Posadas. Bajo un sol espectacular la gente comenzó a llegar cerca del mediodía de ayer al patio de la iglesia San Roque con sus mascotas para que fueran bendecidas. Los ladridos apenas dejaron escuchar las palabras del párroco Francisco Salazar, que repartió oraciones y buenos deseos para todos. De todos los colores, tamaños y edad los perros fueron los más mimados en el Día de su santo. Con moños, ropa, polleritas y bozal se destacaron y llamaron la atención. Carlos Sosa llegó casi corriendo con Benito y Mike, pero alcanzó la lluvia de agua bendita. “Son nuestros amigos y compañeros”, dijo el sacerdote y confirmó Rubén, mientras aguardaba con Roqui, un mestizo de trece años y Homero, un salchicha de seis. El hombre fue a agradecer porque sus mascotas se recuperaron después de estar muy enfermos.





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