro alrededor ya terminaron más de veinte casas. Nosotros pensamos que es una forma de castigarnos por hacer pública nuestra situación. Si lo hicimos fue porque golpeamos muchas puertas antes para logar una solución definitiva pero todas las veces nos hicieron a un costado”, denunció.





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