POSADAS. El jueves a la siesta, durante el recreo, un hombre entró a la Escuela 238 y golpeó a un alumno de séptimo grado. Ante los gritos de espanto de alumnos y docentes que trataban de frenar la brutal agresión contra el niño de doce años, el hombre se giró sobre sus pasos y se fue.En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la directora del establecimiento ubicado sobre Rademacher casi Tierra del Fuego, María Angélica Arrizabalaga, relató lo sucedido. “Esta escuela es de jornada extendida, por lo que los alumnos de cuarto a séptimo ingresan a las 7.30 y salen a las 15.45. A las 14.30, durante el último recreo, vemos que este hombre avanza por el patio y se abalanzó sobre un nene que estaba sentado a su paso y agarró del guardapolvo a la nena sentada a su lado. Pero como no podía sujetar a los dos, soltó a la nena y empezó a pegar al chico. Esto ocurrió delante de toda la escuela. Los docentes y el resto de los alumnos empezaron a gritar que pare. Pero el hombre dijo que no iba a parar hasta que alguien dijera quien tiró una piedra. Entonces me fueron a buscar y le dije al hombre que llamaría a la Policía. De golpe, el hombre se dio vuelta y se fue como si nada”. Lastimado y asustado, pero fuera de peligroPor obvias razones, el alumno quedó muy asustado pero el médico de la Policía confirmó que los golpes no provocaron daños graves. Según precisó la directora, el chico quedó con lesiones en la oreja y rostro. “Nosotros conocemos a las familias de nuestros alumnos y como sabemos que la mamá del chico golpeado está embarazada, tratamos de avisarle de lo sucedido lo más cuidadosamente posible. Por eso, mientras hablábamos con la Policía y el alumno ya estaba siendo atendido por personal de salud que vino en ambulancia, un grupo de docentes fueron a la casa de sus padres. Después fuimos todos juntos -los padres del alumno agredido y los docentes- a la comisaría Tercera. Allí lo revisó el médico de la Policía”, relató la directora. Ayer a la mañana, dos oficiales de la Policía volvieron a ir a la escuela para hablar con la directora, “después fueron a la casa del nene para hablar con los padres y volvieron a llevar al chico para que lo viera el médico”. Ni el chico agredido ni sus hermanos (que van a cuarto y segundo grado) fueron ayer a la escuela. En cuanto al agresor, los docentes dieron cuenta que trabaja en un taller mecánico próximo a la escuela. “Nunca habíamos tenido un inconveniente con este señor ni con ningún otro vecino. Yo tengo 66 años, hace 46 años que soy maestra y nunca viví una experiencia de este tipo. Estoy enojada con todo lo que pasó y siento una profunda tristeza”, confío la directora a PRIMERA EDICIÓN. El buen vínculo entre la escuela y su vecindario lleva muchos años, “nosotros compartimos la cancha de fútbol con el barrio, incluso a veces toman agua en los baños y nunca antes hubo problemas. Siempre nos reunimos con la comisión vecinal”, detallaron. “No es una cárcel”La seguridad de los alumnos es un área vulnerable en casi todas las escuelas, públicas y privadas. Es relativamente fácil -casi sin excepciones- ingresar a un establecimiento escolar sin que nadie te frene, mucho más en las escuelas grandes. Sólo basta no tener una conducta y apariencia que no llame la atención y despierte sospechas. Según indicó la directora de la Escuela 238, “tenemos rejas pero el predio de la escuela es muy grande y sabemos que no es imposible su acceso. Pero esto es una escuela para niños, no una cárcel. Por supuesto que tenemos precauciones, por ejemplo, cerramos las rejas con candado, se les enseña a los chicos que no vayan solos al baño sino de a dos…sobre todo las nenas; además siempre están los porteros controlando que no ande nadie extraño por el predio escolar”. Este lunes, la Escuela 238 cumple 78 años de su creación. Abrió sus puertas con 35 alumnos en el paraje Villa Anita de esta ciudad. En 1942 se benefició a la institución con la adquisición de una valiosísima propiedad denominada “Parque Adam”, con una superficie de doce hectáreas. Allí funciona la escuela desde entonces.





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