POSADAS. El cabo de la Policía de Misiones acusado de “picanear” a un hombre de 62 años en medio de una acalorada disputa luego de un incidente vial mínimo fue procesado por la Justicia misionera en las últimas horas.Alberto Larrachado, con prestación de servicios en la comisaría seccional Decimoquinta, fue imputado por los delitos de vejaciones, privación ilegítima de la libertad y lesiones leves. Si el caso llega a juicio y se lo encuentra culpable, el joven policía podría enfrentar una pena que va desde los tres hasta los diez años de prisión.No obstante, como se trata de un delito excarcelable, fuentes cercanas a la investigación del caso le contaron a PRIMERA EDICIÓN que en las próximas horas el efectivo recuperará la libertad, obviamente supeditado a la causa.El auto de procesamiento fue firmado en las últimas horas por el magistrado César Yaya, al frente del Juzgado de Instrucción 2 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas, después de una profunda investigación que duró casi cinco meses.Ante una multitudLa historia se remonta al sábado 22 de diciembre de 2012 en el estacionamiento de uno de los locales de una conocida cadena de supermercados de la capital provincial.En ese lugar, emplazado en la esquina de las avenidas Uruguay y Bustamante, un hombre de 62 años maniobraba su camioneta cuando imprevistamente rozó una motocicleta que estaba estacionada en la escena, perteneciente al cabo Larrachado.Siempre según el expediente, fue en ese momento que el policía y el conductor del rodado mayor se bajaron de sus respectivos vehículos e iniciaron una acalorada discusión verbal que duró algunos segundos. Después, el jubilado abandonó el pleito y se dispuso a ingresar al salón de ventas.Apenas había hecho unos metros de la puerta cuando sintió que alguien lo agarraba desde atrás. Era el policía con el que había discutido segundos antes, quien al parecer entonces tomó sus esposas y redujo al hombre mayor.Obra en la causa que, no conforme con eso, el policía lo hizo arrodillar y posteriormente le aplicó gas pimienta en el rostro. Con el jubilado reducido, en estado de indefensión y aturdido por el químico que lo cegaba, el funcionario extrajo un instrumento en forma de bastón que no era otra cosa que una picana eléctrica.En sede judicial, los testigos le contaron al juez Yaya cómo el uniformado “picaneó” entonces al conductor varias veces y en distintas partes del cuerpo, sin piedad ante las muestras de dolor y sufrimiento de su víctima.Después de tremenda e infundada agresión, el policía se alejó de la escena a bordo de su rodado, sin imaginar jamás que el caso llegaría a la Justicia.Una vez que se recuperó, el automovilista radicó una denuncia que fue ratificada por testigos del hecho. Pero además de esas declaraciones con las que la Justicia reconstruyó el hecho, a manos del magistrado interviniente llegaron también las filmaciones de las cámaras de seguridad del supermercado. Fue un fino trabajo de investigación que duró unos cinco meses y que permitió llamar a declaración indagatoria al policía en cuestión, el último viernes 31 de mayo. El agente se abstuvo ante Yaya, que ese mismo día ordenó que sea detenido y alojado a disposición de la causa.La calidad de las imágenes, que muestran los momentos más álgidos del hecho denunciado, junto con el testimonio de testigos se transformó en evidencia determinante para que la Justicia disponga el procesamiento del policía Larrachado, quien de todas maneras y debido a los actos que se le atribuyen, será excarcelado en las próximas horas.Si la causa finalmente es elevada a juicio y llega a un debate oral y público, el uniformado deberá sentarse en el banquillo de los acusados. En caso de ser hallado culpable de los hechos que se le imputan, podría pagar una pena que llega a los diez años tras las rejas.





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