OBERÁ. Un joven de veinte años fue detenido durante la madrugada de ayer en una bailanta de esta localidad, sospechado de haber cometido un asalto a punta de pistola junto a un cómplice, que tuvo como víctima a un remisero de Oberá.Lo curioso del caso fue que el hecho delictivo ocurrió hace más de un año y el aprehendido estaba seguro de que la Justicia ya había “olvidado” aquel episodio, por el que ahora quedó tras las rejas a disposición de las autoridades.Desde el Departamento de Prensa de la Policía de Misiones se informó que todo sucedió alrededor de las 1.30 de ayer en un local nocturno tropical, emplazado sobre la calle Andresito de Oberá.Hasta ese lugar llegaron efectivos de la comisaría seccional Tercera y de otras dependencias de la Unidad Regional II de la Policía de Misiones, al parecer, alertados por un “datero” que les aseguró que el sospechoso iba a salir a bailar con sus amigos a ese lugar.Los uniformados debieron vestirse de civil y, antes de partir rumbo a la bailanta, revisaron una vez más los datos que tenían sobre el buscado. Después, como si se tratara de otra “barra de amigos”, los agentes del orden público ingresaron al local nocturno.Allí comenzó una sigilosa vigilancia por parte de los uniformados, a esa altura camuflados en el resto de los clientes. Hasta que uno de ellos, a la distancia, divisó al joven al que habían ido a buscar.Maximiliano, como fue identificado en el parte oficial, bebía algunos tragos en compañía de otros muchachos de su edad. Ni siquiera por casualidad había imaginado antes de salir que esa sería su última noche en libertad.Los policías se acercaron lentamente entre la marea humana, de manera estratégica, para evitar que el sospechoso se fugara. Finalmente llegaron hasta él y lo apresaron. El joven alcanzó a preguntar qué sucedía, pero no hicieron falta respuestas: enseguida recordó aquel episodio delictivo que le había costado la libertad a su compañero de andanzas. Ahora, era su turno. El muchacho quedó a disposición de la Justicia, que lo buscaba desde la noche del viernes 16 de marzo de 2012 por un hecho caratulado como “robo calificado”.Según el expediente, alrededor de las 21 de aquel día Maximiliano y un cómplice abordaron un remís conducido por un chofer de 49 años en la zona céntrica de Oberá. El conductor relataría luego que la pareja de malvivientes, haciéndose pasar por pasajeros, le había pedido un viaje al barrio Caballeriza.En pleno viaje, exactamente en la intersección de las calles Montes de Oca y Río Bermejo, los jóvenes develaron sus verdaderas intenciones. Uno de ellos extrajo de entre sus prendas de vestir un cuchillo de importantes dimensiones; el otro, en tanto, un arma de fuego.Los malvivientes encañonaron al remisero y bajo amenazas de muerte lo redujeron. Así fue como se llevaron un teléfono celular, el estéreo del automóvil y “efectivo”: fueron en total 66 los pesos que un año después le costaron la libertad a Maximiliano.Pese a que huyeron, uno de los malvivientes fue apresado de manera inmediata por la Policía. Sin embargo, el joven ahora detenido había logrado burlar a los policías y se perdió en la noche.Increíblemente, el joven se mantuvo prófugo de la Justicia durante más de un año. Fueron, en total, 485 días de búsqueda, hasta que los uniformados finalmente lograron apresarlo en el peor momento, justo cuando pensaba que ya lo habían olvidado.





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