POSADAS. “Ya aprendió a caminar y hace poquito empezó a hablar, es re vivo”. Mirian Sander (50), la abuela de Maximiliano, que ya tiene 15 meses, no deja de asombrarse de lo bien que está su nieto que el 21 de mayo sufrió graves quemaduras al incendiarse la pieza en que vivía con su mamá Vanesa Gómez (22) y sus hermanitos Brian (3) y Jonhatan (5) en barrio A4. Si bien hace casi dos meses recibió el alta -estuvo en terapia intensiva durante varios días- será internado nuevamente en el Hospital Pediátrico para ser sometido a una cirugía reconstructiva que reconstruya su mano izquierda. “Se le quemó el tendón de la mano y le van a operar para que la pueda mover mejor”, contó Sander a PRIMERA EDICIÓN. Para ello ya hizo los análisis de sangre y electrocardiograma correspondientes, y esperan el turno de internación para la semana que viene.Sander, junto a su marido Juan Gómez que es albañil, y la ayuda de sus vecinos, están ampliando la casa de la Manzana 252 del Barrio Nueva Esperanza (A4) para que Maxi y sus hermanitos puedan estar más cómodos.A grandes pasosEl pequeño apenas gateaba cuando la mañana del 22 de mayo la pieza en que vivía con su mamá Vanesa Gómez (22) y sus hermanitos se prendió fuego. Los vecinos lo rescataron pero gran parte de su cuerpo y sus vías respiratorias sufrieron las consecuencias del fuego y el humo. Hoy camina y usa ágilmente su andador. Además ya se hace entender verbalmente: “Mamá”, así llama a su abuela. “Teté”, dice cuando quiere tomar la leche o sus yogurcitos. Juega con sus hermanitos y sonríe. Tal vez aún no dimensiona la magnitud del episodio que casi le costó la vida, pero sí lo hace su familia, que permanentemente se esfuerza por brindarle lo mejor pese a las dificultades económicas.Las marcas de este trágico día quedarán en su cuerpo. Por las quemaduras en brazos, piernas y cabeza, debieron amputarle las puntas de los dedos de su mano derecha -menos la del pulgar. Sus piernas también estaban comprometidas, y le provocaban dolores, pero las heridas cicatrizan y Maxi cada día está mejor. Buenas noticiasTras la nota publicada por este matutino hace un mes, Sander recibió una ayuda solidaria de la comunidad. Le donaron piedra, arena y cemento; cortes de casa y chapas para construir la pieza. “Me trajeron tres bolsas de cemento, sólo me faltan tres más para poder terminar el piso de la pieza. Lo que más quiero es poder terminar la construcción, así mis nietos van a poder estar mejor, porque ahora estamos todos amontonados -el matrimonio, sus tres hijos y nietos- en dos pequeñas habitaciones”, destacó Sander.También recibieron colchones y frazadas y algo de ropa para los niños, aunque todavía no han podido conseguir camitas para ellos. Serán bien recibidas zapatillas para los tres pequeños y ropa para su mamá, que en el incendio perdió toda la poca ropa que tenía.Otra novedad a destacar es que -también a partir de la nota en este diario- dispusieron una ambulancia para llevar y traer a Maxi al Hospital Pediátrico. Antes de eso tenían que viajar todos los días en colectivo para que el chico asistiera a las sesiones de kinesiología que le ayudaran a superar una afección pulmonar que le generaba catarro. Maxi terminaba muy cansado luego del viaje y la espera del micro, además se exponía a los rayos del sol, que le generaron ampollas en la piel. MejorarActualmente Sander tiene la guarda provisoria de los nietos. Su hija Vanesa, madre de los chicos había sido detenida el día del incendio, ya que había dejado a los chicos solos algunos minutos. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la mujer, que actualmente vive con su madre, señaló: “no puedo creer que mi hijo esté tan bien, quiero darle lo mejor a ellos”. Vanesa fue madre de muy joven. A los 16 quedó embarazada de su primer hijo. Son de distintos padres y según Vanesa, ninguno de ellos está presente.Ella limpia casas de familia y para el año que viene su desafío es terminar la secundaria: “cursé hasta segundo año nomás y el año que viene voy a empezar la nocturna para poder recibirme”.





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