PUERTO IGUAZÚ. Dos hombres fueron detenidos en los primeros minutos de ayer por su presunta vinculación con el homicidio de Pedro Bernal, el remisero de nacionalidad paraguaya, ultimado de 17 puñaladas el domingo pasado en el barrio Obrero de esta ciudad, consignaron fuentes de la investigación.El ensañamiento de los agresores orientó la investigación hacia la teoría de un posible crimen pasional, pero al menos en la jornada de ayer pareció pasar a un segundo plano. Ahora los investigadores creen que Bernal fue ultimado en forma brutal en circunstancias de robo. Sea una u otra hipótesis, el asesinato posee un trasfondo estrechamente vinculado con el mundo de las drogas y las adicciones: fuentes de la investigación indicaron que los sospechosos apresados ayer son afectos al consumo de distintas sustancias adictivas.Y de ahí es que tomó preponderancia la teoría de un homicidio en ocasión de robo. En otras palabras, que ultimaron al trabajador del volante porque necesitaban dinero para comprar drogas y que lo hicieron con un ensañamiento bestial debido a la alteración por efecto de los alucinógenos.Según una fuente fidedigna, los sospechosos tienen entre 25 y 34 años. Ambos habrían consumido bebidas alcohólicas y estupefacientes durante las horas previas a la muerte de Bernal. En esa reunión habrían participado al menos dos mujeres a las que el remisero frecuentaba. Al parecer esas dos mujeres fueron las que aportaron la información para facilitar la captura de los dos sospechosos.La Policía allanó durante la madrugada de ayer el domicilio de uno de ellos, en el barrio Las Orquídeas, de Iguazú. Secuestró ropas con manchas que podrían ser de sangre y una zapatilla. Este elemento podría resultar clave: en el lugar donde hallaron el cuerpo los asesinos dejaron huellas nítidas por el suelo barroso. El “paco” brasileñoFuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que el asesinato de Pedro Bernal esconde un trasfondo vinculado al mundo de las drogas.Según trascendió, el remisero era un eximio conocedor de los barrios bajos de Puerto Iguazú, donde las bocas de expendio de droga funcionan a full.Al parecer, solía ganarse unos pesos extras llevando a consumidores a esos lugares para la compra de alucinógenos.Los clientes eran estables, siempre los mismos. Conocían al trabajador del volante y él a ellos.A partir de esta información, los investigadores pudieron determinar que Bernal frecuentaba a distintas chicas -no se sabe si por cuestiones sentimentales o laborales- y que los hombres que salían con ellas, lo habrían amenazado.Por eso es que la Justicia investiga dos aristas: un crimen pasional o en ocasión de robo, pero siempre con el flagelo de las drogas de fondo.En forma paralela, distintas fuentes aprovecharon la ocasión para alertar de la existencia de una droga, llamada “el paco de Brasil”, que causa estragos en Puerto Iguazú.





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