EL CAIRO, Egipto (Agencias y diarios digitales). Cientos de seguidores de los Hermanos Musulmanes de Egipto atacaron ayer un edificio del Gobierno y lo incendiaron, mientras la furia por una represión de las fuerzas de seguridad contra el movimiento islámico que provocó la muerte de cientos de personas se extendía a las calles.En Alejandría, la segunda mayor ciudad de Egipto, cientos marcharon para protestar por la violenta operación del miércoles contra campamentos de los Hermanos Musulmanes en la capital, provocando enfrentamientos en todo el país, en los que al menos 638 personas perdieron la vida y miles resultaron heridas. Demandaban la restitución del expresidente Mohamed Mursi, depuesto por el Ejército hace seis semanas, después de manifestaciones masivas en su contra y cuyo derrocamiento desató una crisis que ha polarizado al país árabe más poblado del mundo.El portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad El-Haddad, dijo a Reuters que la furia dentro del movimiento, que tiene millones de seguidores, estaba “fuera de control”.“Después de los golpes, arrestos y matanzas que estamos enfrentando, las emociones están demasiado elevadas como para ser guiadas por alguien”, declaró.Los Hermanos llamaron a sus seguidores a marchar en El Cairo, mientras que las procesiones funerarias de los muertos probablemente serán nuevos puntos de conflicto en los próximos días.El miércoles, los manifestantes se enfrentaron con la policía y los soldados que usaron bulldozers, gases lacrimógenos y balas para desmantelar dos campamentos de protesta que se habían convertido en un bastión de resistencia de los Hermanos frente a los militares.Los enfrentamientos se extendieron rápidamente a Alejandría y numerosas ciudades y pueblos del país de mayoría musulmana y 84 millones de habitantes.Un testigo de Reuters contó 228 cuerpos, en su mayoría envueltos en telas blancas, ubicados en filas en el piso de la mezquita de Al-Iman, en el noreste de El Cairo, cerca del lugar donde ocurrieron los peores episodios de violencia.Algunos hombres retiraron las telas para mostrar cuerpos carbonizados. Las mujeres arrodilladas lloraban sobre los cadáveres.Luego del baño de sangre, y con una cifra de muertos que se supone aumentara aún más, los seguidores de Mursi quedaron azorados por una represión que fue más rápida y brutal de lo que la mayoría esperaba.El jefe del Ejército, general Abdel Fattah al-Sisi, removió a Mursi del poder el 3 de julio, después de masivas protestas de personas frustradas por la falta de progreso en la reforma económica y preocupadas por lo que veían como un mayor dominio islámico en el poder.Pero la subsiguiente represión apunta a un futuro sombrío para los Hermanos Musulmanes, un movimiento que fue marginado durante décadas bajo el autócrata Hosni Mubarak hasta que éste fue derrocado en 2011. “Ya no se trata de Mursi. ¿Vamos a aceptar una nueva tiranía militar o no?”, dijo Haddad.A pesar de las escenas impactantes en El Cairo y otros lugares, incluyendo imágenes de televisión de manifestantes desarmados arrojándose al piso mientras las fuerzas de seguridad disparaban, muchos egipcios apoyan la represión, mostrando cuán profunda se ha vuelto la división en la sociedad.“Los Hermanos Musulmanes nunca llegarán a un acuerdo político”, dijo Ismail Khaled, un gerente de 31 años de una empresa privada. “Son terroristas y violentos y lo que ocurrió fue la única manera lógica de terminar con los campamentos, que tenían armas y (…) personas violentas. Gracias a Dios la policía terminó con ellos”, agregó.El Gobierno instalado por el Ejército declaró un estado de emergencia de un mes e impuso un toque de queda desde el atardecer al amanecer en la capital y otras diez provincias.ReaccionesLa decisión de despejar por la fuerza las protestas desafió los pedidos occidentales de llegar a un acuerdo negociado a la crisis, en medio de preocupaciones de que el país que ha firmado un tratado de paz con Israel y controla el estratégico Canal de Suez pueda terminar fuera de control.El presidente estadounidense, Barack Obama, se manifestó ayer en contra de la violencia, condenando la represión militar y diciendo que su país había cancelado ejercicios militares conjuntos previstos para el mes próximo.En Ankara, el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que se reúna inmediatamente y actúe después de lo que describió como una masacre en Egipto.Pero los Emiratos Árabes Unidos, uno de varios países del Golfo Árabe inquietos por la victoria de Mursi en las elecciones de 2012, expresó su apoyo a la represión, diciendo que el Gobierno egipcio había “ejercitado su máximo autocontrol”. Claves¿Qué originó la crisis?Durante su primer año de gobierno, el presidente electo Mohamed Mursi se distanció de instituciones clave y de varios sectores de la sociedad. Para muchos egipcios, el presidente islamista no estaba resolviendo los problemas económicos y sociales del país, los mismos a lo que había prometido solucionaría una vez alcanzado el poder.Egipto se fue polarizando cada vez más entre los simpatizantes islamistas de Mursi y sus opositores, entre los que se incluyen miembros de la izquierda, liberales y seculares.Los problemas se agudizaron a partir de noviembre de 2012 por la redacción de la nueva Constitución que fue aprobada por la Asamblea Constituyente (dominada por los aliados de Mursi), pese al boicot por parte de liberales, laicos y la Iglesia copta.A medida que aumentaba el descontento de la oposición, Mursi emitió un decreto que daba poderes especiales a las fuerzas armadas hasta la celebración de un referéndum el 15 de diciembre de 2012 sobre el proyecto de Constitución, lo que los críticos dijeron que equivalía a una forma de ley marcial.A finales de abril, activistas de la oposición crearon la base para el movimiento de protesta contra Mursi.Millones de personas salieron a la calle el pasado 30 de junio para manifestarse en contra de las políticas del mandatario, lo que coincidió con el primer año de su gobierno.El pasado 3 de julio, el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Abdul Fatth al Sisi, anunció que suspendía la Constitución y nombró al jefe de la Corte Constitucional Suprema, Adly Mansour, como presidente interino hasta que se convoquen elecciones.El golpe militar fue apoyado por los opositores, que se agruparon en el movimiento civil contra Mursi llamado Tamarod, que significa “revuelta” en árabe, y cuyos representantes acompañaron al ejército en su anuncio en televisión del derrocamie
nto del islamista.Desde esa fecha, Mohamed Mursi permanece detenido en paradero desconocido.Los partidarios del expresidente islamista han celebrado manifestaciones casi diarias para exigir su restablecimiento ante la sede de la Guardia Presidencial, en El Cairo, que se convirtió en un punto incendiario. Muchos creen que este es el lugar donde se encuentra detenido el depuesto presidente Mursi.¿Quién es Mohamed Mursi?Surgió de las filas de los Hermanos Musulmanes, un movimiento islamista prohibido en el país durante décadas, y se convirtió en el jefe de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia.Mohamed Mursi fue el quinto presidente de Egipto y el primer civil e islamista en ocupar ese puesto. Es, además, el primer presidente electo democráticamente en Egipto tras ganar por un pequeño margen las elecciones en junio de 2012.Reemplazaba así a Hosni Mubarak, quien se mantuvo en el poder durante treinta años, hasta que fue derrocado tras protestas populares en febrero de 2011.Desde que Mursi fue expulsado del poder -sólo duró un año en el cargo- los enfrentamientos entre sus seguidores y las fuerzas de seguridad habían dejado un saldo de más de 250 muertos hasta el desalojo del miércoles.¿Qué ocurrirá ahora?En medio de la compleja situación política que atraviesa el país, el presidente interino, Adly Mansour, ha trazado un plan para una transición que incluye una revisión de la Constitución que aprobó Mursi y nuevas elecciones parlamentarias a principios de 2014.El plan ha sido rechazado por los Hermanos Musulmanes y también ha recibido críticas de los partidos de izquierda y liberales.El general Abdul Fattah al Sisi prometió “no excluir a nadie ni a ningún movimiento” y pidió medidas para “empoderar a los jóvenes y su integración en las instituciones del Estado”.Sin embargo, no ha definido hasta el momento la duración del período de transición o qué papel desempeñará el ejército, el más poderoso organismo gubernamental en Egipto. Muchos dicen que funciona como un Estado dentro del Estado. Las empresas de propiedad militar constituyen una proporción significativa de la economía del país.





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