SAN VICENTE. Durante la jura de la Carta Orgánica Municipal, la semana pasada, el presidente Elvino Pellizzer dijo que va a tener una fuerte inclinación hacia la protección del medio ambiente y la ecología.Hasta ahora la Comuna no tiene trabajos referenciales sobre el cuidado del medio ambiente. La protección de la cuenca del Guiray es un trabajo que desde la Municipalidad se descuidó, al igual que una legislación sobre los desechos de los lavaderos municipales. También hay que ver qué decisión se va a tomar sobre las intenciones del Gobierno provincial de construir un depósito de envases de residuos tóxicos.La preservación y el mantenimiento del Jardín Botánico Yvy Porá es uno de los pocos trabajos en este sentido que se hizo desde la Municipalidad, teniendo en cuenta que no participó en forma activa de la Comisión de Protección de la Cuenca del Guiray o la tala de árboles nativos de las plazoletas y bulevares del centro para hacer estacionamientos y playones deportivos y de recreación.Hasta el año pasado un grupo de docentes y técnicos trabajó sobre la cuenca del arroyo Guiray. Se formó una comisión grande, con integrantes de los distintos sectores de la sociedad, con la participación de escuelas, instituciones públicas, la Cooperativa de Agua Potable, el Concejo Deliberante y los Bomberos Voluntarios. Y una mesa chica, con integrantes de la Escuela de la Familia Agrícola, la oficina del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables y el Inta. A fines de 2012 se logró hacer un relevamiento del terreno de 44 mil hectáreas, la cantidad de colonos, industrias e instituciones como escuelas establecidos en la zona. Sin embargo, por falta de acompañamiento institucional del Estado municipal y el poco interés de la sociedad este año el trabajo está prácticamente paralizado.Sin embargo, los convencionales constituyentes aseguran que la Carta Orgánica tiene una fuerte inclinación hacia la protección del medio ambiente. La intención es darle un sostén institucional para que las generaciones futuras tengan una herramienta para heredar y cuidar el medio ambiente y la ecología en el municipio.En la Carta Orgánica está establecida la prohibición de depósitos de residuos tóxicos. Sin embargo hay un proyecto del Gobierno provincial, que está en estudio en el Concejo Deliberante, para la construcción de un depósito de envases vacíos de agroquímicos en Picada Tarumá, al lado de la fábrica de sustrato de cáscara de pino.Este proyecto fue muy cuestionado por los sanvicentinos y fue el motivo que llevó a que los convencionales impongan una cláusula prohibitiva. La intención es resguardarse de la posibilidad de que en el futuro alguien haga un depósito de sustancias o residuos tóxicos.Por otro lado, falta legislar en el municipio sobre los desechos de los lavaderos de automóviles. En varias oportunidades PRIMERA EDICIÓN alertó sobre la forma en que derraman el agua con combustibles, lubricantes y elementos de limpiezas directamente sobre los cauces que cruzan algunos barrios de San Vicente. Particularmente el Zanjón de la Muerte y el arroyo Gauchito Gil.También es un problema el destino que tienen las chatarras viejas y cubiertas usadas. Hasta ahora se tiran en lugares como la Cantera Municipal o al costado de los caminos vecinales. Pero se tiene que hacer una legislación para que esa basura tenga una finalidad, que no contamine el medio ambiente y, de ser posible, tenga la posibilidad de ser reciclada.





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