POSADAS. Alrededor de 15 mil mujeres misioneras concurren todos los días -o varias veces por semana- a la casa de su “patrón” o “patrona” para limpiar el piso, la ropa, planchar, cocinar, cuidar a los chicos, entre otras actividades. Hacen el papel de mamá, de abuela, de consejera e incluso de terapeuta. Algunas conviven donde trabajan y esto implica no tener horarios ni otros compromisos externos. Hay viviendas donde son tratadas con cariño, como si fueran una integrante más de la familia, pero otros donde reciben maltratos.La mayoría proviene de barrios humildes de las afueras de Posadas o de las grandes ciudades, casi el 40% son jefas de hogar con varios hijos y su nivel educativo, en más de la mitad de los casos, tiene el secundario incompleto.Los últimos datos relevados del Ministerio de Trabajo de la Nación indican que, en Misiones, tres de cada diez mujeres asalariadas son empleadas domésticas y esta actividad es la más realizada por las mujeres en todo el país.En otras zonas la incidencia del empleo doméstico en la actividad laboral femenina se reduce pero Misiones -así como el resto del NEA- tiene los índices más altos.De cada diez domésticas, sólo dos o menos están registradas (20%) y cuentan con los beneficios sociales y previsionales. Quiere decir que hay una gran deuda social de la clase media o económicamente acomodada, que mira para el costado y no cumple con registrar a sus empleadas domésticas.El 80% restante trabaja en total precariedad y cobra menos de lo que establece la normativa vigente, según los últimos informes del Ministerio Laboral, relevados en el marco del programa nacional para blanquear a las trabajadoras domésticas del país. Se estima que un millón de mujeres se dedican a esta actividad en todo el país y sólo unas 200 mil posee aportes jubilatorios, vacaciones y obra social. Es la actividad que bate todos los récords de informalidad y precariedad.Los grandes centros urbanos concentran la mayor cantidad de “empleadas”, mientras que en nuestra provincia, son las ciudades de mayor población donde esta actividad se realiza con más frecuencia. En las chacras del interior prácticamente no se realiza la actividad doméstica, que queda en manos de la “ama de casa” y sus hijos. En cambio, en la ciudad se potencia la demanda por las necesidades económicas y la salida laboral de otras mujeres (40% de asalariados son femeninas en el país) que necesitan que alguien las reemplace en los quehaceres hogareños.Vinculada a la pobrezaSegún datos de la Organización Internacional del Trabajo, los países con más porcentaje de la población dedicada a este tipo de tareas son los más pobres: en Etiopía es el 18%, en Egipto el 9 y en Brasil el 8, mientras que en Alemania es el 0,7, en Estados Unidos el 0,6 y en Suecia el 0,005%.Por otra parte, el informe “Situación laboral del servicio doméstico en la Argentina”, elaborado por la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación revela que en Argentina se calcula que más de un millón de personas (un 7% de la población económicamente activa) se emplean en el servicio doméstico.En línea con la tendencia mundial, las dos provincias con mayor incidencia son Corrientes (9,4% de la población) y Tucumán (8,7), es decir distritos pobres y desiguales, mientras que las que registran el menor porcentaje son la Capital Federal (4,7) y Tierra del Fuego (4,6), es decir los distritos más ricos. Misiones, una de las poblaciones más carentes del país, se ubica un poquito debajo de la media nacional, con casi 7% de la población económicamente activa como domésticas.Otras características• De acuerdo al informe del Ministerio de Trabajo de la Nación, el servicio doméstico es una de las actividades más importantes entre las mujeres. En efecto, esta actividad agrupa al 17,2% de las ocupadas y al 22,7% de las asalariadas. En Misiones ocupa al 30% de las mujeres asalariadas. En la mayoría de los casos (se estima que 8 de cada 10) trabajan en negro y cobran menos de lo que indica la normativa vigente.• El perfil de los asalariados que se desempeñan en el servicio doméstico es de mujeres adultas de bajo nivel educativo (el 79,8% cuenta sólo con estudios de hasta secundaria incompleta) que ocupan la posición de jefas de hogar.• Pese a que una parte considerable de las mismas no nacieron en el lugar en el que residen actualmente, la presencia de migrantes recientes es relativamente marginal.• Más de la mitad de las trabajadoras de esta ocupación se encuentra en el Area Metropolitana, aunque es en el NEA donde el servicio doméstico tiene un peso mayor sobre el conjunto de asalariadas.• El marco regulatorio general de la actividad data de 1956 y establece derechos restringidos para los trabajadores del sector. Contempla sólo a quienes trabajan para un mismo empleador por lo menos cuatro horas diarias durante cuatro días a la semana. Por lo tanto, según las jornadas de trabajo observadas, el 52,8% de las empleadas domésticas no estarían incluidas en esta normativa.• En el año 2000 la ley de reforma tributaria incluyó a las trabajadoras que trabajan 6 horas y más, normativa fuera de la cual se encontrarían igualmente un 9,4% de los ocupados.• Casi el 80% de las asalariadas del servicio doméstico trabajan para un sólo empleador, un 12,3% trabajan para dos empleadores y un 8,5% lo hacen para tres o más hogares. Solamente un 6% del total lo hace sin retiro (cama adentro).• En el NOA se encuentra una mayor proporción de trabajadoras sin retiro, mientras que en Cuyo y en el Area Metropolitana se presenta una mayor proporción de trabajadoras con más de un empleador.• Más de dos terceras partes trabajan menos de 35 horas semanales. Pero es importante señalar que entre ellas se encuentra un 54,2% que busca trabajar más tiempo.• La precariedad laboral caracteriza las condiciones en que se desarrolla esta ocupación. A más del 80% del total de las empleadas del servicio doméstico que trabajan 6 horas o más no se les descuentan los aportes jubilatorios. Asimismo sólo un porcentaje muy reducido cuenta con otros beneficios sociales, tales como aguinaldo, vacaciones pagas, días por enfermedad u obra social.• El desarrollo de la actividad laboral en la vivienda del empleador es un factor importante, que condiciona la elevada precariedad laboral de las trabajadoras del servicio doméstico. Las negociaciones son individuales, entre “patrón” y empleado; sin el respaldo de un gremio, ni paritarias. Además, el trabajo es individual y aislado por lo tanto el control del gobierno tampoco llega hasta el interior de las viviendas por ser un ámbito privado. Marco RegulatorioEl marco regulatorio de la actividad es
el Estatuto del Servicio Doméstico (Decreto-Ley N° 326/56), del año 1956. Según esta norma, son consideradas asalariadas del servicio doméstico aquellas empleadas sin retiro o quienes trabajan como mínimo 16 horas semanales distribuidas en cuatro días de cuatro horas para un mismo empleador.El estatuto niega numerosos derechos como la exclusión del derecho de licencia por maternidad, es especialmente relevante en una actividad ejercida casi exclusivamente por mujeres; tampoco contempla cobertura ante accidentes de trabajo.Considerando éstas condiciones de contratación, se estima que un 52,8% del total trabaja menos de cuatro días semanales durante cuatro o más horas por día, lo que implica que las mismas no estarían contempladas por el estatuto que regula la actividad.En el año 2000, a través de la Ley de Reforma Tributaria (Ley N° 25.239) se amplió la cobertura jubilatoria y de salud a las trabajadoras con carga horaria inferior, estableciendo una obligatoriedad de aportes y contribuciones para aquellas que trabajan 6 horas y más. Estos aportes y contribuciones se establecen como sumas fijas para cada tramo horario.Se estima que el 90% de las ocupadas en el servicio doméstico trabajan 6 o más horas semanales y están comprendidas en la Ley de Reforma Tributaria correspondiendo, por tanto, que se les realicen los descuentos jubilatorios vigentes. Aumento de 25% este añoPor resolución del Ministerio de Trabajo, este año se estableció que la remuneración se incremente casi 25% al ritmo de la inflación real. Así, el valor por hora llegó ahora a $19,74.Según la resolución 958 de la cartera laboral, la primera categoría (institutrices, preceptores, amas de llaves, mayordomos, deberán percibir 3.184 pesos si es personal con 8 horas de trabajo con retiro y se elevará a 3.549,13 en el caso de no serlo).La segunda categoría (cocineros/as especializados, mucamos/as especializados, niñeras especializadas) tendrá haberes que rondarán entre $2.954 (personal con retiro 8 horas) y $3.549,13 (sin retiro).La tercera categoría (cocineros/ras, mucamos/as, niñeras en general, auxiliares para todo trabajo, ayudantes/as, caseros y jardineras) tendrá salarios mínimos de 2.886 pesos.En el caso de aprendices en general de 16 a 17 años de edad, quienes figuran en una cuarta categoría, se fijó la remuneración en 2.568 pesos; y la quinta categoría (personal con retiro que trabaja diariamente) 2.589 pesos en caso de desempeñar tareas durante ocho horas por día, con un pago de $19,74 por hora; 1.294,93 pesos por una labor máxima de 4 horas de trabajo diarias y $19,74 la “hora de excedencia”.





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