POSADAS. El primer paciente al que se le practicó una cirugía craneoplastía en un hospital público de la provincia, Dante, buscó al médico neurocirujano que lo operó hace cinco años, Mario Armando Barrera, para presentarle a su hijo recién nacido, a su esposa y a su mamá. Dante tenía catorce años cuando en 2006 se accidentó con una moto y, por no usar casco, sufrió considerables daños en su cráneo. Del hospital de Iguazú fue derivado a Eldorado, de ahí a Pediatría en Posadas y finalmente, fue operado en Corrientes. Dos años más tarde, en el Samic de Iguazú, Dante se convirtió en el primer paciente en recibir una craneoplastía en la provincia. Hoy, a los 21 años tiene una vida normal y es padre. Barrera es el único neurocirujano infantil de Misiones. En la actualidad, se desempeña en el hospital provincial de Pediatría y en el Sanatorio Boratti. Después de recibir la visita de Dante y su familia, el especialista escribió de puño y letra esta nota que difundió el Ministerio de Salud Pública. “Quiero contarles sobre Dante, un joven de Puerto Iguazú, quien a sus catorce años sufrió un accidente con su motocicleta. En el año 1994, ya siendo médico, ingresé al Hospital Pediátrico, pasando por todo el proceso de aprendizaje, siendo residente (¡practicante, dice la gente!) alcanzando la especialidad de Pediatría primero, y luego con una beca de la provincia de Misiones, tuve tres años de formación en Neurocirugía en el Hospital Juan Pablo II de Corrientes”.Una siesta calurosa de 2006Según relató Barrera: “Una siesta de esas calurosas de Misiones, que invitan a los jóvenes y a los no tanto a un paseo en moto y si es posible, dicen los que no tienen en cuenta las medidas de seguridad vial, ‘mejor sin casco’ para sentir la libertad de volar en el rostro, en Iguazú un adolescente de catorce años, sufre un accidente en su motocicleta. El diagnóstico: politraumatismos con traumatismo de cráneo moderado. Fue internado en el hospital zonal en un primer momento, pero como el dolor de cabeza continuaba y los vómitos también, fue derivado por la noche al hospital de Eldorado. Allí se le realiza una tomografía de cráneo donde se observa un gran hematoma que está comprimiendo el cerebro y ponía en riesgo su vida, por ello deciden enviarlo de urgencia a Posadas. Por aquel entonces, yo me encontraba en formación en Corrientes…nuestro hospital Pediátrico no contaba con neurocirujano y dependía de la buena voluntad, siempre bien predispuesta de los neurocirujanos de adultos del hospital Madariaga (hay cinco neurocirujanos adultos en la provincia). Se armó toda la ingeniería necesaria y Dante fue trasladado y operado en el Hospital Juan Pablo II, mi presencia allí había sido el nexo obligatorio para su llegada”, recordó. Para salvar su vida, “debimos sacrificar parte de su cráneo pues se le hizo una craniectomía descompresiva”, señaló. Prótesis personalizada El médico recordó que Dante “luchó mucho tiempo para reponerse de las heridas y volvió a Iguazú, y fue en el Hospital de esa localidad donde realizamos junto a mi maestro y amigo el Dr. Romilio Monzón, la primera craneoplastía, utilizando una prótesis personalizada. Es decir colocamos una prótesis para reponer el hueso de todo el hemicráneo derecho, que había perdido en el accidente. Sin quererlo se convirtió en ícono, hay un antes y un después, valoramos las necesidades y se dieron respuestas”. Dante no tuvo secuelas neurológicas “para nosotros, como equipo médico, el resultado logrado con este paciente nos generó una satisfacción enorme. En lo personal, uno se siente muy reconfortado cuando ve que el accionar de uno pudo modificar de alguna manera el destino de una persona”, confió. En tanto, según precisó el especialista “hoy contamos con un neurocirujano en el hospital de Eldorado capaz de solucionar las urgencias y nosotros como equipo en el hospital Pediátrico seguimos creciendo para hacer más y mejores cosas”. Barrera se quedó “sin palabras” para describir la visita de Dante, su esposa y su mamá, “vino para que conociera a su hijo. Sin palabras…”, escribió el especialista. Más de veinte craneoplastíasLa primera craneoplastía se practicó el 11 de julio de 2008, en el hospital de Iguazú. La intervención quirúrgica duró dos horas y media y consistió en la colocación de una prótesis craneal personalizada suministrada por el Ministerio de Salud Pública provincial, para cuyo diseño debieron realizarse estudios en tres dimensiones, para que tenga el mismo tamaño del hueso que fue extraído del cráneo. Estuvo a cargo del neurocirujano del Hospital Pediátrico de Posadas, Mario Barrera, y el jefe de Neurocirugía del hospital Juan Pablo II, de Corrientes, Romilio Monzón.La segunda craneoplastía tuvo lugar en mayo de 2009, en el Hospital de Pediatría. El beneficiario fue Maximiliano Machado (quince años) -de Bernardo de Irigoyen- quien sufrió un traumatismo de cráneo grave por lo cual quedó con una craneotomía postraumática. La intervención fue realizada por el equipo neuroquirúrgico del hospital encabezado por el neuricirujano Mario Barrera y el cirujano infantil Marcelino Gamarra. Desde entonces, según precisó ayer Barrera a PRIMERA EDICIÓN, se hicieron más de veinte craneoplastías en la provincia. Malformaciones y traumatismoLas intervenciones más recurrentes en neurocirugía pediátrica son, según aseveró ayer Barrera, “las cirugías por malformaciones a causa de hidrocefalia y meningocele; y las que se realizan como consecuencia de traumatismos. Tenemos una deuda respecto a tumores en el sistema nervioso central, que no hacemos aún en Misiones, pero estamos formando un equipo y una vez que terminen el nuevo edificio del hospital contaremos con infraestructura adecuada. Por ahora, estos pacientes son derivados”.





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