Por Pamela Elizalde POSADAS. Si hay un ser que ama la música y sabe contagiar su inmenso amor por este arte maravilloso es el maestro Norberto Ricardo García. Hace ya varios años, Misiones está cerca del corazón del virtuoso violinista y director de orquesta que, desde Buenos Aires, emprende viaje hacia la tierra colorada para ser parte del crecimiento de los niños y jóvenes músicos en cada edición del Festival “Iguazú en Concierto” y también de la Orquesta de Cámara del Centro del Conocimiento, en la que es continuamente convocado como director principal invitado. Y fue el concierto de la Orquesta que se celebró el jueves último, en el Teatro Lírico, que lo trajo nuevamente a Posadas. En el marco de su regreso, el maestro García visitó la redacción de PRIMERA EDICIÓN y compartió una exquisita entrevista, impregnada de profundas reflexiones en torno al arte y a su propia experiencia. Espontáneo, entusiasta y con la sabiduría que le dan los 53 años de trayectoria, Norberto García le habló a los jóvenes y también a la sociedad sobre la importancia de vivir conectados con la música.¿Cómo surgió su vínculo musical con Misiones?Todo gracias a Miguel Brizuela -director de Los Grillitos Sinfónicos- que me conoció en Brasil, en un encuentro en Curitiva, hace unos 15 años y que no sabía de mi trabajo. Un tiempo después, también en Curitiva me habló si se podía hacer algún trabajo aquí (en Posadas) y así empezamos en la Universidad, también con jóvenes que veían la música como un pasatiempo. Así logramos que algunos siguieran con la música. Cuando se creó el Centro del Conocimiento, el Teatro y la posibilidad de tocar ahí, el concepto cambió tanto en los jóvenes que vieron en la música una dedicación, como de las personas que pueden asistir un concierto en vivo y no tener que esperar que venga una orquesta o tener que viajar a otra ciudad para asistir a un concierto. Y fue también una conjunción de muchos factores porque hace cuatro años empezó el ‘Iguazú en Concierto ‘que también es una motivación musical y artística. Entonces es un crecimiento muy grande y se ve reflejado en los estudiantes. Esto no se forma de un día para el otro -reflexionó- es un proceso de una decantación cultural. Las familias tienen que entender que si su hijo tiene la vocación, si tiene afinidad con una expresión artística como la música o cualquier instrumento, que pueda dedicarse y sentirse realizado. Lo lindo en una sociedad es que la gente pueda tener opciones y que pueda vivir haciendo eso y sirviendo a la comunidad, porque lo principal es que el beneficio es para la sociedad. La calidad de vida mejora mucho cuando degusta y puede exteriorizar sus sentimientos y canalizarlos a través de las diferentes obras.Apoyo permanente a la Orquesta del Centro del ConocimientoEl maestro García destacó la labor del maestro Emilio Rocholl, director del Coro Estable y de la Orquesta de Cámara del Centro del Conocimiento y se refirió al proceso de crecimiento de la Orquesta. “Cuando se armó el Centro del Conocimiento y el Teatro Lírico, Emilio Rocholl dijo ‘acá tiene que haber una orquesta, tiene que haber un coro, que ya dirigía coros, entonces yo fui de puntal para armar la orquesta con los alumnos de aquí, y empezó a funcionar como un grupito de cámara, comenzamos a pedir más instrumentistas, más contratos y así fuimos creciendo, apoyado por mis indicaciones y sobre todo un trabajo técnico que se hace en grupo, de la parte de escalas, de sonoridad, de afinación y demás, que no es solamente ensayar las obras para tocar. De hecho primero hacemos un ensayo técnico con todas las cuerdas y después vamos al ensayo de las obras que vamos a tocar en un concierto, eso hace que individual y colectivamente, cuando abordamos el repertorio, la orquesta suena mejor, con una unidad de criterio, de sonido y de modo de tocar.¿Cómo llega la música a su vida?Empecé a los siete años y ya hace 53 años de músico, así que fue una larga trayectoria. Un tío mio, el tío simpático de la familia me regaló un día un violincito cuando tenía seis años, lo llevé a la escuela, toqué una canción y la maestra de música dijo ‘por qué no lo llevan al conservatorio’, fui al conservatorio, era el más chiquito. No tenía una pasión muy definida porque en mi casa nadie tocaba, salvo este tío que había tocado un poco de tango, pero el conservatorio me fue llevando. Después entré en una orquesta juvenil, luego reemplacé a mi profesor en el conservatorio como docente, seguí con las orquestas, con la enseñanza y dirigiendo. Al trabajar con las cuerdas, el dirigir a los grupos es como algo natural, hoy día está un poco de moda estudiar dirección de orquesta sin ser instrumentista, y es como ser director técnico de fútbol sin haber pateado una pelota. Si uno estuvo en el atril, después es más natural.El recuerdo vivo de HumbertoCarfi, su maestro Norberto García es discípulo del maestro Humberto Carfi, quien vivió en Buenos Aires pero era oriundo de Santiago del Estero. “Carfi era hijo de padre italiano, Salvador Carfi y madre casi quichua, eran siete hermanos. Recibieron la mixtura de la cultura europea y la picardía y la sangre aborigen y él tocaba chacareras con una gracia y un sentimiento muy especial; enseñaba muy bien y sigo su escuela en cuanto a los conceptos y al cariño. Así fue que “formó gran cantidad de instrumentistas que integran la orquesta del Colón y que están en otros países como Brasil. Después del conservatorio, el impulso mas fuerte fue con el maestro Carfi, yo lo elegí como mi maestro y él me eligió como su discípulo. Tenía picardía, simpatía y una severidad linda”, resaltó García al nombrar con emoción a su inolvidable maestro.Para un director ¿qué es lo primordial dentro de la orquesta?La parte más importante de todo es la parte psicológica, de llegar a las personas que integran la orquesta y sacar lo mejor de cada uno. La orquesta, normalmente, se integra después de una selección, de un concurso, entonces ya la persona que entra sabe tocar y la partitura tiene todo escrito, pero hay muchas cosas que van más allá
; de la escritura que es lo que tiene que conseguir el director y sincronizarlo entre todos. En música, hay muchas partes que quedan libradas a la interpretación, por ejemplo cuando dice ‘rallentando’, que quiere decir ‘ir mas despacio en el ritmo’, pero no hay un número, no es matemático, entonces un director puede querer que vaya mas lenta la cosa o acelerando, o lo que se llama un ‘calderón’ que es una detención en un silencio o en una nota, a voluntad, entonces esos detalles los tiene que manejar el director pero logrando que todos estén interesados en la versión que el director quiere hacer. La orquesta es como el instrumento del director. Además, lo que es necesario es haber vivido la orquesta desde adentro, eso para mi es fundamental y cuando uno está en una orquesta y viene un director que no es instrumentista de orquesta se nota. Hay un feeling en el instrumentista que estuvo en el atril y que sabe lo que espera el director, que después, cuando se transforma en director, sabe lo que esperan los músicos y como lograrlo, pero lo principal es la parte psicológica. Allí entran todas las pasiones humanas, las buenas, las virtudes y los defectos, por ejemplo: la vanidad, los miedos y todo eso influye en la interpretación, hay que saber capitalizarlo positivamente. Porque imagínense un instrumentista en un teatro de primer nivel con un auditorio lleno, que le den la entrada donde tiene que salir con un sonido afinado y no sale bien, y bueno ¡Mala suerte!, pero por eso los conciertos en vivo tienen esa adrenalina que no es lo mismo que escuchar el cd, pero hay cosas que el cd no puede transmitir que en vivo sí. Por eso acá queremos tener todo, que la orquesta que toque en vivo tenga un nivel de excelencia. La música en el cd es como una foto pero la música en vivo es la emoción y el peligro de que pase algo… y hay que ser muy audaz. Después de haber caminado tanto la vida junto a este arte ¿cómo define a la música?La música es el sentimiento hecho sonido. Es transformar el sentimiento en sonido y la música logra esa magia. Hay sentimientos que no tienen un nombre pero si tienen una obra, un sonido, un acorde o una melodía, pero no se pueden explicar con palabras. El gran filósofo Norberto García (bromeó al referirse a si mismo) dijo una vez: ‘Allá donde terminan las palabras, empieza la música’ (expresó sonriente). La profundidad de la frase generó un silencio hermoso y reflexivo, que instantes después se desvaneció cuando el maestro evocó a Ludwing van Beethoven, uno de sus referentes. “El sufrió mucho en la vida e imponer su arte le llevó disgustos y luchas, pero él oía en su mente lo que quería compartir con la humanidad, el mensaje que quería transmitir y no encontraba otro modo que no fuera a través de la música, por eso sus sinfonías son tan valiosas para la humanidad. “Beethoven decía ‘la música es tan etérea, tan intangible que le permite llegar a rincones del alma que otras artes no’. el gustaba de todas las artes, por eso incluyó el canto en la ‘Novena Sinfonía’, todas las artes eran queridas, pero él sentía que la música era lo que le permitía expresarse. Además, Beethoven se daba cuenta que la humanidad necesitaba encauzarse, que todas las tonterías del ego, la monarquía, las diferencias entre los seres humanos, eran pavadas del ego y que la humanidad necesitaba una iluminación, por eso él lanzaba esas obras y cuando empezó a quedar sordo, podía concentrarse más en la música que oída en su interior. Eso es lo que estamos tratando de conseguir con los instrumentistas, porque no es que prueba a ver que suena y lo escucha, primero lo tiene que oir acá adentro (dice mientras posa el dedo índice sobre su cabeza) y después tratar de sacarlo del instrumento. La composición es diez por ciento de inspiración y 90 de transpiración porque Beethoven estaba trabajando para lograr plasmar lo que escuchaba en su interior y a veces se desesperaba porque la escritura no era tan fidedigna como lo que oía y fue un maravilloso compositor de variaciones porque eso es lo que despierta la imaginación. En fin, Beethoven era un laborioso”. señaló el director.“Vivir con arte es lo mejor que le puede pasar a la humanidad”Siempre desde la reflexión, García manifestó que “no se termina nunca de aprender y de entender este mundo mágico del arte y de la necesidad del ser humano de expresarse. Desde la pintura rupestre hasta el refinamiento de una sinfónica, es el mismo impulso que tiene la humanidad y que necesitamos que se encienda, que nada lo apague. Vivir con arte es lo mejor que le puede pasar a la humanidad y a una sociedad, ya vimos que las guerras y las políticas a veces no ayudan pero el arte sí, a veces la ciencia o la religión no pueden solucionar algunas cosas y el arte puede curar el alma, y el alma cura el cuerpo”, destacó el violinista, al tiempo que reveló que “cuando tengo un problema escucho una sinfonía de Mozart, de Beethoven o un capriccio de Paganini y ya el mundo me parece más vivible. Imagínense si todo el mundo pudiera degustar eso…en las escuelas hay que hacer escuchar más música”, enfatizó y prosiguió: “Que una sociedad potencie las cosas buenas que ha logrado la humanidad, sueño con eso, que nuestro arte sirva”.Es que para el maestro Norberto García, “alguien que está pensando en música, no tiene tiempo a pensar en cosas malas o de estar de mal ánimo, las desgracias pasan lo mismo, pero si tenes un canal de expresión, podes liberar las angustias y tenes un ideal de vida. El arte debe hacerse, esto es, primero hay que hacerlo, además hay que hacerlo bien, hay que hacerlo lindo y hay que hacerlo con sentimiento, o sea que une todo en el ser humano. Si cada uno hiciera sus cosas con arte, la sociedad sería diferente”. “Esto no es una producción práctica, no se lleva algo a la casa y se lo pone de florero, esto se lleva en el alma, en los sentimientos, y se despierta… y después le empiezan a golpear los sonidos, la armonía, los ritmos cambian totalmente, de hecho hay muchos experimentos que le hacen escuchar música a los estudiantes y ven como rinden mejor en los estudios y gente que se ha curado también con la música”, manifestó el músico.Por último, el maestro García confió: “Lo que más me apasiona es hacer música, en todas sus expresiones, dirigiendo, compartiendo con los estudiantes que eso es algo enriquecedor, maravilloso y poder transmitirle los conocimientos que tenga, sean muchos o pocos. También, me gusta tocar el violín en la sinfónic
a. Generoso a la hora de enseñar, el maestro García afirmó que “no hay que guardarse los conocimientos, hay que compartir e inducir a que los descubran”.





Discussion about this post